El Fondo Monetario Internacional continúa en lamisma línea de defensa de los intereses del capital deshumanizado en vez de buscarsoluciones reales y certeras respecto a las necesidades de los más de 7.500millones de ciudadanos y ciudadanas del planeta Tierra.
La nómina de asesores externos a los que hallamado el FMI muestra cómo se ha dejado fuera a todos aquellos representantesde la sociedad civil, a los humanistas e, incluso, a los economistas quedefienden unas relaciones económicas basadas en la humanidad y no en elexterminio absoluto que pretenden las élites del capital inhumano.
En primer lugar, el FMI no es ejemplo de nadapara nadie y sus soluciones aportadas durante la crisis de 2.008 tuvieron unefecto letal de incremento de la desigualdad entre el 1% de la población queacumula el 85% de la riqueza y el resto de los seres humanos. El FMI ha estadopresidido por corruptos que han acabado en prisión, como Rodrigo Rato; porvioladores, como Dominique Strauss-Kahn; por presuntas cómplices con grandestramas de corrupción, como Christine Lagarde, actualmente presidenta del BCE.Ahora, está presidido por Kristalina Georgieva, la profesora universitariabúlgara que ocupó la vicepresidencia de la Comisión Europea durante los años enque la Unión se deshumanizó y aplicó las políticas neoliberales austericidascontra los países del sur y las economías más débiles. El currículum no eshalagüeño para el resto de seres humanos que no pertenecen al 1% de elegidospor míster Dólar o míster Euro, los dioses del Olimpo capitalista.
En segundo término, incluir a la presidenta delSantander dentro del grupo de asesores externos es una declaración deintenciones, dado que es la mejor representante de ese capitalismodeshumanizado que sólo busca el incremento del activo sobre el pasivo a costade lo que sea. Por sus hechos la conoceréis y los resultados, con unas pérdidascercanas al 70% desde que accedió a la Presidencia tras la inesperada muerte deEmilio Botín, muestran que la asesoría de esta señora no servirá para nada,sobre todo después del «ejemplo» que dio el Santander en esta pandemia. ¿Quépuede aportar la presidenta de un banco que fue calificado por el propio FMIcomo «peligro sistémico» por su elevada exposición en economías volubles? Porcierto, esta exposición ha ido creciendo desde en los últimos 3 años.
Si comprobamos el listado del grupo de asesoresexternos que ha que creado el FMI para buscar abordar los desafíos de la crisisdel coronavirus, nos encontramos con catedráticos y catedráticas deuniversidades estadounidenses de élite, ex primeros ministros implicados encasos de corrupción, ex consejeros delegados de multinacionales dedicadas a lasalud, asesores de multinacionales aseguradoras, altos ejecutivos de empresasde inversión y mercados y representantes de autoridades monetarias de paísesque operan como un paraíso fiscal. Sólo hay una representante de lasasociaciones de la sociedad civil, evidentemente, para intentar dar una imagende compromiso social.
Los nuevos asesores externos son los siguientes:
- NgoziOkonjo-Iweala, exministra de Finanzas de Nigeria;
- TharmanShanmugaratnam, ministro senior y presidente de la Autoridad Monetaria deSingapur;
- KristinForbes, profesora del MIT;
- KevinRudd, ex primer ministro de Australia;
- MarkMalloch Brown, ex vice secretario general de la ONU;
- FeikeSijbesima, ex consejero delegado de Royal DSM;
- RaghuramRajan, profesor de la Universidad de Chicago;
- AnaPatricia Botín, presidenta del Santander;
- CarmenReinhart, profesora de la Universidad de Harvard;
- MohamedA. El-Erian, asesor económico en jefe de Allianz;
- ScottMinerd, director de inversiones de Guggenheim Investments;
- NyaradzayiGumbonzvanda, presidenta de ActionAid International.
Sin embargo, es irritante la ausencia de premiosNobel de Economía como Angus Deaton, Joseph Stiglitz o Paul Krugman, deeconomistas como Thomas Piketty, de premios Nobel de Medicina, de másrepresentantes de organizaciones humanitarias y, sobre todo, de humanistas quepuedan aportar su asesoramiento basado en las consecuencias de esta pandemia enla vida de los seres humanos.
El FMI parece estar buscando soluciones a lamedida del capital deshumanizado, de las dictaduras privadas, que ya utilizaronlas consecuencias de la crisis de 2.008 para convertirse en el «primer poder»del mundo, un poder capaz de someter gobiernos democráticos y de amordazar alas ciudadanías con el miedo a la pérdida de los pequeños beneficios que elcapital entrega a las clases medias y trabajadoras para que crean que disponende una falsa prosperidad cuando, en realidad, no es más que un préstamoperverso porque, en cualquier momento, las élites, los representantes de esasdictaduras criminales del capital, lo pueden arrebatar cuando sus intereses asílo exijan.
El Fondo Monetario Internacional ya ha demostradocuáles son sus objetivos. No ha dudado jamás en arruinar países, no ha tenidoningún problema en llevar a las ciudadanías a la pobreza más absoluta para quesus defendidos no pierdan beneficios en sus cuentas de explotación. José Ortegay Gasset afirmaba que «el tigre no puede dejar de ser tigre, no puededestigrarse. El hombre vive en riesgo de deshumanizarse». Ese estado que elfilósofo exponía a principios del siglo XX, ya lo ha alcanzado el capitalismosalvaje y sin humanidad, ese capitalismo que está pretendido hacerse con elmundo gracias a la complicidad de organizaciones supranacionales como el FMI,el Banco Mundial o el BCE, y con la imprescindible colaboración de gobiernosdemocráticos que anteponen la macroeconomía a la resolución de las necesidadesreales de los pueblos.
Con ese equipo de asesores, ¿qué soluciones va adar el FMI a la crisis del coronavirus? Todas las que beneficien al capitaldeshumanizado, a las dictaduras privadas y, por extensión, lograrán aumentar elpoder absolutista sobre las ciudadanas y ciudadanos del mundo.