Tal y como hemos publicado en Diario16, las técnicas que utilizan las grandes fortunas que controlan el 85% de la riqueza mundial para evitar legalmente el pago de sus impuestos son sorprendentes, como lo es que las legislaciones de los países democráticos más avanzados permitan estos abusos por parte de los que más tienen. Este es el mejor ejemplo de cómo funciona el capitalismo cruel e inhumano que ha conquistado el poder real del mundo.
Una de las más sorprendentes de estas técnicas de evasión legal de impuestos es la que involucra a la Roth IRA, que limita a la mayoría de las personas a pagar solo 6.000 dólares al año.
Fue el senador William Roth Jr., un republicano de Delaware, quien impulsó una ley que estableció la Roth IRA en 1997 para permitir que los trabajadores y la clase media ahorrara dinero, libre de impuestos, para la jubilación.
La Administración Clinton no quería otorgar una gran exención fiscal a las grandes fortunas que, probablemente, ahorrarían de todos modos, por lo que vetó el uso de los estadounidenses que ganaban más de 110.000 dólares por año y limitó las contribuciones anuales a 2.000 dólares.
Sin embargo, desde el principio, una pequeña cantidad de empresarios, como el fundador de PayPal, Peter Thiel, terminaron con las reglas: abrir una Roth con 2.000 dólares o menos.
El sistema es sencillo y cruel.
- Obtener un trato prioritario para comprar una participación en una startup que tiene una buena probabilidad de explotar en valor algún día.
- Pagar solo fracciones de un centavo por acción, un precio lo suficientemente bajo como para comprar una gran cantidad de acciones.
- Observar cómo todas las ganancias de esas acciones, sin importar cuán gigantes sean, están protegidas de los impuestos para siempre, siempre que la IRA permanezca intacta hasta los 59 años y medio.
- Finalmente, usar las ganancias, aún dentro del Roth, para hacer otras inversiones.
Aproximadamente una década después de la creación del Roth, el Congreso facilitó aún más convertir las cuentas en gigantescos refugios fiscales. Permitió a todos, incluidos los más ricos, tomar el dinero que habían guardado en cuentas de jubilación tradicionales menos favorables y, después de pagar un impuesto único, cambiarlo a un Roth donde su dinero podría crecer sin control.
La cuenta de jubilación individual, el maná de la evasión fiscal
Según los documentos del IRS (la Agencia Tributaria Federal de Estados Unidos) y en las declaraciones de renta de las grandes fortunas el término «cuenta de jubilación individual» se había convertido en un nombre inapropiado.
En lugar de una forma de construir una «hucha» para la vejez, este tipo de cuentas se ha transformado en vehículos de inversión subsidiados por los contribuyentes estadounidenses.
Por ejemplo, Ted Weschler, adjunto de Warren Buffett en Berkshire Hathaway, tenía 264,4 millones de dólares en su cuenta Roth a fines de 2018. El administrador de fondos de cobertura Randall Smith, cuyo Alden Global Capital ha destruido periódicos de todo el país, tenía 252,6 millones en la suya.
De Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo y un partidario vocal de impuestos más altos a los ricos, ya hemos publicado en Diario16 respecto a cómo apenas paga impuestos gracias a las grietas legales que se lo permiten. Pues Buffett también está haciendo uso de un Roth. A fines de 2018, según los documentos del IRS, tenía 20.2 millones.
Si bien el alcance y la escala de tales cuentas nunca se han documentado públicamente, el Congreso ha estado al tanto de su existencia desde hace mucho tiempo y de las exenciones fiscales que estaban obteniendo para los ultrarricos. La Oficina de Responsabilidad del Gobierno lleva años advirtiendo que los más ricos estaban acumulando cuentas de jubilación masivas de una manera que los legisladores federales nunca pretendieron.
