Banco Santander: un ERE para hacer limpieza

28 de Enero de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Santander laboral

Por más que Banco Santander quiera vender al mundo que es una de las mejores empresas para trabajar, la realidad siempre vacía de contenido a las estrategias de marketing o las campañas de autobombo. El nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) será mucho más cruel que el de 2019, donde los testimonios recogidos por Diario16 fueron aterradores. Sin embargo, el banco presidido por Ana Patricia Botín, en cada proceso de despido colectivo, demuestra que puede superarse en niveles de crueldad de cara a su plantilla.

Los primeros testimonios que están llegando a Diario16 son verdaderamente escalofriantes y muestran cómo entre los trabajadores y trabajadoras del Santander existe la percepción de que este nuevo ERE no tiene más finalidad que hacer una limpiezade miles de empleados y empleadas que, por razones personales o económicas, son incómodos y pueden suponer un obstáculo de cara a los planes de futuro tanto del banco como de sus principales accionistas.

Sobre todo, sorprende que, una vez más, el sector de la plantilla que más está empezando a sufrir las consecuencias de este proceso injustificado de destrucción masiva de empleo sea el de las mujeres. Esto demuestra que Ana Patricia Botín, en cierto modo, tiene razón en su autoproclamado feminismo porque, en realidad, en realidad SU feminismo está basado en una visión mercantil. En consecuencia, la presidenta del Santander es coherente. Sus actos reflejan lo que reconoció en la Junta de Accionistas cuando dijo que «en cuanto a si soy feminista, lo soy, porque que creo en la igualdad de oportunidades y quiero decir que esto no solo es lo correcto, sino quees bueno para el negocio».

Según han confirmado los trabajadores del Santander a Diario16, el banco ha comenzado a aplicar el ERE en la parte correspondiente a los 1.500 traslados a otras compañías del Grupo, y lo están haciendo, como ya informamos en estas páginas, a empresas con convenio de telemarketing (Contact Center) o consultoría, es decir, con condiciones laborales peores que las recogidas en el convenio de banca.

«De momento, la gran mayoría de afectadas son mujeres con hijos o mujeres mayores de 50 años, incluso de 55, que se veían ya prejubiladas y que se han llevado la sorpresa de que Recursos Humanos no las llamaba para irse a casa sino de teleoperadoras. Las más jóvenes, madres, se enfrentan a un problema de conciliación», afirma a Diario16 un trabajador.

Las trabajadoras y trabajadores afectados no pueden negarse a estos traslados porque se encuentran recogidos en el acuerdo del ERE y, de hacerlo, provocaría un despido procedente con 20 días por año trabajado de indemnización y un máximo de 9 mensualidades.

Cuando se plantea un proceso de destrucción masiva de empleo el objetivo inicial, en teoría, es la reducción de costes. Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras del Santander tienen otra opinión. Uno de los consultados por Diario16 afirmaba que, tal y como se están haciendo las cosas en este nuevo ERE, se está produciendo un hecho absolutamente incoherente puesto que, si lo que quiere es reducir costes, el traslado de 1.500 empleados y empleadas a empresas del Grupo no hace más que transferir costes de la sociedad matriz a esas filiales. Sin embargo, lo que sí consiguen es precarizar aún más las condiciones de trabajo para, en un futuro, disponer de una plantilla con un coste menor.

En realidad, lo que los trabajadores y trabajadoras piensan es que se está produciendo una verdadera limpieza de plantilla que, al afectar a personas que teóricamente podían estar tranquilas respecto a su situación, lo que generará es el miedo en aquellos empleados y empleadas que se queden. Esta es la mejor demostración de la inhumanidad del Santander, una empresa en la que no importan los hombres y mujeres que dan todo de sí mismos cada día.

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