Todo es presente, todo es prisa, todo es ambición. Hasta que nos detiene el tiempo. A todos.
Solo los personajes de ficción pueden derrotarlo, solo Don Quijote o Spider-Man o la Alicia de Lewis Carroll logran transitoriamente vencerlo, y digo transitariamente porque en verdad nada es eterno.
Lo parecía, sin embargo, Rafael Nadal. Rafa daba la sensación de que sería eterno. Algunos lo han criticado pero a mí me ha parecido una maravilla como ha luchado e intentado levantarse y resucitar una y otra vez, seguir siendo el héroe al que admira el mundo entero.
Lo va a hacer fenomenal. Saliendo por la puerta grande. Por la Davis. Por la Copa Davis. Y aún manteniendo la posibilidad de ser el vencedor de sus ultimísimos partidos profesionales.
Aunque quizá alguien le convierta en personaje de ficción, de hecho ya lo es en muchos videojuegos, y siga ganando batallas como el Cid Campeador, después de retirado, después de muerto.
Aplauso desde el corazón. Con todo el sentimiento.
Tigre Tigre