Nick Kirgios: de la soberbia al llorar

07 de Marzo de 2025
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Nick Kirgios

Un espectáculo en sí mismo. El tío más impertinente del circuito. Cómo se movía. Lo que decía. El tono chulesco y vacilón. Los tatuajes...

Desde aquí le apodábamos el Joker. Con él siempre estaba garantizado el espectáculo, y habría sido bonito verle ganar en Wimbledon a Djokovic y hacerse con un Gran Slam. Pero a pesar de su saque prodigioso no es tan grande. 

Aun así nos gusta y cae bien. Tiene personalidad, algo que se echa de menos en la época moderna en todos los campos y actividades donde el rodillo del todos iguales aplasta a quien es diferente. 

Tuvieron que operarle de una muñeca en dos mil veintitrés porque sentía dolor incluso abriendo una puerta o cogiendo las bolsas del supermercado. El tenis de fuerza que se practica hoy día tiene un precio. Hay quien se dopa, como el Pecador, y quien se rompe. 

Nick Kirgios había llegado a cuartos de final en Indian Wells dos veces en ediciones anteriores. 

Esta vez ha caído en las rondas eliminatorias. Ni siquiera ha sido capaz de terminar el partido. Y se ha puesto a llorar.

El niño terrible del tenis mundial se ha puesto a llorar. Niño. Siempre niño.

Probablemente ya jamás podrá volver a luchar contra los gigantes de la raqueta. 

Le quedará el consuelo, como al maravilloso Roberto Carretero, de seguir sobrevolando el circuito ATP y comentar. 

Tigre Tigre

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