El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (UE-Mercosur) lleva más de tres años en punto muerto desde que el Parlamento Europeo y algunos Estados miembro de la UE se negaran a ratificarlo “tal y como está» tras las fuertes movilizaciones de más de 400 organizaciones de la sociedad civil a ambos lados del Atlántico, que afirman que el acuerdo va en contra del planeta, las personas y bienestar animal, y sólo prioriza el beneficio de las grandes multinacionales europeas.
Ahora la Comisión Europea está intentando reactivarlo con un protocolo adicional que pretende sortear las críticas a las deficiencias del acuerdo en materia ambiental y de derechos. Después de meses de negociaciones secretas, el documento se está presentado esta semana a los países del Mercosur.
Aunque su contenido por ahora es desconocido, es previsible que sus compromisos sobre sostenibilidad sean no vinculantes e ineficaces. Un estudio jurídico encargado por MISEREOR, Greenpeace y CIDSE ya concluyó que este tipo de instrumento no es eficaz para lograr medidas de protección del medio ambiente, el clima y los derechos humanos, ya que no modifica las normas comerciales ni establece mecanismos de aplicación vinculantes.
Marta García Pallarés, portavoz de Ecologistas en Acción, ha enfatizado que “los problemas que plantea el acuerdo UE-Mercosur son estructurales. Su principal objetivo es promover el comercio de productos vinculados a la deforestación, al cambio climático y a las violaciones de derechos humanos. Es imposible que un protocolo adicional pueda revertir esto”.
La falta de transparencia en torno al protocolo daña aún más la legitimidad de la UE. «La maniobra de la Comisión Europea al redactar y negociar el instrumento en reuniones secretas vuelve a señalar el carácter antidemocrático de la UE. Es inaceptable que se niegue el acceso a información relevante y se dificulte un debate democrático en los parlamentos para analizar exhaustivamente las consecuencias de este acuerdo”, ha añadido Tom Kucharz, también portavoz de Ecologistas en Acción.
En 2018 el Consejo de la UE decidió que el acuerdo UE-Mercosur tenía que aprobarse por unanimidad. Pero la Comisión Europea está intentando saltarse este compromiso porque Francia y Austria han reiterado su rechazo al acuerdo, mientras que el 7 de febrero el Parlamento neerlandés aprobó una moción en rechazo al acuerdo siempre que afecte al sector agrícola y ganadero.
Por todas estas razones, la coalición transatlántica de grupos de la sociedad civil ha reiterado su llamamiento a detener el acuerdo y rechaza las tácticas de la Comisión de confundir con instrumentos que no cambian ni una coma el texto legal.
«No se puede aprobar un reglamento europeo que pretende limpiar la cadena de suministro de productos asociados a la deforestación en países como Brasil y Argentina y profundizar al mismo tiempo un modelo comercial que arrasa con las vidas de comunidades y aumenta la destrucción de ecosistemas», han asegurado desde la coalición Stop UE-Mercosur.