¿Se imaginan una prensa deportiva como la inglesa en España?

10 de Abril de 2025
Actualizado a las 11:56h
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¿Se imaginan una prensa deportiva como la inglesa en España?

La pregunta del titular podría extenderse a la prensa en general porque la importación del tabloide, esa prensa sensacionalista, de segundas intenciones y de medias verdades (ergo mentiras), es prácticamente la mayoritaria. En ello ha influido, indudablemente, tanto el exceso de medios, como las redes sociales, pero no deja de ser una lástima que nadie haga el mínimo esfuerzo por mostrar los hechos tal y como son. Sin embargo, no siendo la prensa generalista gran cosa, a deportiva es aún peor. Al sensacionalismo han añadido el nacionalmadridismo y, claro, el producto es para depositar en el contenedor de materias inorgánicas.

Salvo los dos o tres tabloides, los medios ingleses no hacen prisioneros y no se decantan por ninguno de los equipos, salvo los medios locales que son de su equipo para alabar y criticar con todo cuando hace falta. Si un jugador está más tiempo en los bares o tocándose los dídimos en el campo, lo dicen, lo critican, lo señalan, sea éste de su equipo o del otro. Las crónicas intentan ser lo más imparciales posibles, dentro de la amplia subjetividad que existe en el mundo del deporte y del fútbol en particular. Si un equipo hace el ridículo no se esperen que le maticen esto o lo otro, atizan con el mazo gordo y haciendo sangre si es necesario. Lo que es hacer periodismo y análisis más o menos objetivo.

En España, empero, los medios locales suelen ser muy de su equipo y críticos cuando hace falta, pero son eso, medios locales que llegan hasta donde llegan. Los medios de ámbito nacional, o eso dicen, son nacionalmadridistas sin más. Ahí tienen al Madrid de los coches —cuando vienen bien dadas si no silencio—; el Madrid de la NBA —a pesar de haber españoles jugando nadie habla de ellos porque, ¡vaya hombre!, no han pasado por el club de la Castellana; el Madrid del tenis está de capa caída, pero también existe; como el Madrid de cualquier deporte o liga —parece que en Arabia o Inglaterra los españoles que juegan y entrenan no existen salvo los ex-jugadores—. Es el nacionalmadridismo, que a la motos no llega porque no tienen a quien agarrarse, de ahí que se muestren críticos con los españoles cuando toca. Todo gira ante esa ideología.

Las crónicas siempre están trufadas de justificaciones cuando el equipo lo hace mal y/o pierde. Los rivales siempre son despreciados y señalados. Se exalta una carrera sin sentido de un jugador de blanco pero se niega la calidad de un contrario —siempre y cuando no esté en la diana de fichajes del equipo, obviamente—. Se piden balones de oro para auténticos bandarras merecedores del balón de playa. Se esconden títulos de los rivales (al Atlético de Madrid este fin de semana le han quitado la Europa League y la Supercopa de Europa de 2018 en El debate) si hay que hacer sangre con el entrenador ese que no les gusta.

Y así 365 días al año. ¡Ojo! Y sin quitar el sensacionalismo que tienen los tabloides ingleses. Antes que hablar de este o aquel equipo “español” te cuelan que si hay un cocinero que ha vomitado, que si la esposa de este exjugador se ha puesto tetas y cosas por el estilo. Lo peor de todo es que luego se enfadan cuando les criticas y les señalas todas sus miserias y se venden por cuarenta monedas o menos.

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