El futbol tradicionalmente ha levantado las pasiones de todo tipo de personas en el mundo, y España no es la excepción. En el caso de las divisiones principales (La Liga EA Sports y La liga Hypermotion) su éxito es abrumador, los estadios se abarrotan y las ciudades y pueblos de todo el país se paralizan si juega su equipo. El poder de unión que tiene este deporte es verdaderamente increíble. Esta pasión contagiada por el esférico se mantiene viva hasta donde los focos no suelen llegar con tanta facilidad: las categorías inferiores.
En la temporada 21-22 la estructura de estás categorías cambió radicalmente, se dejaron atrás las tradicionales Segunda B y Tercera división para crear Primera RFEF, Segunda RFEF y Tercera RFEF. Las competiciones de las que hablamos siempre han tenido un componente de nicho, de superación y de ilusión por ascender y pelear títulos con los equipos más grandes del país. Sin embargo, son varios los equipos que nunca han conseguido salir de las categorías inferiores, tales como: Real Ávila CF, Unión Balompédica Conquense, Zamora CF, Gimnástica Segoviana o CD Teruel entre otros.
Estos clubes tienen un bagaje histórico muy importante, todos fueron fundados en el siglo XX, desde el Ávila, que nació en 1923 y recibió el título de “Real” dos años después, de la mano de Alfonso XIII; hasta el Zamora que fue inaugurado en 1968 y siendo el más moderno de los cinco cuanta con más de 55 años de historia. Siguiendo con el Zamora, es también el que posee el estadio más grande, el Ruta de la Plata, con capacidad para 7.813 espectadores que contrasta con los 2.500 del Estadio Municipal de Albuera, donde juega el equipo segovianoo los 6.000 que pueden albergar los estadios de los conjuntos de Ávila y de Cuenca.
Con respecto a su participación en la Copa del Rey el más destacado vuelve a ser el equipo zamorano, que tuvo su mejor participación en la temporada 2005-2006 cayendo en octavos de final ante un FC Barcelona plagado de estrellas. La UB Conquense también tuvo la oportunidad de medirse contra equipos de primer nivel, como el Atlético de Madrid, en el año 2003, donde cayeron 2 a 3 en una ajustada eliminatoria; o la Real Sociedad en la presente temporada, donde también fueron eliminados.
En la actualidad, la situación de estos equipos sigue siendo la misma a la que están acostumbrados: CD Teruel, UB Conquense y Real Ávila CF están actualmente en segunda RFEF mientras que el Zamora CF y Gimnástica Segoviana están una categoría por encima.
Todos estos equipos representan valores que sus aficiones encarnan partido a partido, en tierras “olvidadas”, fuera de los focos y las agendas mediáticas, el futbol alza la voz. En Teruel, cada vez que se abren las puertas del Estadio Pinilla, la ciudad hace ruido, se revuelve contra el vacío de las instituciones y grita a todo pulmón “estamos aquí”, el orgullo y el sentido de pertenencia inundan cada uno de los corazones turolenses. Todo gracias al futbol.
Segovia por su parte consigue romper las barreras del tiempo cuando su equipo juega. Jóvenes y mayores se reúnen en torno a una tradición guiada y protagonizada por sus jugadores. Un legado inigualable que se transmite de generación en generación y que unen a las personas a su tierra creando un vínculo irrompible. De nuevo, gracias al futbol.
En definitiva, estos equipos son mucho más que instituciones deportivas, son símbolos de la tierra que representan, son reflejo de valores como el esfuerzo y la perseverancia, el orgullo de sus vecinos, un motivo para juntarse y vivir, no solo un partido de futbol, si no una experiencia total, repleta de emociones y pasión. Aquella a la que los focos no alumbran.