El Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN), formado por los ministros y ministras de Economía de los 27 países de la Unión Europea, han decidido sacar de la lista de paraísos fiscales a Islas Caimán, uno de los puntos calientes de la elusión fiscal por parte de las élites mundiales.
Como si nada de esto hubiera pasado, Nadia Calviño, representante española en el ECOFIN, ha afirmado en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, lo siguiente: «La recuperación española está en marcha y puede ser importante si aprovechamos bien las oportunidades que se nos brindan desde Europa y ponemos en marcha los planes de inversión adecuados». ¿Cómo puede decir esto después de aprobarse la salida de Islas Caimán de la lista europea de paraísos fiscales?
La decisión de ECOFIN permite una legalización encubierta de la evasión fiscal puesto que el país caribeño tiene domiciliadas a las principales empresas y bancos del mundo que trabajan con activos de sus grandes clientes. Pero, sobre todo, es una gran noticia para que empresas españolas como Banco Santander, ACS (Florentino Pérez), BBVA o Repsol.
Miguel Urban, eurodiputado español por Anticapitalistas, en declaraciones a Diario16, ha indicado lo siguiente: «La supuesta lista negra, la actual lista de jurisdicciones que no cooperan en materia fiscal, ya nació herida de muerte al no incluir a ninguna de las guaridas fiscales existentes en la propia UE. Y eso a pesar de que el Parlamento Europeo aprobó en marzo de 2019 incluir a Estados Miembro como Luxemburgo, Irlanda, Malta o Países Bajos. Sacar a Islas Caimán Supone una nueva vergüenza para una lista negra que sirve más para blanquear paraísos fiscales que como un instrumento para combatirlos. No podemos olvidar que el beneficio de una minoría peligrosa que se esconde tras las guaridas fiscales se ha convertido en sinónimo de desigualdad, recortes y pérdida de derechos sociales para la mayoría. La lucha contra las guaridas fiscales se ha convertido en un elemento fundamental para combatir la desigualdad y construir democracia por eso es fundamental una auténtica lista para combatir a los paraísos fiscales y no para blanquearlos como hace la UE».
A todo esto hay que añadir que para las grandes empresas y bancos, operar en estos paraísos fiscales sólo les supone una cuestión reputacional que superan gracias a la inversión de cientos de millones de euros en sus departamentos de marketing y comunicación. Por tanto, por eso les supone un negocio redondo seguir operando en las Islas Caimán, Panamá u otros.
Sacar a Islas Caimán Supone una nueva vergüenza para una lista negra que sirve más para blanquear paraísos fiscales que como un instrumento para combatirlos
En los años más duros de la anterior crisis las empresas españolas incrementaron en un 87% su presencia en estos países utilizados, principalmente, para evadir impuestos o para ocultar activos ilícitos. Casualmente, el destino preferido por las empresas españolas fue Islas Caimán.
La oenegé OXFAM señaló en su informe sobre paraísos fiscales que se dirigía a la Unión Europea en los siguientes términos: «Los gobiernos de la UE deben adoptar una legislación integral sobre los informes CBCR que beneficie tanto a la ciudadanía europea como a la de los países en desarrollo al exigir a las grandes empresas que informen sobre sus actividades en todo el mundo».
Sin embargo, y a pesar de las graves consecuencias que supone que las grandes empresas y los bancos sistémicos globales tengan filiales en paraísos fiscales, ECOFIN, donde España está representada por Nadia Calviño, ha decidido sacar a Islas Caimán, el país prototipo de la elusión fiscal, de la lista de paraísos fiscales.
Esta decisión tendrá consecuencias inmediatas en el escenario de la crisis global provocada por la pandemia del Covid19 que se está viviendo en la actualidad. Además, potenciará el círculo de la pobreza extrema.
Por un lado, la recaudación por parte de los Estados se reducirá drásticamente, lo que provocará que, sobre todo en países como España, se termine dependiendo en exclusiva de los impuestos indirectos y del IRPF de las clases trabajadoras porque, al salir Islas Caimán de la lista de paraísos fiscales, se provoca el efecto llamada a las grandes fortunas y las grandes empresas. Esto conducirá a situaciones de incremento del déficit.
La banca, por su parte, que capta mucho dinero en esos paraísos fiscales, prestarán una parte de esos activos a los Estados con los correspondientes intereses. Este es un gran negocio, como lo es el blanqueo de capitales: obtienen dinero a través de sus sucursales en estos paraísos fiscales, y luego se lo prestan a altos tipos de intereses a esos mismos países.
La retirada de Islas Caimán de la lista de paraísos fiscales tendrá consecuencias muy graves como, por ejemplo, la pérdida de derechos sociales por parte de la ciudadanía. La falta de ingresos de los Estados es la puerta para nuevos recortes, sobre todo en un momento en que, aunque la UE ha relajado sus políticas de cumplimiento del déficit, la crisis social provocada por el Covid19 está generando situaciones similares a las de las dos posguerras. Los paraísos fiscales terminan siempre afectando a las clases medias y trabajadoras, que, finalmente, son las que terminan pagando la elusión fiscal al sufrir los recortes en sanidad, educación y otros derechos fundamentales.
Desde un punto de vista político, la pérdida de derechos sociales provocada por la elusión fiscal es la puerta que abre la potenciación de los partidos populistas de ultraderecha a causa del debilitamiento de la protección del Estado. Este hecho hace que partidos como Vox tengan a una población que está esperando soluciones fáciles a problemas que están provocados por la tibieza fiscal de los gobiernos, incluso los de izquierdas, respecto a las grandes empresas y, sobre todo, la gran banca. Además, los Estados parecen tener miedo a afrontar la retirada de los privilegios de las clases dominantes que éstas ya creen como derechos divinos que nadie puede quitarles.
Por otro lado, la decisión del ECOFIN de retirar a Islas Caimán de la lista de los paraísos fiscales supondrá un fomento de la corrupción política y económica, dado que, si un país concreto no tiene ese calificativo, se legitima llevar el dinero ilícito ahí, precisamente ahí.
En consecuencia, la Unión Europea ha cometido un gravísimo error que tendrá unas consecuencias ignotas, no sólo para los Estados, sino también para los pueblos.