Tal vez al querer informarte sobre cómo funciona un Seguro de vida y uno de muertos te han abrumado los aspectos técnicos. ¿Es el caso? Entonces presta atención a las siguientes líneas, puesto que desgranaremos las diferencias entre ambos tipos.
Puntos en común
Antes de abordar las diferencias, toca hablar de los puntos que tienen en común. En primer lugar, los contratantes optan por estos seguros para que sus familiares no tengan que lidiar con dificultades económicas en caso de fallecer.
Por otra parte, tanto el de vida como el seguro de decesos son ‘activados’ cuando se produce el fatal desenlace por parte del asegurado. Aunque aquí surge la primera diferencia, empezando ya con la lista de todas ellas.
Diferencias
Para que un seguro de vida responda ante la situación que se ha dado, no tiene por qué producirse un fallecimiento. Y es que una invalidez también da pie a ello. Por el contrario, si se contrata el de decesos no se activaría por muy grave que fuese la invalidez en cuestión, ya que sí o sí tendría que acontecer la muerte que reza en los documentos contractuales.
Ello no es de extrañar, puesto que se trata de un tipo de seguro destinado a que los familiares no tengan que hacerse cargo económico del funeral. No solo nos referimos al velatorio, entierro y demás, sino también a las gestiones de tipo administrativo que sí o sí han de llevarse a cabo.
El hecho de que se muera un familiar ya de por sí es grave, pero todavía lo es más en caso de darse cuenta de que será muy difícil hacer frente a un funeral que acostumbra a exigir un desembolso considerable. Afortunadamente no sucede habiendo contratado previamente un seguro de decesos.
A su vez, la ausencia de papeleo también supone un alivio para unos familiares que, en esos precisos instantes, por motivos evidentes no están con la capacidad para realizar por sus propios medios.
Conviene destacar el hecho de que, en caso de que haya que desplazarse por el país o incluso desde el extranjero, dichos trayectos también son cubiertos, así como el nicho, la sepultura, la lápida, etcétera.
Por otra parte, hay que mencionar la inclusión de un servicio que es de agradecer enormemente: la asistencia psicológica. Si bien es cierto que no lo incluyen todos los seguros, aquellos que sí lo hacen consiguen con ello aliviar la carga mental que han de soportar los familiares tras una pérdida de semejante calibre.
Pero, ¿y si surgen dudas sobre cómo se ha producido la muerte o el factor desencadenante de la misma? Si hubiera que recurrir a un forense, el seguro también correría con todos los gastos.
Los seguros de vida son muy distintos. La indemnización percibida por los familiares también puede transferirse por una invalidez o dependencia. Es decir, se produce en caso de que el asegurado ya no se vea capacitado para aportar económicamente la cantidad que generaba hasta el instante de sufrir el percance en cuestión.
Por supuesto, dicha indemnización se transfiere a quienes estuvieran definidos como beneficiarios, variando la cifra en función del capital previamente establecido. En los casos de muerte siempre se percibe, pero en otras situaciones depende de las cláusulas y del producto contratado. En algunos casos abarca el cáncer de mama invasivo y los accidentes que derivan en invalidez absoluta-permanente.
Cuando el asegurado perece o está incapacitado para continuar trayendo dinero a casa, la estabilidad monetaria de los familiares corre un grave peligro. Es por este motivo que tantas personas se decantan por contratar un seguro de vida que, a pesar de tener puntos en común con el de decesos, presenta numerosas diferencias.
Otra de ellas reside en el testamento online. En efecto, nos referimos a aquel que se hace sin necesidad de acudir a una notaría. ¿Sabías que puede ser gratuito en algunos casos? En efecto, concretamente contratando un seguro de decesos cuya cláusula abarque este punto de tanta relevancia.
La mejor alternativa para una estabilidad económica familiar
Al no conocer los puntos en común y las diferencias existentes, es probable que antes pensases que un seguro de vida no podía complementarse con uno de decesos. Nada más lejos de la realidad. De hecho, es una opción muy recomendable por la que cada vez se decantan una mayor cantidad de españoles.
Y no es para menos, puesto que se trata de una alternativa sobresaliente si se pretende garantizar la estabilidad monetaria a los familiares. Con el seguro de decesos no tendrán que abonar los elevadísimos gastos de un funeral, alcanzando cifras prohibitivas en el país ibérico e incluso recibiendo asistencia psicológica si lo requieren.
A su vez, el capital del seguro de vida será recibido por los familiares para que, ahora que su ser querido ya no puede seguir aportando económicamente para su sustento, se vean capaces de seguir adelante.