La inflación, el arma con el que los ultrarricos y las multinacionales explotan a la ciudadanía

10 de Enero de 2022
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Inflacion

Con las tasas de vacunación en aumento, la ciudadanía de todo el mundo espera volver a algo parecido a la normalidad. Desafortunadamente, los pueblos libres del mundo se están enfrentando a interrupciones en la cadena de suministro y a un aumento de los precios, desde la gasolina hasta los comestibles.

Encuestas recientes muestran que el 92% de los ciudadanos están muy preocupados por el aumento de la inflación, especialmente cuando se trata de alimentos y de combustibles. La principal preocupación para el 89% de los encuestados es el aumento del precio de los comestibles, donde es más difícil para las familias reducir los gastos. 

Sería fácil culpar a los gobernantes, pero este no es el caso. De hecho, los salarios, salvo en algunos países como España, están sufriendo un incremento y millones de personas han vuelto a trabajar tras la pandemia. La realidad es que la inflación está permitiendo que las grandes corporaciones y sus directores ejecutivos ultrarricos están explotando a los consumidores para aumentar sus beneficios y su riqueza.

Las grandes multinacionales han estado obteniendo beneficios récord durante la pandemia y en un año en el que la mayoría de la gente luchó por sobrevivir los directores ejecutivos se han vuelto más ricos, según Forbes. En realidad, han aprovechado todas las oportunidades para llenar aún más sus bolsillos.

Pongamos un ejemplo del sector alimentario. Los directores ejecutivos de las principales tiendas de comestibles como, por ejemplo, la cadena Kroger, afirman que la inflación «siempre es buena en nuestro negocio». 

¿Bueno para quién? En 2020 Kroger obtuvo 132.000 millones de dólares en ingresos. Los salarios promedio de sus altos ejecutivos aumentaron, mientras que el salario del empleado medio cayó un 8%. En febrero de 2021, Kroger anunció que cerraría dos tiendas en California en lugar de pagar temporalmente a algunos empleados 4 dólares más por hora en «pago por riesgo». Cuando las corporaciones codiciosas pueden aprovechar las dificultades económicas, son los trabajadores y las familias quienes pagan el precio.

Los medios y políticos conservadores se aferran a la narrativa de que la inflación es culpa de las políticas económicas expansivas defendidas desde la izquierda. Está claro que las ganancias corporativas están obligando a los trabajadores y las familias a hacer sacrificios innecesarios para que los ejecutivos adinerados puedan enriquecerse aún más. 

La aplicación de la estrategia de disparar los precios para aumentar los beneficios es tan descarada que, por ejemplo, el presidente Joe Biden ordenó a la Comisión Federal de Comercio que investigara el comportamiento anti-consumidor de las compañías petroleras. 

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