El Covid19 nada tiene que ver con las pérdidas de 10.789millones de euros comunicadas por el Santander en el día de hoy. Ese quebranto delas cuentas está relacionado con la gestión deficiente que se ha realizado enla entidad cántabra sobre todo a partir de septiembre de 2014.
Desde hace años, Diario16, a través de su labor periodística,además de su trabajo de investigación y análisis, ha ido alertando/denunciandoque la situación del primer banco español no era tal y como la pintaban. En elaño 2017 un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) determinó que elSantander era un peligro sistémico por su elevada exposición en mercados muyfluctuantes (Latinoamérica y Reino Unido, principalmente). Los resultadospresentados hoy muestran que tanto el FMI como Diario16 tenían razón respecto ala verdadera situación del banco.
Sin embargo, y a pesar de que era un secreto a voces, elSantander siempre ha contado con la colaboración de gobiernos nacionales y delas instituciones económicas de la Unión Europea. Las pérdidas de 10.789millones indican que ha llegado el momento de que todos esos organismosrealicen una investigación a fondo de la situación real de la entidad presididapor Ana Patricia Botín y, de ser necesario, intervenirla para sacarla a subastapor una cantidad menor de 1 euro.
Desde septiembre de 2014 la entidad ha perdido casi un 70%de su valor en bolsa, lo que ha generado importantes pérdidas a sus accionistas,sobre todo a los minoritarios que, en proporción, son los que más estánsufriendo los quebrantos en las cuentas.
En este periodo de tiempo el Santander se hizo con elPopular en un proceso plagado de irregularidades y que la propia entidadcántabra reconoció que se había comprado fuera de plazo. Esa compra de laentonces sexta entidad financiera, que está judicializada en diferentesinstancias en España y en la Justicia Europea, le ha supuesto al Santander unbotín de 37.710 millones de euros, tal y como publicamos en Diario16 en el mesde diciembre de 2019. ¿Qué habría sido del banco presidido por Ana Patricia Botínsin el Popular? ¿A dónde habrían alcanzado las pérdidas comunicadas hoy? ¿Cómoestá realmente el Santander? Son preguntas que miles de personas se hacenporque genera inquietud.
El banco cántabro, además, está en serio peligro por elvolumen de litigios que tiene en los juzgados, casos judiciales relacionadoscon los escándalos que lleva protagonizando desde hace años y que, de un modo uotro, están afectando a los resultados de la entidad. Días antes de que sedecretara el estado de alarma, mi compañero José Antonio Gómez publicó en estaspáginas un análisis de cuánto podrían suponerle al Santander los frentes quetiene abiertos en la Justicia. El resultado era demoledor: más de 30.000millones de euros, un 460% de los beneficios obtenidos por la entidad en 2019. Losprincipales son estos:
- Caso Popular: 11.000 millones(tomando como referencia el valor del banco según se indica en el informepericial del Banco de España)
- Caso Andrea Orcel: 100millones
- Seguros PPI en Reino Unido:1.800 millones de libras esterlinas
- Valores Santander: 7.000millones
- Dividendos Cum Ex: lafiscalía de Colonia está investigando tras la primera sentencia condenatoria laparte proporcional del Santander de los más de 55.000 millones defraudados
- IRPH: Exposición de 4.300millones
- Abengoa: 1.000 millones
- Inversión Hogar: 270millones
- Demandas laborales Brasil:Santander admitió riesgo de 4.000 millones
Todos estos datos, publicados por Diario16, muestran que un medio de comunicación puede subsistir y desarrollarse dentro de la libertad e independencia sin necesidad de acudir a sus presentaciones de resultados demagógicas ni recibir publicidad ni prebendas del Santander.
El banco cántabro gastó casi un 11% de sus beneficios en campañas publicitarias en los medios de comunicación. Nuevamente fue mi compañero José Antonio Gómez quien analizó en estas páginas las cifras y eran tremebundas. En concreto, el Santander está gastando anualmente en publicidad una media de 600 millones de euros, aproximadamente un 10% de los beneficios declarados en 2019. Esta cantidad supone casi el doble de lo que invierten su principal competidor, el BBVA, que gasta anualmente de media poco más de 300 millones de euros.
En 2018, Santander gastó 646 millones de euros, con unosbeneficios reportados de 7.810 millones, un 8,2% de los beneficios. En el año2017 se gastó 757 millones y reportó unos beneficios de 6.619 millones lo queequivale a un 11,4% de los beneficios en comprar el silencio de los medios conpublicidad. En 2016 se gastó 691 millones con unos beneficios de 6.204 millonesque equivale a un 11,13%. En 2015 se gastó 705 millones en publicidad con unosbeneficios de 5.966 millones que equivale a un 11,8%. En 2014 se gastó 654millones en publicidad con unos benéficos de 5.816 millones que equivale a un11,2%. Es decir, que el Santander precisa de casi un 11% de sus beneficios para«comprar el silencio de los medios de comunicación».
Ante este panorama, tanto el Gobierno (apoyado por laoposición) como las autoridades financieras de la Eurozona tienen la obligaciónde defender a la ciudadanía y los clientes/accionistas minoritarios y prevenirantes de verse frente a una crisis financiera irresoluble. El Banco Popular fueresuelto por una crisis de liquidez y estaba generando pérdidas por suexposición al mercado inmobiliario tres veces inferiores a las que ha comunicadohoy el Santander.