Por ver jugar a Nadal

18 de Julio de 2024
Guardar
Nadal

Bastad, un nombre más bien exótico, no del todo fácil de pronunciar. En Suecia. Un torneo ATP 250, las primerísimas rondas. Y sin embargo no hay un solo asiento libre en las gradas. 

Y no hay ningún asiento libre en las gradas porque uno de los contrincantes es el mítico Nadal, Rafael Nadal, Rafa. 

Su rival también es mítico, aunque de rebote, no por méritos propios sino heredados. Es hijo de Borg, Bjorn Borg, el tenista sueco más relevante de todos los tiempos. Que se llama Leo, y es casi imposible que derrote a Rafael Nadal. 

Pero el público no está allí en verdad para ver quien pierde o gana, y tampoco está allí para ver al hijo de una leyenda, sino por el contrario para ver a una auténtica leyenda viva. Porque eso es lo que es Rafael Nadal: una leyenda viva.

Merece la pena ir a ver jugar a Rafael Nadal en cualquier circunstancia, aunque sea un partido sin interés, incluso si Rafa juega mal y pierde. Matizo lo de "si Rafa juega mal " porque él no juega mal nunca. Dejémoslo en: gane o pierda el tenista español.
Porque ver a Nadal ahora es como ir a visitar las pirámides de Egipto o navegar por el Támesis o subir al Empire State. Es conectar con la leyenda. En la pista no es sólo un valiente luchador de treinta y ocho años, sino toda una epopeya, un héroe que ha conseguido cosas cercanas a lo imposible. 

Y por eso las gradas de esa ciudad sueca de nombre no fácil de pronunciar para un español, Bastad, están tan llenas. Porque ver a Nadal es un viaje, un acontecimiento, un privilegio. 

Ojalá estuviéramos allí. Disfrutando de su historia y su talento. 

Tigre Tigre

Lo + leído