Caso Popular: el verdadero error del Santander fue la ruina de 1,2 millones de personas
01
de Febrero
de
2020
Actualizado
el
02
de julio
de
2024
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La presentación de resultados anuales de 2019 dio para mucho más que para comprobar cómo el Santander había perdido más de 1.700 millones de beneficios o que la sostenibilidad del Grupo depende ya, casi en exclusiva, de los mercados americanos, los únicos países en los que incrementó beneficios o, al menos, no perdió.Los resultados del Santander indican que, por un lado, el Banco Popular fue una de las claves para lograr un 2% de incremento del beneficio ordinario en España ha sido gracias a las «eficiencias generadas con la integración del Popular».Por otro lado, y esto es más mucho más grave, en el informe de cuentas del Santander se puede ver el detalle de las provisiones de los activos dudosos y problemáticos. Cuando Banco Popular fue resuelto y vendido por un euro al Santander, tenía una ratio de cobertura del 67%, mientras que el banco presidido por Ana Patricia Botín, en las cuentas presentadas en el día de ayer, ha manifestado que su cobertura actual es del 41%, es decir, que el Popular tenía mejores datos que el Santander en lo referido a provisiones.Lo que estos resultados demuestran es que el banco cántabro compró por un euro una entidad solvente y con mucha capacidad de generar negocio, tal y como se puede comprobar en los resultados que está obteniendo desde que adquirió a la sexta entidad de España.Otro de los aspectos que el Santander señala en su informe de resultados de 2019 es que ha obtenido un crecimiento importante en el sector pymes y empresas, es decir, el punto fuerte del Banco Popular.Sin embargo, Ana Patricia Botín no pudo resistirse a decir que, a pesar de esas cifras y de los miles de millones que ya ha obtenidos de la venta de activos o de las sinergias positivas generadas gracias al negocio principal del Popular, habían cometido un error en sus previsiones de beneficio del banco: «Hay una cosa en la que nos equivocamos: el ciclo. Cuando compramos Popular pensábamos, no nosotros, el mercado entero, que los tipos iban a cambiar y, como he dicho antes, en un banco, que los tipos pasen del 0,5% al -0,4% tiene un impacto enorme. Entonces, aunque no damos estos datos, se va a retrasar un poco la aportación positiva, hasta 2020 o 2021, pero va a estar ahí», afirmó Botín.¿Qué ciclo? Lo verdaderamente importante del Caso Popular no está sólo en las cifras o en la cuenta de resultados, sino en la tragedia social que provocaron el gobierno de Mariano Rajoy, los organismos económicos de la Unión Europea y de España y, por supuesto, el propio Banco Santander.La señora Botín no puede lamentarse ahora, sobre todo cuando la compra del Banco Popular ha provocado la ruina de más de 1,2 millones de españoles, 305.000 familias que vieron cómo sus ahorros les fueron requisados para mayor gloria del Santander y de una Unión Europea que sólo piensa en los intereses de las clases dominantes en vez de en los pueblos, un panorama que, tal vez, explique el hartazgo de los británicos para abandonar un club que ha perdido la humanidad para convertirse en lo contrario de lo que está estipulado en su carga fundacional.El verdadero error de la compra del Popular por un euro fue, precisamente, el modo tan cruel cómo se hizo, no que los mercados o los analistas del Santander se equivocaran en sus previsiones de tipos de interés. Si la entidad presidida por Ana Patricia Botín hubiera comprado al sexto banco español con una oferta en la que se garantizaran los títulos comprados por los afectados con el dinero ahorrado durante toda una vida de trabajo, nada de esto habría sucedido. El Santander se habría beneficiado de la actividad del Popular sin ningún tipo de crueldad y sin hacer tanto daño como hizo.La señora Botín no puede achacar ahora errores de carácter económico a la compra del Popular cuando el Santander ya ha obtenido de la entidad comprada por un euro, al menos, 37.710 millones de euros.La situación contable del Popular indicaba que, en referencia al patrimonio, disponía de 10.777 millones de euros a los que hay que sumar los 5.692 millones disponibles en créditos fiscales diferidos que, «legalmente podría haber monetizado, ante la situación en la que se encontraba o haberle servido como garantía para solicitar más liquidez», afirma el documento.Además, los datos ofrecidos por Quasar, la sociedad conjunta creada por BlackStone con el Santander para la venta de los activos inmobiliarios del Popular, indican que la tendencia alcista del mercado habría permitido a la sexta entidad española obtener 5.115 millones de no haber sido resuelto y vendido al Santander por un euro.Otro punto importante del análisis de las cuentas del Popular es el referente a la liberalización de provisiones. El Santander tenía contabilizadas un importe de 4.600 millones de euros, siendo a 31 de mayo de 2017 las que dispone contabilizadas el Banco Popular por un total de 16.967 millones de euros. Las estimaciones de pérdidas que se presentan en el plan de negocio de esa misma fecha incrementan en 2.090 millones de euros el capítulo de provisiones, más las necesidades de alcanzar el objetivo del 50%, por lo que serían necesarios 1.331 millones de euros más. Por tanto, se contabilizaron en el capítulo de provisiones la cantidad de 19.057 millones de euros. Hay que recordar que aquéllas se cubrieron con dos ampliaciones de capital por importe de 5.000 millones y por la reducción de los dividendos a los accionistas durante la generación de dichas provisiones, así como la reducción del patrimonio neto del banco o del valor del banco que corresponde a los accionistas. Por tanto, con las provisiones contempladas por el Banco Santander en dicho capitulo, se liberalizaron 15.246 millones de euros en provisiones.
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