La cultura de la delación provoca despidos de trabajadores de Banco Santander

Ana Patricia Botín se enfrenta a la junta de accionistas en medio de gravísimas denuncias por parte de su plantilla

12 de Marzo de 2025
Actualizado a las 12:05h
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Banco Santander Despidos

El próximo 4 de abril se celebra la Junta General de Accionistas de Banco Santander y las gravísimas denuncias realizadas por la plantilla acorralan a su presidenta, Ana Patricia Botín, en un evento en el que, entre otras cosas, se determina su reelección para el cargo de presidenta del Consejo de Administración.

Las condiciones laborales de la entidad dan miedo y en nada se parecen a la imagen que pretenden proyectar de ser un lugar adecuado para desarrollar la actividad profesional. Más bien al contrario, trabajar en Banco Santander es un infierno. Sobre todo, después de que los representantes de los trabajadores hayan denunciado que múltiples despidos se están produciendo como consecuencia de la cultura de la delación del banco.

En una circular interna de la sección sindical de UGT en el Santander se muestra la extrema preocupación «ante la reciente publicación de datos que evidencian el uso de los canales de denuncia interna como un mecanismo que, lejos de garantizar un entorno laboral más justo y transparente, está siendo empleado de manera cuestionable para la salida forzosa de trabajadores».

Según la información publicada, en lo que va de año Banco Santander ha despedido a 393 empleados como resultado de denuncias internas sin que existan suficientes garantías de que estos canales no están siendo utilizados de forma arbitraria o interesada.

Los representantes de los trabajadores no niegan que los canales de denuncia interna sean herramientas útiles y mecanismos de protección frente a conductas inaceptables dentro del entorno laboral, «pero rechazamos con firmeza que estos instrumentos puedan ser manipulados para servir a otros fines. La opacidad en la gestión de estos procesos, la falta de transparencia en las investigaciones o la ausencia de un verdadero derecho de defensa generan una profunda inseguridad jurídica en la plantilla», señala la circular.

«No podemos permitir que el miedo y la desconfianza hacia la persona que se sienta a nuestro lado todos los días, aquella con la que desayunamos, comemos y compartimos nuestros problemas laborales se instalen en nuestros lugares de trabajo», añaden desde UGT.

Movilidad funcional forzosa

Por otro lado, la misma organización sindical, en otra circular interna, denuncia que Banco Santander está eliminando los puestos operativos de forma precipitada e irresponsable, justificándolo con una supuesta reducción de la carga operativa en las oficinas, una afirmación que no se ajusta a la realidad. En muchas sucursales, la operativa de caja, la resolución de incidencias y la gestión diaria siguen siendo imprescindibles. A pesar de ello, la empresa continúa con esta transformación sin planificación ni garantías para la plantilla.

«Además, de forma paralela y totalmente vinculada a esta reestructuración, se ha iniciado una ronda de entrevistas individuales en las que se comunica la reasignación forzosa de los compañeros de Atención al Cliente y Atención al Cliente Digital a los puestos de Ejecutivo Comercial o Ejecutivo Comercial Digital, sin consultas previas, sin alternativas y sin medidas de transición adecuadas», denuncian desde UGT.

En concreto, trabajadores con años de experiencia en tareas operativas deben asumir un nuevo rol comercial, con objetivos, gestión de agenda y captación de clientes, sin la formación ni el periodo de adaptación necesarios. Estos nuevos modelos de oficinas afectan no solo a los puestos operativos eliminados, sino también al resto de la plantilla. Los comerciales se ven obligados a rotar en las funciones operativas que antes desempeñaban los trabajadores afectados por el cambio funcional, mientras siguen vendiendo seguros, hipotecas y otros productos financieros.

Además, se está aplicando una mayor presión sobre los mayores de 55 años para aceptar prejubilaciones que, en otras circunstancias, hubieran rechazado. Se está imponiendo este modelo en oficinas sin la digitalización adecuada y sin instrucciones claras, lo que provoca desorganización, sobrecarga y un deterioro en la atención al cliente.

«Los constantes cambios en el modelo de trabajo están generando inestabilidad y ansiedad, afectando no solo a los empleados, sino también a la calidad del servicio que se ofrece a los clientes. La plantilla, ya sobrecargada de por sí, se enfrenta a una presión insostenible, sin los recursos ni la formación suficiente, en un entorno de incertidumbre constante», denuncia UGT.

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