Tal y como publicamos en Diario16, los bancos japoneses Mizuho y SMBC se encuentran entre los 10 principales financiadores de la industria del carbón. En concreto, ocupan la segunda y la sexta posición, respectivamente.
La nueva política de descarbonización de Mizuho todavía permite potencialmente la financiación directa de nuevas plantas y minas de carbón térmico existentes. Al hacerlo, la entidad japonesa se niega a unirse al grupo de 49 bancos y aseguradoras que se rigen por el principio de «no nueva política del carbón».
De hecho, en el periodo 2018-2020, Mizuho canalizó 24.000 millones de dólares a desarrolladores de carbón como China Huadian, una compañía que genera más de 15 GW en electricidad a carbón en Asia y África.
Aunque la política actualizada de SMBC se ve bien en el papel, a las ONG japonesas se les ha dicho que habrá lugar para excepciones. Estas excepciones podrían resultar costosas para el clima, ya que todos los nuevos proyectos de carbón son incompatibles con el objetivo de 1,5 ° C.
Durante 2018-2020, según los datos financieros publicados por GCEL, SMBC canalizó 27.000 millones de dólares a 36 desarrolladores de carbón, incluido PLN, una compañía que planea construir 10 GW más de capacidad de carbón en Indonesia.
Desafortunadamente, esta adicción al carbón no se limita a estos patrocinadores olímpicos. El megabanco japonés MUFG (Mitsubishi UFJ Financial Group), el quinto banco más grande del mundo, según S&P, también fue el mayor banco de energía del carbón fuera de China entre 2016 y 2020.
MUFG también está apoyando la expansión del carbón: de los 36.000 millones de dólares de financiación que respaldaron a la industria del carbón entre octubre de 2018 y octubre de 2020, más de la mitad de este apoyo se canalizó a los desarrolladores de carbón.
Desafortunadamente, esa política continúa sin excluir a las empresas que desarrollan nuevos proyectos de carbón y no incluye ningún compromiso de eliminar gradualmente la financiación de esta industria.
Los tres bancos han detenido la financiación de nuevas plantas de carbón «en principio», pero con diversos grados de "excepciones". Aunque estas excepciones disminuyen con cada actualización de la política, Mizuho, MUFG y SMBC todavía permiten potencialmente la financiación directa de nuevas plantas de carbón, negándose a unirse a los 49 bancos y aseguradoras que se han comprometido a "no nuevas minas y plantas de carbón" en todo el mundo.
En el frente de la minería del carbón, Mizuho es el primero de los tres bancos que ahora también excluye la financiación directa para nuevas minas de carbón, pero permite salvedades cuando se trata de minas de carbón existentes «que contribuyen al suministro estable de energía en los países donde tienen políticas alineadas con el Acuerdo de París».
Siguen apoyando la expansión del carbón
Aún más preocupante, la mayor parte del problema del carbón permanece intacta, ya que la mayor parte de la financiación concedida por los grandes bancos japoneses al sector del carbón pasa a través de financiación corporativa indirecta para compañías de carbón en lugar de al directa para proyectos específicos de carbón. Dado que las políticas de exclusión no se aplican a la financiación corporativa, los tres bancos aún pueden apoyar activamente a la industria del carbón y sus desarrolladores, a pesar de las emergencias climáticas y de salud.
Creciente presión para alinearse con el acuerdo climático de París
La movilización dirigida a los tres grandes bancos japoneses está creciendo por todos lados. MUFG está siendo el objetivo por primera vez este año por una resolución de accionistas que requiere que «adopte y divulgue un plan para alinear su financiamiento e inversiones con el Acuerdo Climático de París», con acciones específicas de grupos activistas en todo el mundo en los últimos días. Esto sigue a la primera resolución relacionada con el clima presentada en una institución financiera en Japón con Mizuho el año pasado, obteniendo un 34,5% de apoyo de los inversores. SMBC también ha sido atacado públicamente recientemente por su solicitud para convertirse en un banco acreditado ante el Fondo Mundial para el Clima. Y los tres bancos enfrentan una petición global en curso para terminar con las finanzas fósiles.