España acelera su crecimiento: el PIB sorprende al alza en 2024

La economía española crece un 3,1% anual impulsada por el consumo y la inversión, situando al país como uno de los motores de la eurozona

27 de Septiembre de 2024
Actualizado el 03 de octubre
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Carlos Cuerpo celebra el fuerte crecimiento de la economía de España

El crecimiento económico de España en 2024 está superando todas las expectativas. Los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral, publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revelan que el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,8% en el segundo trimestre del año, lo que equivale a un aumento del 3,1% en términos anuales

Este sólido repunte ha generado una ola de optimismo entre analistas y expertos, que ahora revisan al alza las previsiones de crecimiento para el conjunto del año, situándolas por encima del 2,5%.

Este notable desempeño no solo es el resultado de una economía que ha sabido adaptarse y recuperarse de los efectos de la pandemia, sino también de varios factores que, en conjunto, han impulsado el crecimiento. Desde el comportamiento robusto del consumo hasta una recuperación de la inversión productiva, España está demostrando ser uno de los países con mejor desempeño económico dentro de la eurozona.

El consumo y la inversión, motores del crecimiento

Uno de los elementos clave detrás del crecimiento económico ha sido la fortaleza del consumo. Durante el segundo trimestre de 2024, el consumo de los hogares creció un 2,5% en términos anuales, mostrando una notable capacidad de recuperación. A pesar de los desafíos inflacionarios que han afectado a gran parte de Europa, la creación de empleo y el aumento de los salarios han permitido a las familias mantener un nivel de gasto elevado. En particular, las negociaciones colectivas y los aumentos en el salario mínimo han sido cruciales para la recuperación del poder adquisitivo, permitiendo que el consumo interno se mantenga como un pilar esencial del crecimiento.

Por otro lado, la inversión también ha mostrado signos de recuperación. Aunque tardó más en alcanzar los niveles prepandemia, la inversión productiva ha crecido un 2,2% en este último trimestre, impulsada en gran parte por los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Estos fondos han representado alrededor de un 1% del PIB en 2024, según el Banco de España, y han sido clave para revitalizar sectores estratégicos como la industria y los servicios.

Sectores económicos en expansión

Todos los sectores de la economía española han experimentado un crecimiento superior al 2,5% en términos anuales, destacando especialmente el sector servicios, que creció un 3,7%. Este incremento es reflejo de la recuperación de la actividad turística, el dinamismo del comercio y la fuerte demanda de servicios profesionales y tecnológicos.

Sin embargo, persisten retos importantes, particularmente en la inversión privada. La recuperación de la inversión productiva ha sido más lenta en comparación con otros agregados, y gran parte de la misma ha dependido de los fondos públicos. La incertidumbre sobre el acceso al crédito, agravada por las subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) en respuesta a la inflación, ha sido un obstáculo para muchas empresas que buscan financiar nuevos proyectos. Aunque los tipos de interés han disminuido recientemente al 3,5%, tras dos bajadas consecutivas, la financiación sigue siendo un desafío para el crecimiento a largo plazo.

El reto de la inversión privada

A pesar del repunte actual, la inversión privada sigue siendo un área donde España necesita mejorar para asegurar un crecimiento sostenible a medio y largo plazo. El sector privado debe asumir un papel más activo en la transformación del modelo productivo, con especial énfasis en la innovación y la digitalización.

El endurecimiento de las condiciones financieras por parte del BCE ha limitado el acceso al crédito, lo que ha afectado tanto a las empresas como a los hogares. El aumento de los costes hipotecarios ha reducido el margen de maniobra de muchas familias, lo que podría frenar el consumo en el futuro si no se logra estabilizar la situación financiera. Por ello, es crucial que la política monetaria mantenga un enfoque expansivo para facilitar la inversión y el consumo, motores clave para el crecimiento.

Un horizonte optimista con desafíos por delante

A medida que España continúa superando las expectativas de crecimiento, es fundamental mantener una estrategia equilibrada que combine el estímulo al consumo con el fomento de la inversión productiva. Las previsiones apuntan a que el crecimiento del PIB en 2024 podría incluso superar el registrado en 2023, que tras la revisión del INE se situó en un 2,7%. 

No obstante, los desafíos siguen presentes. El aumento del poder adquisitivo debe ir acompañado de medidas que garanticen la estabilidad financiera y el acceso al crédito. Además, el sector privado necesita adaptarse a un contexto global cambiante, apostando por la innovación y la sostenibilidad.

España, un ejemplo de resiliencia

España ha demostrado ser un país resiliente, capaz de superar las adversidades económicas y acelerar su crecimiento tras la pandemia.

La recuperación del consumo y la inversión han sido esenciales para consolidar esta tendencia positiva, pero queda camino por recorrer. Incrementar la inversión productiva y asegurar la estabilidad financiera serán claves para mantener el ritmo de crecimiento y asegurar el bienestar de las futuras generaciones.

A medida que el país avanza en 2024, las señales son positivas, pero solo con una visión a largo plazo que fomente la innovación, la inclusión y la sostenibilidad, España podrá consolidar su posición como una de las economías más dinámicas de Europa.

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