Antonio Pérez es un ex sacerdote que está casado por lo civil con Montse. Hasta aquí no parece que ocurra nada anormal. Sin embargo, en los últimos tiempos Montse ha sufrido algo que perfectamente podría ser calificado como discriminación femenina.

Montse se presentaba en una de las candidaturas que optaban a la Presidencia de la Hermandad de la Virgen de la Pera en Valdaracete (Madrid). Una noche la persona que encabezaba dicha candidatura llamó a Antonio para comunicarle que el párroco del pueblo le había dicho que debían eliminarla de la lista. Según Antonio la razón de este veto es que están casados por lo civil, ella está casada con alguien que ha incurrido en “pena canónica” por haber abandonado el sacerdocio para casarse con una mujer. El párroco alegó que el Obispado de Alcalá no había dado el visto bueno a que Montse estuviera en la candidatura.

Nos encontramos ante un nuevo caso de discriminación hacia la mujer por parte de la Iglesia Católica porque a Montse se la ha retirado de la candidatura a la Hermandad por el hecho de ser mujer, por el hecho de haberse casado con un ex sacerdote. ¿Por qué el Obispado de Alcalá castiga a alguien que no tiene ninguna responsabilidad en el hecho de que en el pasado su marido fuera ordenado y recibiera el sacramento del sacerdocio? ¿Acaso el Obispado de Alcalá aún tiene la visión de que fue la “mujer pecadora” que atrajo al pecado al sacerdote?

¿El Papa Francisco hubiera permitido que a una mujer se la retire de la elección a la Presidencia de una Hermandad? Evidentemente, no

La Iglesia Católica está en la actualidad en un proceso iniciado por el Papa Francisco de acercamiento a sus fieles, de retomar los valores evangélicos que los anteriores pontífices habían olvidado para favorecer las tesis más reaccionarias de la interpretación de la doctrina. Actuaciones como las del Obispado de Alcalá van totalmente en contra de lo que Jorge Bergoglio está intentando implementar en la Iglesia. ¿El Papa Francisco hubiera permitido que a una mujer se la retire de la elección a la Presidencia de una Hermandad? Evidentemente, no.

El Obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, tiene un largo historial de declaraciones misóginas como, por ejemplo, que “hay que quitarle el voto a las mujeres porque últimamente piensan por su cuenta”. También afirmó que el feminismo es “un paso en el proceso de deconstrucción de las personas”. A estas y otras muchas declaraciones de este obispo hay que unir los ataques constantes contra la igualdad de la comunidad LGTBI. Por eso no sorprende la decisión que tomaron.

Muchos prelados parecen olvidar que el mensaje de la Iglesia Católica es, precisamente, el opuesto a estas actuaciones discriminatorias. El mensaje evangélico es, teóricamente, el amor, el respeto hacia el otro, la hermandad y la lucha por la justicia y la igualdad. En base a lo anterior, actuaciones como las del Obispado de Alcalá son injustificables, declaraciones como las del Obispo de Alcalá son injustificables, por no mencionar a otros prelados como el Obispo de Granada o el de Córdoba.

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