Bruselas se prepara para una guerra comercial con Estados Unidos si no hay acuerdo

La Comisión Europea sigue adelante con sus planes para aplicar un 25% de aranceles a importaciones estadounidenses, a pesar de los esfuerzos por alcanzar una solución negociada antes del 1 de agosto

23 de Julio de 2025
Actualizado a las 14:15h
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Bruselas se prepara para una guerra comercial con Estados Unidos si no hay acuerdo
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea

La tensión entre la Unión Europea y Estados Unidos alcanza su punto álgido mientras se acerca el 1 de agosto, fecha límite establecida por el presidente estadounidense, Donald Trump, para alcanzar un acuerdo sobre la guerra comercial que enfrenta a ambas potencias. La Comisión Europea, que ha mantenido un firme compromiso con la diplomacia, se prepara para activar un paquete de represalias arancelarias si las negociaciones fracasan.

A pesar de sus esfuerzos por buscar una salida negociada, Bruselas ha dejado claro que la prioridad no es solo la diplomacia, sino también la defensa de los intereses comerciales de la UE. Si las conversaciones con Washington no llegan a buen puerto antes del 1 de agosto, la Comisión Europea tiene previsto aplicar una segunda ronda de aranceles, que podría entrar en vigor el 7 de agosto.

¿Qué implican estas represalias?

El impacto de las represalias sería significativo, afectando a unas 93.000 millones de euros en importaciones de productos estadounidenses, principalmente en sectores clave como el acero y el aluminio. De esta cifra, unos 21.000 millones de euros corresponden a productos que ya estaban bajo la primera tanda de aranceles. Estos productos, entre los que se encuentran el acero y el aluminio, ya sufren un recargo del 50% tras el primer paquete de medidas introducido por Estados Unidos en 2018.

La nueva lista de productos sujetos a los aranceles está siendo finalizada y se encuentra en fase de consulta con los 27 Estados miembros de la UE. Inicialmente, Bruselas había propuesto un impacto de hasta 95.000 millones de euros en importaciones estadounidenses, pero este volumen ha sido reducido a petición de varios miembros de la UE, que temen un impacto excesivo sobre sus economías.

¿Por qué esta respuesta de la UE?

La Comisión Europea no ha ocultado que su objetivo final es evitar una escalada en la guerra comercial. Sin embargo, también ha dejado claro que, en caso de que no se logre un acuerdo con Estados Unidos, las represalias son una opción que se está tomando muy en serio.

El portavoz de Comercio de la Comisión, Olof Gill, ha explicado que las contramedidas se centrarán en las importaciones estadounidenses más sensibles, con la intención de que los aranceles sean "más claros, simples y efectivos". La idea es fusionar las dos listas de productos afectados en una sola, lo que permitirá una respuesta más ágil y coordinada entre los miembros de la UE.

"Si bien nuestra prioridad sigue siendo encontrar una solución negociada, debemos estar preparados para cualquier escenario", declaró Gill, quien también confirmó que las represalias no entrarán en vigor hasta el 7 de agosto, brindando así más tiempo para las negociaciones.

El objetivo de Estados Unidos: un acuerdo favorable para Trump

Según fuentes cercanas a la administración Trump, la propuesta de Estados Unidos en las negociaciones es clara: el presidente estadounidense busca fijar un arancel mínimo de entre el 15% y el 20% sobre las importaciones europeas, lo que supondría una modificación significativa respecto al 10% de arancel que actualmente se aplica.

En cuanto a las importaciones de automóviles y piezas de automóviles, Trump ha señalado su intención de reducir los aranceles del 50% al 25%, lo que podría aliviar el impacto sobre la industria automovilística europea, pero no de manera suficiente para que la UE considere la oferta como un "acuerdo justo".

La presión sobre la industria europea

El sector más afectado por las medidas actuales y las posibles represalias es el de los metales, en particular el acero y el aluminio. Estos productos están sujetos a una de las tarifas más altas, que han tenido un impacto negativo en la competitividad de las empresas europeas. A pesar de las negociaciones, el daño ya está hecho, y la industria europea sigue enfrentándose a elevados costos derivados de los aranceles.

En este sentido, Bruselas no ha ocultado su preocupación por los efectos colaterales que podrían tener las nuevas medidas. La Unión Europea ha advertido que cualquier escalada en la guerra comercial podría afectar negativamente tanto a la economía europea como a la global, especialmente en un momento de incertidumbre económica global.

El futuro de las relaciones transatlánticas

En un contexto de creciente proteccionismo a nivel mundial, las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos continúan siendo una pieza clave en la estabilidad económica global. Sin embargo, el cambio de rumbo en las políticas comerciales de la administración Trump ha generado una mayor incertidumbre sobre el futuro de estas relaciones.

Bruselas sigue apostando por una salida negociada que evite una guerra comercial total, pero la creciente presión de los sectores afectados y las fuertes tensiones entre los dos bloques podrían hacer que las conversaciones se conviertan en una carrera contrarreloj.

El 1 de agosto se acerca rápidamente, y con él, la posibilidad de una escalada de la guerra comercial entre la UE y Estados Unidos. Aunque Bruselas sigue buscando una solución negociada, las preparaciones para la aplicación de nuevos aranceles están en marcha, y si las negociaciones no avanzan, las represalias de la UE entrarán en vigor el 7 de agosto. A medida que los plazos se reducen, la presión sobre ambos lados aumenta, y la pregunta que queda en el aire es si la diplomacia podrá evitar un enfrentamiento económico de gran escala.

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