Los recortes favorecen a los más ricos
Al mismo tiempo, el Congreso ha recortado el presupuesto del IRS tan drásticamente que la capacidad de la agencia para descubrir abusos se ha visto obstaculizada. Es decir, nos encontramos ante un nuevo ejemplo de cómo las políticas de austeridad sólo benefician a las grandes fortunas. El dinero llegó a ser tan escaso que la agencia no podía permitirse ingresar datos críticos sobre las IRA Roth de las declaraciones de impuestos en papel en su sistema informático.
A lo largo de los años, algunos políticos han intentado, y han fracasado, tomar medidas enérgicas contra las exenciones fiscales que reciben los ultrarricos de sus IRA gigantes.
Mientras tanto, el IRA Roth de Peter Thiel, el dueño de PayPal, crecía. A fines de 2019, alcanzó los 5.000 millones, aumentando más de 3.000 millones en solo tres años, todo libre de impuestos.
El Señor de los Anillos
Peter Thiel es un declarado fanático de JRR Tolkien, para entonces había traído su IRA Roth a través de una empresa fiduciaria familiar llamado Rivendell Trust. Hay que recordar que en El Señor de los Anillos, Rivendell es un valle secreto poblado por elfos, un santuario brumoso contra las fuerzas de la oscuridad.
La versión terrenal de Thiel de este lugar mágico de la obra de Tolkien reside en un complejo de oficinas suburbano de Las Vegas y cuenta con un pequeño grupo de abogados corporativos.
Sin futuro para las jubilaciones de los trabajadores
Gracias a los IRA Roth, la fortuna de Thiel es mucho más enorme de lo que creían incluso los expertos en contar la riqueza de los ricos. En 2019, Forbes calculó el patrimonio neto total de Thiel en «sólo» 2.300 millones de dólares. Eso era menos de la mitad de lo que valía solo su IRA Roth.
La utilización por parte de los ultrarricos de una herramienta destinada a la clase media y trabajadora se vuelve especialmente sorprendente cuando se considera cómo será el futuro de la jubilación para muchas familias. En resumen, no hay ninguno.
Uno de cada cuatro estadounidenses en edad laboral no tiene nada ahorrado para la jubilación, según se publicó en un estudio de la Reserva Federal de 2020.
Los planes de jubilación corrientes difieren los impuestos para una fecha posterior. El dinero que las personas depositan en sus cuentas se deduce de sus ingresos, por lo que no se les grava impuestos por adelantado, ni tampoco los dividendos, los intereses o las ganancias de las inversiones a lo largo del camino. Como ocurre en todo el mundo, cuando los jubilados retiran su plan de pensiones, tienen que pagar impuestos sobre la renta.
Un IRA Roth, por el contrario, elimina la obligación tributaria en lugar de diferirla. Las personas que abren un IRA Roth no obtienen la exención de impuestos sobre el dinero que pusieron inicialmente.
Sin embargo, una vez que depositan ese dinero, sus inversiones crecen libres de impuestos para siempre y los jubilados no pagan ni un centavo de impuestos sobre los retiros. Aún mejor, a diferencia de una IRA tradicional, la Roth no requiere que los jubilados agoten la cuenta a medida que envejecen.
La ley que creó la Roth IRA fue aprobada en 1997 con un abrumador apoyo bipartidista. Algunos expertos en impuestos predijeron que los trabajadores que tenían más probabilidades de tener dificultades financieras en la vejez no abrirían las cuentas porque no podían permitirse ahorrar.
Los Roths, advirtieron, se convertirían en un regalo para los contribuyentes en su mayoría acomodados que habrían ahorrado de todos modos. Invertir en un Roth era como fijar una tasa de interés en una hipoteca cuando las tasas de interés eran bajas, una propuesta atractiva para los estadounidenses adinerados preocupados de que el Congreso aumente las tasas de impuestos en los próximos años.
Es por eso que la Administración Clinton insistió en prohibir a las personas que ganaban demasiado escondiendo dinero en un Roth. Sin duda, eso evitaría que los superricos jueguen con el sistema para usar a los Roth como refugios fiscales, como están haciendo ahora.