Los márgenes empresariales del Ibex son cada vez más abultados, frente a una inflación y un endurecimiento de los créditos que asfixia a la población. Un análisis de Oxfam Intermón y ActionAid señala que 722 de las mayores empresas del mundo han disparado sus beneficios hasta alcanzar más de 1 billón de dólares anuales de forma conjunta.
El análisis ha sido realizado a partir de la lista 'Global 2000' de Forbes, que muestra que en 2021 y 2022 estas compañías vieron aumentar sus beneficios un 89% respecto al periodo prepandemia comprendido entre 2017 y 2022.
Las empresas del Ibex se benefician de la crisis
La incertidumbre que se abrió con la llegada del COVID 19 está muy lejos de disiparse. El conflicto de Ucrania, la crisis energética y una inflación desbocada son algunos de los factores que auguran que la salida de la crisis aún está lejos.
El año de la pandemia cerró con una contracción del PIB en nuestro país del 9,8% y una caída de los excedentes empresariales del 11,9%. Eso provocó que a finales de 2020 hubiera un 3,3% menos empresas en España que al cierre de 2019. Por ello, el empleo empresarial disminuyó un 2,5%, aunque el grueso de esta repercusión recayó en los empleos más precarios, ya que mientras el número de personas trabajadoras con contrato indefinido trabajando en el sector privado se redujo un 0,2%, el de trabajadoras temporales cayó un 7,9%.
Los beneficios, que Oxfam Intermón califica como "caídos del cielo", ya que superaron el 10% de los beneficios promedio obtenidos durante el cuatrienio anterior, alcanzaron los 1,09 billones de dólares en 2021 y los 1,1 billones de dólares en 2022.
En estos dos últimos años, 45 grandes empresas energéticas de todo el mundo obtuvieron beneficios extraordinarios medios anuales de 237.000 millones de dólares (218.000 millones de euros). Para la ONG, los gobiernos en el mundo pudieron haber incrementado las inversiones en energías renovables en un 31% si hubiesen aplicado un impuesto del 90% sobre los beneficios de los productores de petróleo y gas.
En este sentido, el estudio señala que existen 96 personas milmillonarias vinculadas a la energía, con una fortuna conjunta de casi 432.000 millones de dólares (50.000 millones más que en el mes de abril del año pasado).
17 millones de muertos por Covid-19
Se calcula que cerca de 17 millones de personas han perdido la vida a causa del COVID 19. Sin duda, este es el efecto más dramático. Pero además la pandemia va dejando una resaca de largo alcance en forma de muchas y graves consecuencias sociales.
Una de ellas es un incremento más acentuado de la desigualdad económica. Mientras que los ingresos del 99% de la humanidad se han deteriorado durante la pandemia, y 160 millones de personas han caído en la pobreza, la riqueza de los 10 hombres más ricos se ha duplicado.
Se trata de una tendencia que se venía dando desde hace varios años, ya que desde 1995, el 1% más rico ha acaparado cerca de 20 veces más riqueza global que la mitad más pobre de la humanidad, pero que desde el inicio de la pandemia parece haberse acelerado.
En España, tan sólo durante el primer año de pandemia, más de un millón de personas pasaron a encontrarse en situación de carencia material severa. Mientras, desde el inicio de la pandemia, los 23 principales milmillonarios españoles han visto crecer su riqueza un 29%.
Las energéticas españolas ganan un 165% más
En 2022, las cinco principales empresas energéticas españolas vieron sus beneficios aumentar un 165% respecto al promedio observado entre 2016 y 2019, y alcanzaron el año pasado más de 11.700 millones de euros.
La escasa recaudación tributaria Ibex
También se ha resentido de la crisis la recaudación tributaria, aunque en mucha mayor medida la proveniente de las empresas. Si bien los ingresos fiscales se redujeron un 8,8% en 2020 con respecto a 2019, los ingresos del impuesto de sociedades cayeron un 33%. Sin embargo, la contribución fiscal de las empresas resulta esencial para abordar una salida de la crisis que no deje a nadie atrás.
Quienes más tienen que demostrar en ese sentido son las grandes empresas, ya que en los últimos años el peso de la recaudación ha recaído de forma desproporcionada en las empresas medianas y pequeñas.
