El pasado 23 de abril el Parlamento Europeo reallizó el voto definitivo de la reforma de las reglas fiscales que marcarán la gestión de las cuentas públicas de la UE en los próximos años. Aunque las reglas fiscales propuestas suavicen el ritmo de los recortes de gasto en comparación con las reglas anteriores, para la mayoría de los Estados miembros supondrá restricciones que impedirán hacer frente a inversiones clave en bienestar y futuro.
Ante el resultado de la reforma, diferentes organizaciones de la sociedad civil como Ecologistas en Acción, Greenpeace y Observatori del Deute en la Globalització denuncian el impacto negativo que tendrá este acuerdo en los recursos disponibles que las Administraciones podrán destinar al bienestar de la población y las futuras generaciones. Asimismo, las organizaciones critican que la UE ponga al mismo nivel de prioridad los gastos en defensa y militares que las inversiones en sanidad, educación, vivienda o la lucha contra el cambio climático y la crisis ecológica.
La reforma se aprueba tras cuatro años de vigencia de la cláusula de escape que permitió la desactivación de las reglas fiscales durante la pandemia de covid-19. Esto ha permitido afrontar la crisis económica por la vía de las inversiones públicas, al contrario que los recortes que se infringieron en la década pasada con la crisis griega y del euro. Frente a la reforma planteada, las organizaciones sociales habían pedido por carta al presidente del Gobierno en marzo de 2023 que las nuevas reglas generaran un espacio fiscal suficiente para hacer frente a los principales desafíos de presente y futuro, en línea con los compromisos internacionales de clima y medio ambiente y con la Carta Social Europea.
Según publicó el Parlamento Europeo en su página web, los países con deuda excesiva tendrán que reducirla, de media, un punto porcentual al año si se sitúa por encima del 90% del PIB, y en 0,5 puntos si está entre el 60% y el 90% del PIB. Si el déficit supera el 3% del PIB, el país en cuestión tendrá que reducirlo en los periodos con crecimiento para alcanzar 1,5% y acumular capacidad de gasto para utilizarla cuando las condiciones económicas sean menos propicias.