La reexpresión de cuentas del Popular tuvo un impacto real muy limitado

21 de Junio de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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La fuga de liquidez del Banco Popular se inició tras el primer trimestre del año 2017. Según indicaron los peritos del Banco de España, el primer momento clave fue la publicación en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del hecho relevante en el que se anunciaba una reexpresión de las cuentas del ejercicio 2016. Esto ocurrió el día 3 de abril de 2017.Con una buena política de comunicación orientada a tranquilizar tanto a los mercados como a los clientes —sobre todo a los que tenían cuentas con un saldo superior al protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos—, una reexpresión de un calibre tan pequeño para un banco con una solvencia acreditada de más de 11.000 millones de euros no habría tenido el efecto devastador que tuvo. Sin embargo, para los que estaban al tanto de la operación de Saracho era necesario dar un pistoletazo de salida: el hecho relevante.Sin embargo, según un documento interno del Popular de la época de Saracho al que ha tenido acceso Diario16, el impacto real en el balance del banco fue muy limitado, sobre todo en lo referido a fondos propios y a cuenta de pérdidas y ganancias (PyG).Según ese documento, la reexpresión supuso un déficit de 241 millones en fondos propios, una rebaja de la ratio de capital CET1 PI de un 0,61% y una bajada del beneficio neto de 2016 de 126 millones (3,6%).Por tanto, la alarma que se generó fue propiciada por no saber dar una imagen positiva del banco en ningún momento y por magnificar problemas que, en realidad, no existían. Sin embargo, el dinero es muy cobarde y cualquier noticia negativa o que puede indicar una tendencia descendente provoca un pánico rápido que en el caso del Popular se tradujo en bajadas del precio de la acción y en retiradas masivas de depósitos que, finalmente, fue lo que llevó a la sexta entidad española a una situación límite que finalizó con la resolución y con la venta por un euro al Santander.Según indica el informe pericial del Banco de España, la falta de comunicación de noticias positivas o que generaran seguridad de que se iban a cumplir con los requerimientos regulatorios durante la gestión de Emilio Saracho «acentuó la inestabilidad de la valoración del banco […] se anunció su reexpresión [por las cuentas] consecuencia de los ajustes comunicados en un Hecho Relevante de 3 de abril de 2017, lo que aumentaba la urgencia de incrementar capital y además arrojaba dudas sobre la adecuada valoración de los activos del Banco. En este sentido, fue premonitorio el comentario de un inversor que decía que estaban poniendo al Banco en riesgo de una fuga de depósitos y que por qué no se había comunicado algún aspecto positivo».El propio informe indica que la entidad tuvo músculo para sobreponerse al primer envite de salida de depósitos y de bajada del precio de la acción. Sin embargo, el día 10 de abril, una semana después del hecho relevante de la reexpresión, Saracho lanzó su segundo ataque contra la entidad que presidía con el discurso en la Junta General de Accionistas que, según los peritos del Banco de España, fue impreciso a la hora de exponer una estrategia concreta.Por lo tanto, la reexpresión de las cuentas tuvo un impacto real muy limitado sobre las cuentas. Saracho con su política de no comunicar aspectos positivos provocó que una gota de agua generara un tsunami capaz de derribar un avión. 
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