El Popular incrementó su capacidad de captación de clientes en el primer trimestre de 2017

02 de Agosto de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Oficina Popular
En estas páginas ya hemos analizado la evolución positiva de los depósitos del Banco Popular en el primer trimestre de 2017 y que el coste de contratación era mejor que el del año anterior. Esto es una prueba clara de que la captación de recursos continuaba una senda de normalidad y que el Popular no había necesitado incrementar los tipos de interés de los mismos para atraer clientes.El volumen total de depósitos de la clientela alcanzó la cifra de 77.346 millones de euros, con un ligero ajuste del 1% sobre el saldo del cierre del año 2016, algo habitual en la evolución de los bancos y sin impacto en la liquidez de la entidad que había reducido sus créditos en mayor volumen. ¿Se pueden esfumar miles de millones de euros en 68 días?Este hecho es una prueba irrefutable, confirmada en el informe de los peritos del Banco de España, de que la evolución de la liquidez al cierre del primer trimestre, pese a la situación convulsa provocada con la sustitución de Ángel Ron, se había superado por la imagen de fortaleza del Popular y nada podía hacer predecir una crisis de la magnitud de la que se produjo sólo dos meses después y que llevó al banco a la resolución. Todo ello provocado por la gestión de la liquidez del equipo de Saracho en los meses siguientes.Como no podía ser de otro modo, estos resultados fueron bien recibidos por el mercado y la acción vivió días de evolución positiva, coincidiendo con el anuncio por parte del inversor chileno Andrónico Luksic de que había comprado un 3% del banco.La comunicación de estas cifras al mercado se produjo el día 5 de mayo, y, «casualmente», sólo 6 días después apareció publicada en El Confidencial la noticia de que la venta del Popular se realizaba por un riesgo claro de quiebra. Tres días antes, además, se había producido la reunión del Banco Central Europeo en que se determinó que la sexta entidad financiera de España, un banco sistémico, debía ser resuelto. La comunicación de unos resultados tan positivos no podía paralizar el plan de intervención declarado en Frankfurt y, de ahí el inicio de actos hostiles contra la entidad que afectaran tanto a la liquidez como al valor de la acción. Había que generar un estado se shock en la sociedad en general que pusiera en duda la viabilidad del banco. Había que generar el miedo en los accionistas y en los depositantes. Miedo, pánico, shock. Para eso tenían al mejor, al hombre que dijo que «iba a estrellar el avión» si hiciera falta para poder vender el banco al único candidato real que había y que, además, se lo quería llevar prácticamente gratis, tal y como se confirmó el día 22 de mayo con la aprobación en el Consejo de Administración del Santander del Proyecto Neptuno.El Plan de Negocio de 2016 estaba dando resultados positivos y eso era algo que no se podía permitir. Por eso se paralizó tanto desde dentro del Popular como desde el Ministerio de Economía. El final ya lo conocen ustedes y muchos aún lo están sufriendo.
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