La declaración de Rodrigo Echenique Gordillo, el hombre que ocupó todos los principales cargos que se pueden ocupar en el Santander y el último presidente del Banco Popular tras la aprobación por parte del Ministerio de Economía de Nadia Calviño de la fusión por absorción, era muy esperada porque son muchas las fuentes que lo señalan como una de las personas clave de la operación. Eso sí, siempre en la sombra.
Uno de los puntos que más ha sorprendido de la declaración es la diferencia entre lo que afirmó la semana pasada Ana Patricia Botíny lo que ha dicho Echenique, aspecto que ha sido resaltado por el propio juez Calama quien ha calificado estas diferencias como «incongruencias». Por ejemplo, el hombre al que señaló la presidenta del Santander ha afirmado respecto a la oferta que en noviembre de 2016 le hicieron a Ángel Ron, Echenique ha desmentido a la señora Botín, puesto que señaló que él no recordaba haber tenido participación alguna en esa propuesta.
Es un hecho que Echenique conocía a Emilio Saracho, más bien se podría considerar que las une una relación de amistad y profesional, no en vano ambos son consejeros de Inditex. No se puede olvidar que, en su declaración en la Audiencia Nacional, el presidente que llevó al Popular a la resolución reconoció en su declaración que se había reunido con el entonces presidente de Santander España para que subiera su oferta en fechas en las que el Proyecto Neptuno ya estaba aprobado por el Consejo de Administración de la entidad presidida por Ana Patricia Botín.
Distintas fuentes han confirmado a Diario16 que Echenique ha reconocido un hecho que confirma las verdaderas intenciones de Emilio Saracho. En concreto, ha reconocido que, a los 4 días de haber tomado posesión de su cargo como presidente del Popular, Saracho comió con él en el banco y allí mismo le dijo que su objetivo era realizar una operación corporativa.
Este punto es muy importante para comprobar la magnitud de la operación, puesto que, desde los organismos económicos de España, de los que era máximo responsable Luis de Guindos, seleccionaron a un banquero de inversión para gestionar un banco comercial. Por tanto, Saracho no mintió cuando dijo que él no tenía ni idea de cómo gestionar el Popular. Por tanto, si se aprobó y se permitió que un banquero de inversión, cuya especialidad es, precisamente, realizar grandes operaciones corporativas, la conclusión es que su selección no tenía otra finalidad que la de entregar el Popular al Santander, ejecutar un rescate encubierto. Por tanto, que Nadia Calviño aprobara la fusión por absorción y la desaparición del Popular, sin esperar a que finalizaran los procedimientos judiciales en curso, no fue otra cosa que ser partícipe de una operación diabólica que finalizó con la ruina de 1,2 millones de personas y que, efectivamente, llevó a la sexta entidad financiera de España al nuevo horizonte de la cuenta de resultados del Santander.
Muchos exconsejeros de la sexta entidad española señalaron directamente a De Guindos como responsable directo de la elección de Saracho. No en vano, no se puede olvidar que la primera elección del headhunter (empresa de cazatalentos) contratado por Reyes Calderón fue la del entonces vicepresidente mundial de JP Morgan Chase.
Volviendo a la declaración de Echenique, un punto importante de la misma ha sido el referido al estado de las tasaciones dado que ha reconocido que eran idénticas a las que realizaban tanto el Santander como el BBVA. Este reconocimiento confirma lo publicado por Diario16 y lo afirmado por otros testigos, además de, por supuesto, finalizar el debate sobre sobre si estaban infladas o no.