Ya no deberíamos llamar a Alcaraz "Carlitos"

23 de Junio de 2025
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Carlitos Alcaraz

Y no deberíamos porque creo, y ya he escuchado a mucha gente expresar opiniones parecidas, que desde la final en Roma, que ganó con solvencia, no ha jugado ni un solo partido siendo Carlitos. 

Algún punto, alguna sonrisa... Y nuestro hábito, el hábito de los comentaristas deportivos, de llamarlo Carlitos.

Pero ahora no es ya ningún chico buscando conquistar el universo. Ya lo ha conquistado. Es como si llamasemos a Alejandro Magno, que fue rey de Macedonia a los veinte años, Alejandrito.
Alejandrito Magno. Suena ridículo.

En el torneo de Queens, que como todo el mundo sabe ha ganado, lo más significativo ha sido su forma de afrontar todos los partidos: "Esto es un trabajo, esto es mi oficina, y yo tengo que hacer lo que espera de mí el mundo y lo que espero yo de mí mismo". 

Sí, repito, alguna sonrisa después de cualquiera de sus puntos extraordinarios. Pero en verdad esa sonrisa, aunque pudiera parecerlo y recordarnos a la original, no era de Carlitos. 

Le seguía llamando así la comentarista de voz agradable que estaba locutando el partido a través de Movistar con Mielgo. Y cada vez que  decía "Carlitos" yo sentía una suerte de tristeza, de mordisquito en el estómago, porque el chaval, nadie puede negarlo, ha crecido.

Supongo que le seguiremos llamando así en alguna ocasión, entre otras cosas porque para quienes escribimos es muy agradable disponer de una panoplia de nombres lo más amplia posible para no repetir siempre lo mismo: el Mito del Palmar, el Muro, el Niño Maravilla, don Charly....

Alegrémonos todos, alegrémonos muchísimo, porque ha sido un regalo conocerlo cuando era al 100% Carlitos.
Aquel partido que ganó a Djokovic, su Open USA, el primer Wimbledon...

Te has hecho mayor, Carlos, un hombre de 22 años que mantiene económicamente a un montón increíble de gente; pero en cualquier caso sigues siendo un deportista, y un ser humano, incomparable, magnífico. 

Ya sé que es ley de vida, pero yo, que soy un hombre sentimental, no podré evitar echar de menos (en algunos momentos) a aquel adolescente, a Carlitos.

Tigre Tigre

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