Continúa el ataque contra el BBVA

Claudia Moreno / Esteban Cano
25 de Julio de 2019
Actualizado el 17 de septiembre de 2024
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Sede del BBVA

Lo que está ocurriendo con el BBVA no es más que el principio de una operación estudiada al milímetro para debilitar al segundo banco español con el fin de facilitar la consolidación bancaria. El sector financiero español se encuentra bajo la presión de una estrategia política que terminará con un mapa bancario formado por dos o tres grandes entidades. Para que esto se lleve a efecto serán necesarias diferentes operaciones que, sorprendentemente, se han iniciado en el BBVA. El último paso lo ha dado la Fiscalía Anticorrupción quien, según ha publicado El País, presentará una solicitud para que la entidad sea imputada como persona jurídica tras las conclusiones de la investigación judicial que supuestamente ha constatado el pago de más de 10 millones de euros a José Manuel Villarejo. Sin embargo, condenando por supuesto las escuchas del ex comisario, que son éticamente reprobables e impropias de una sociedad civil avanzada en la que impere la legalidad, habría que recordar qué pasó en aquellas semanas transcurridas entre finales de 2004 y febrero de 2005 porque ahí está la clave que hace entender las razones por las que el presidente del segundo banco español decidió contratar a una persona como Villarejo. El asalto al BBVA coincidió con un momento en el que la entidad que venía de sufrir una enorme convulsión con el escándalo de las pensiones ocultas a los miembros de su Consejo de Administración y que fueron descubiertas, precisamente, por Francisco González. Esto supuso al final del control del banco por la llamada gente de «Neguri», grupo de intereses que no era del agrado del PP de José María Aznar. El BBVA utilizó a Villarejo para controlar a los atacantes y repeler el ataque. Manuel Conthe, ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la primera etapa de Zapatero, en una entrevista concedida al diario El Mundo, decía que esa operación de ataque al BBVA pivotaba sobre tres ejes:

  • Gobierno: Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno con José Luis Rodríguez Zapatero,
  • CNMV: su vicepresidente Carlos Arenillas, esposo de la que fue ministra Mercedes Cabrera
  • Grupo Prisa: Cadena SER, Javier Ruiz.

Decía Conthe en la citada entrevista: «A nosotros nos llegó, a través de un periodista de la Cadena SER, un dossier que decía que la CNMV investigaba irregularidades en la venta de la sociedad F.G. Valores a Merrill Lynch en los años 90, cuando nosotros no investigamos nada. Fue una manipulación total y absoluta por parte de la unión de una triangulación perturbadora entre la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, la Cadena SER y el vicepresidente de la CNMV». El ataque actual contra el BBVA, tras la publicación de los audios de Villarejo, tiene ciertos paralelismos con la operación diabólica del Banco Popular, sobre todo en lo referente a diferentes publicaciones realizadas por medios de comunicación que tienen entre sus principales accionistas o propietarios a personas o empresas con intereses en que el ataque a la segunda entidad de España surta efecto. Además, hay que tener en cuenta un hecho desde el punto de vista accionarial. El BBVA, a diferencia de las otras entidades financieras, no tiene un referente en el control del banco. Si preguntamos por la calle quién es el dueño del Santander, la gente responderá que la familia Botín, aunque sólo controle apenas un 1% de la misma. Si lo hacemos en referencia a las dos grandes entidades catalanas (Banco Sabadell y Caixabank), la respuesta será relacionar a los dos bancos con las grandes familias empresariales de Cataluña, aunque, en realidad no sea así. Si lo hacemos con Bankia, los ciudadanos responderán que el Estado. Sin embargo, si preguntamos por el BBVA, no existe ningún referente claro que controle a la entidad. Por otro lado, si finalmente la Audiencia Nacional decidiera imputar al BBVA como persona jurídica, nos hallaríamos nuevamente ante el doble rasero de la Justicia respecto a otras entidades como, por ejemplo, el Banco Santander, quien fue «desimputado» recientemente por el Caso Banco Popular tras la aplicación de una nueva Doctrina Botín que dejaba sin aplicación un artículo del Código Penal. Este anuncio aún no está influyendo en la cotización del BBVA, puesto que a la hora en que se está escribiendo esta noticia el valor bursátil prácticamente se mantiene igual que el de la apertura de la sesión de los mercados españoles.

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