El entorno económico internacional, cada vez más incierto, está afectando de lleno a las expectativas de los empresarios españoles, especialmente a aquellos que lideran empresas del middle market (de 50 a 250 trabajadores). La escalada de tensiones geopolíticas, sumada a la guerra comercial entre potencias y los riesgos derivados de conflictos como el de Irán e Israel, ha condicionado las previsiones de negocio exterior. Este impacto se refleja en el último informe International Business Report (IBR) de Grant Thornton, que muestra cómo la confianza de los empresarios en un crecimiento sostenido se ha visto afectada.
Una caída en las previsiones de facturación exterior
La inestabilidad global ha dado lugar a una desaceleración en las expectativas de facturación exterior. En el último año, el porcentaje de empresarios que confiaban en incrementar sus ventas internacionales ha caído un 10%, situándose ahora en el 42%, el nivel más bajo desde 2023. Aunque un 46% de los directivos españoles confía en aumentar sus ventas al exterior el próximo año, la cifra está lejos de los valores optimistas registrados a finales de 2024, cuando más de la mitad de los empresarios nacionales contemplaban un incremento en sus exportaciones.
El comercio internacional se ha visto particularmente afectado por los aranceles impuestos por Estados Unidos y la creciente amenaza del cierre del estrecho de Ormuz debido al conflicto en Oriente Próximo, lo que pone en riesgo la circulación del petróleo, un factor crucial para el comercio global. Según el informe, estos factores están generando incertidumbre que se refleja directamente en las decisiones empresariales.
La inestabilidad como barrera de crecimiento
Un 61% de los directivos españoles están preocupados por los efectos de la incertidumbre económica y geopolítica. Esta cifra pone de manifiesto cómo las empresas están viendo el panorama con cautela, especialmente aquellas que dependen del comercio exterior. A nivel global, seis de cada diez empresarios también expresan su preocupación por la incertidumbre económica, lo que indica que este es un fenómeno que trasciende las fronteras de España.
Ramón Galcerán, presidente de Grant Thornton en España, afirmó que “el panorama global actual representa un reto significativo para las empresas españolas. Por eso, es crucial que los empresarios adopten estrategias de resiliencia para mitigar los efectos de los posibles cambios repentinos en el entorno internacional”.
Un panorama de desaceleración
Aunque el 57% de los directivos confía en que sus ingresos aumentarán el próximo año, esta cifra representa una caída progresiva en comparación con trimestres anteriores. En términos de rentabilidad, el 51% de los empresarios nacionales espera mejorar sus márgenes, aunque esta expectativa también refleja un descenso en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Además, el empleo muestra una desaceleración. Tras un repunte en el primer trimestre del año, la expectativa de creación de empleo se ha reducido al 43%. En un contexto en el que la creación de empleo en mayo fue la más baja desde 2013, muchos directivos españoles se muestran cautelosos sobre sus perspectivas laborales a corto plazo.
Una leve mejora en las perspectivas de inversión
Pese a los retos, la digitalización sigue siendo un pilar clave en las previsiones de inversión. El 61% de los empresarios españoles mantiene su compromiso con la tecnología, especialmente en áreas como la Inteligencia Artificial (IA) y la ciberseguridad. Estos sectores siguen siendo prioritarios para el futuro de las empresas, con la IA siendo una de las tecnologías más demandadas por los líderes empresariales.
El informe resalta que, a nivel global, un 64% de los directivos europeos y un 61% de los españoles han apostado por la IA como una herramienta clave para el futuro. En el caso de la ciberseguridad, el 48% de los empresarios españoles considera que la protección de datos y la gestión de riesgos digitales son fundamentales para el desarrollo y la competitividad de sus empresas.
El optimismo por la economía nacional y europea
A pesar de las tensiones internacionales, los empresarios españoles se muestran relativamente optimistas respecto al panorama económico nacional. Un 67% de los directivos cree que la economía española mejorará en el próximo año, lo que refleja un repunte en comparación con la media de la Unión Europea (59%).
Esta confianza se refleja también en la necesidad de seguir adaptando las estrategias empresariales a los nuevos tiempos, con un fuerte enfoque en la digitalización y la inversión en talento humano. El 53% de los directivos asegura que en el próximo año se incrementará la inversión en I+D+i, lo que refleja una apuesta por la innovación como motor de crecimiento.
El impacto de la apuesta por la tecnología
La importancia de la digitalización sigue siendo una de las claves del presente y futuro empresarial. A pesar de las dificultades económicas, las empresas españolas siguen invirtiendo en transformación digital. Este impulso no solo está orientado a las tecnologías de Inteligencia Artificial, sino también a la formación de sus equipos humanos. De hecho, el 47% de los empresarios españoles destinará recursos para mejorar las competencias y habilidades de sus empleados, reconociendo que la falta de personal cualificado sigue siendo una barrera de crecimiento.
Los esfuerzos en tecnología y en la mejora de la competitividad han llevado a muchas empresas a mantener sus expectativas de crecimiento a pesar de los desafíos que se avecinan. Sin embargo, para poder salir de esta espiral de incertidumbre, los empresarios deberán adaptarse rápidamente a los cambios globales y ser más resilientes ante las adversidades.
El International Business Report deja claro que, aunque el panorama global sea incierto y desafiante, las empresas españolas tienen el reto de adaptarse a los cambios sin perder de vista la innovación tecnológica y la sostenibilidad. Los empresarios nacionales siguen apostando por la digitalización y la mejora continua de sus procesos, aunque deberán ser capaces de sortear las incertidumbres económicas y geopolíticas para mantener su competitividad y crecimiento.