Verstappen, doblemente derrotado en Miami

05 de Mayo de 2025
Actualizado a las 19:52h
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Max Verstappen

Había sido invisible en la carrera Sprint, uno más entre pelotón detrás de la cabeza, para finalmente acabar el último. Max Verstappen acabando el último...

Pero Verstappen es Verstappen y no se rinde nunca. Y además, ¡qué diablos, acababa de tener descendencia, su primer retoño, una niña!

¿Que los McLarens son superiores? Vamos a verlo. 

Y en la clasificación demostró que los niños siguen viniendo, como cuenta la tradición, con un pan debajo del brazo. Y si el papá es piloto en lugar de un pan vienen con una buena pole position... bajo el casco. 

Para la carrera tenía la estadística en contra, y lo sabía. En todas las ediciones anteriores del Gran Premio de Miami ninguna vez había ganado el poleman.

Pero... ¡¡¡¡Yo soy Max verstapen y tengo cuatro títulos mundiales consecutivos!!!!

Así que cuando Lando Norris quiso adelantarle en la salida, el holandés demostró inmediatamente que era, y es, el REY. 

Pero al rey, por mucha hija recién nacida que tenga, le hace falta un caballo con alas para competir en el hipódromo del motor. 

Max, en la clasificación, había sido capaz de sacarle a su actual compañero de equipo, ya veremos lo que le dura, Yuki Tsunoda, nada menos que siete décimas de segundo de ventaja.

Pero el siguiente que iba a ir a por él, con el cuchillo entre los dientes no era ya Lando Norris, con el que ha peleado muchas veces, y ganado prácticamente todas, el gran Max. 

Detrás tenía un volcán de odio. Un volcán de odio invisible, porque el mundo veía la cara de un joven australiano y escuchaba su nombre: Óscar Piastri. Pero no tanta gente sabe quién está detrás de Óscar Piastri. Su compatriota y manager: Mark Webber. Uno de los pilotos más injustamente maltratados por la siempre despiadada escudería de las bebidas energéticas.  Le tocó, largos años, hacer el papel de piloto número 2; cuando Sebastian Vettel ganaba mundial tras mundial. 

Y Webber juró venganza. Y se está vengando. Y se seguirá vengando muy probablemente a lo largo de toda esta temporada. Lo de Miami ha sido sólo un episodio más. 

Max Verstappen hizo todo lo posible, y lo imposible, para mantener detrás al pupilo de Mark Webber. 

Aguantó un rato bastante largo, y fue muy emocionante. Todos pensábamos que realmente estábamos ante un piloto cuyas manos eran más importantes que la máquina que conducía: Max.

Y quizás sí, quizás si hubiese sido cualquier otro el rival, incluso el mismo Norris, no habría logrado pasarle. Pero Piastri es el arma secreta de Webber. 
¡Como debió disfrutar el viejo Mark cuando el Red Bull fue derrotado y adelantado, a pesar de que al mando estaba el tetracampeón del mundo!

No es posible determinar si después de ese adelantamiento Max se desinfló, o Lando Norris, al ver el ejemplo de su compañero de equipo, se libró de todos sus complejos cuando fue una vez más a por el holandés. O una mezcla de ambas cosas. En cualquier caso también lo adelantó. 

En Red Bull ya no está Adrian Newey. Dudamos mucho que el coche vuelva a ser el mejor. 

Ahora sería oportuno añadir que la simple presencia de Adrian Newey tampoco hace milagros; como demuestra lo fatal que está yendo el Aston Martin hasta el momento.... Aunque tiempo al tiempo. 

A Max no se le olvidará que la primera carrera que disputó después de nacer su hija fue derrotado doblemente. Y tampoco se le olvidará a Mark Webber esta victoria. 

La Fórmula 1, el gran circo de los egos. Aquí no hay sitio, ladies and gentlemen, para eso que en sociedad llamamos "compasión".


Tigre Tigre

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