Se conoce como despido improcedente a la decisión del empleador de terminar el contrato laboral con el trabajador sin realizar los procedimientos adecuados que establece la ley. Cabe mencionar que este tipo de despido se puede dar tanto por defecto de forma o por no haber una causa justificada para este. Conocer todos los aspectos que llevan a que se hable de un despido que no procede ayudará al trabajador a hacer valer sus derechos laborales.
Marco legal del despido improcedente
Para entender bien qué es un despido improcedente se debe explicar el marco legal de un despido. Este se refiere a la decisión unilateral del empleador de dar fin a la relación laboral con su trabajador. No obstante, para que el despido sea legal, se deben cumplir con ciertos requisitos legales, de carácter formal y material. Además, se debe dejar claro cuál es el motivo por el que se ha decidido terminar la relación laboral.
Según lo establecido en el Estatuto de Trabajadores, en su artículo 55, el despido disciplinario debe realizarse por medio de una carta que contiene los motivos por los que se da finalización al contrato. Además, es necesario establecer la fecha en la que la notificación tiene efecto.
Otra clase de despido está relacionada con lo que estipula el artículo 41 del mismo Estatuto, que establece los procedimientos para cambiar de forma sustancial las condiciones de trabajo. Si el empleador no sigue lo descrito en la ley, se considerará que ha realizado un despido injustificado. También entra en esta clase de despido que haya pagos retrasados de forma continua, así como que el monto no sea el que corresponde al cargo.
En el caso de que se considere que no procede el despido, el trabajador puede imponer la reclamación correspondiente. El empleador tendrá la obligación de readmitir al trabajador, o bien pagar una indemnización.
Por otro lado, si se comprueba que el despido sí es procedente, es decir, que está justificado, se entiende que puede tratarse de dos clases de despido: disciplinario, que es aquel en el que el trabajador no tiene derecho a indemnización; u objetivo, cuando el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización de 20 días por cada año que haya trabajado, pero este período no debe superar los 12 meses.
Casos en los que el despido no es procedente
Teniendo en cuenta que un despido no procede cuando no hay causa justificada o bien, no se cumplen con los requisitos legales para este tipo de procedimientos, a continuación, queremos aclarar algunos supuestos para que el trabajador tenga una idea de cuándo hacer valer sus derechos.
Lo más normal es que el despido se dé sin ninguna justificación legal. Y es que el empleador siempre debe explicar el motivo por el que está dando fin a la relación laboral. Entonces, tendrá que presentar las pruebas alegadas en la carta laboral, demostrando que las razones son reales y válidas. Además, este documento debe llevar la fecha de efectividad del despido.
Ahora bien, los casos más comunes, cuando el despido no se ha hecho de forma correcta, son los siguientes:
Despido durante baja laboral
Este es quizás el temor de muchos trabajadores, pues es altamente probable que durante una baja laboral el empleador decida dar resolución al contrato laboral. No obstante, no en todos los casos el despido será por causa justa, por lo que se deben analizar bien todos los hechos.
Lo primero a investigar es si la causa alegada por el empleador está justificada, así como que se haya cumplido con los requisitos de forma. Cabe mencionar que la baja laboral jamás debe ser la causa principal del despido, pues entonces resulta improcedente.
Despido sin preaviso
En España, el plazo de preaviso es obligatorio para el despido objetivo y colectivo. En caso de no cumplir con esta norma, se está en presencia de un despido improcedente, por tanto, hay varias consecuencias posibles para el empleador:
- Indemnización económica correspondiente al salario de los 15 días de preaviso que corresponden. Por supuesto, si la empresa acompaña la carta de despido con la indemnización acorde, no es necesario el preaviso y, por ende, tampoco las demás consecuencias.
- Reclamación judicial que supone una negociación en tribunales.
- Sanciones administrativas que pueden aumentaren gravedad de acuerdo a la infracción y número de trabajadores que se vean afectados por el despido.
Despido durante período de prueba
Es frecuente que el empleador se dé cuenta de que el aspirante no es lo que su empresa necesita, antes de que termine el período de prueba, a fin de cuentas, este tiempo sirve para comprobar las aptitudes del trabajador para el cargo al que aspira. Por tal motivo, este puede finalizar la relación laboral sin alegar causas.
Si se está en período de prueba, el trabajador podría ser despedido sin preaviso, sin derecho a indemnización, e incluso no será necesario cumplir con las formalidades obligatorias comunes. No obstante, hay casos en las que el despido puede considerarse improcedente.
Por ejemplo, que se despida a una mujer por estar embarazada o bien por una baja por maternidad. También se considerará improcedente si el trabajador ya había realizado la prueba con las mismas tareas y, aun así, fue despedido en una segunda oportunidad.
Despido de una relación laboral temporal
A pesar de que se establezca un contrato laboral temporal, el empresario debe cumplir con los requisitos materiales y formales que corresponden al despido legal. Si bien son pocos los casos, un juez puede declarar improcedencia de despido en estos casos. No obstante, esto será posible solo si el trabajador reclama sus derechos por las vías correspondientes, dentro de los 20 días siguientes a que le fuera notificado el despido.
¿Qué hacer si me despiden sin justificación?
Siempre que un trabajador sea despedido sin causa justificada, puede interponer una reclamación judicial para que se califique su despido como improcedente. Esto también es aplicable a los casos en los que no se cumple con el procedimiento correcto. ¿Cómo saber si esto fue así? Ante cualquier duda, lo mejor es comunicarse con un abogado laboralista para que dé asesoría completa y personalizada al trabajador.
Durante los 20 días siguientes al despido, el trabajador tendrá derecho a hacer una reclamación. Pasado ese tiempo, prescribirá el derecho y ya no habrá nada que hacer. Por eso, es imperativo actuar con rapidez para lograr una solución satisfactoria para el afectado.
Ahora bien, aunque no es común, a veces el propio empresario admite en su carta de despido que este es improcedente, por lo que establece una compensación económica que puede ascender hasta los 33 días de salario, calculados por cada año que se trabajó. Obviamente, en este caso no será necesario presentar una reclamación.
Pero, en los casos en los que la empresa no reconoce la improcedencia del despido, establece una indemnización de 20 días por año trabajado, las causas alegadas no son reales o no se cumple con los requisitos de forma, hay dos vías para resolver el caso.
- Conciliación: se reconsidera la decisión final, aceptando la improcedencia y dando la indemnización correspondiente.
- Vía judicial: presentación de demanda ante tribunales por parte del trabajador para que se declare despido improcedente y recibir así la indemnización justa.
Para cualquiera de las opciones presentadas se necesita la ayuda de un abogado experto en derecho laboral que asesore a las partes para resolver la cuestión (conciliación), o que represente al trabajador para interponer la demanda y realice toda la gestión del juicio por despido improcedente.