Las grandes empresas dispararon su beneficio un 44%
Entre 2016 y 2019 los beneficios de las pymes aumentaron un 21% y su aportación al impuesto de sociedades se incrementó en un 23%. En contraste, las grandes empresas dispararon su beneficio un 44% en el mismo período, pero su contribución fiscal sólo aumentó un 8%. Entre las grandes empresas, las que pueden y deberían jugar un papel determinante en garantizar una recuperación justa son las que están incluidas en el Ibex 35. Para ello, han de evitar repercutir el coste de la crisis entre los colectivos más vulnerables y promover un esfuerzo compartido entre todos los actores de su propuesta de valor.
Según este infirme, una mayoría de empresas del Ibex 35 lo ha pasado mal durante 2020. Los resultados del conjunto de empresas cayeron un 83% en ese año y 11 de ellas entraron en pérdidas. Debido a las medidas que se pusieron en marcha para afrontar esta situación el total de personas que trabajaban en estas empresas se redujo en 104.222, un 7% menos que el año anterior.
Sin embargo, fue el empleo temporal el que más se redujo, con una disminución del número de trabajadores con contrato temporal del 25%, frente a la reducción del 3% del total de empleos indefinidos. A la hora de hacer ajustes salariales, las empresas del Ibex 35 sí han repartido el esfuerzo de forma más equitativa entre los diferentes niveles jerárquicos.
Recorte de sueldos para los empleados que menos cobran
El sueldo medio del conjunto de empresas se redujo un 5,9% en 2020, pero la retribución media de los primeros ejecutivos lo hizo un 7% y la de los miembros de alta dirección un 10%. Aunque evidentemente el recorte afecta en mayor medida a los trabajadores de rentas más bajas y no es comparable al que tienen que hacer personas acostumbradas a cobrar muchos ceros, por mucho que porcentualmente sea similar, al menos este hecho muestra una voluntad de querer compartir el sacrificio. Como consecuencia de ello, la desigualdad salarial se ha reducido: si en 2019 un primer ejecutivo de una empresa del Ibex 35 cobraba 104 veces el sueldo medio de la empresa, en 2020 esa distancia se redujo a 87.
Suben las filiales del Ibex en paraísos fiscales
En fiscalidad, las empresas del Ibex 35 muestran avances en dos sentidos diferentes. En 2020 ha habido una mejora notable de la transparencia fiscal de la mayoría de las empresas, con un 54% que publica el detalle de información necesaria para comprobar la proporción 3 de impuestos sobre beneficios que pagan en todos los países en los que están.
El número de filiales de empresas del Ibex 35 en paraísos fiscales ha subido después de varios años disminuyendo hasta alcanzar las 744. Pero a la hora de repartir dividendos es cuando muchas de las empresas del Ibex 35 no escatiman, aun en un escenario de incertidumbre como el que había al final de 2020. La caída de los beneficios motivó que una de cada tres empresas del Ibex 35 decidiera no retribuir a sus accionistas en 2020 y así el importe de los dividendos repartidos por el conjunto de empresas se contrajo un 17,4%.
Pero al mismo tiempo y en claro contraste, un 40% de las empresas aumentó el importe que destinó a dividendos. Además, seis empresas repartieron un dividendo superior a los beneficios obtenidos en el ejercicio y cuatro siguieron retribuyendo a sus accionistas a pesar de reportar pérdidas. Todo ello configura un panorama que apunta a la poca disposición de las empresas de transitar hacia un modelo de actuación que tenga en cuenta y atienda a todos los colectivos que operan en ellas.
Las empresas hacen recaer el grueso de los recortes de plantilla en los más precarios
Por un lado, hacen recaer el grueso de los recortes de plantilla en los más precarios, trabajadores y trabajadoras temporales. Frente a ello, promueven que los ajustes salariales sean un esfuerzo compartido entre todos los trabajadores. Pero el resultado final es tratar de que los accionistas no acusen la crisis. Es decir, las empresas del Ibex 35 siguen inmersas en el paradigma de “primero, los accionistas”, que prioriza a los dueños del capital por encima de cualquier otro colectivo.
Lo que en momentos de crisis puede visibilizarse como un modelo extractivo que sacrifica las condiciones de las personas trabajadoras para seguir retribuyendo a los accionistas, como si nada pasara. Resulta un panorama desalentador en un momento en que hace falta que todos, y en especial quienes tienen más capacidad, arrimemos el hombro para salir de la crisis en la que estamos inmersas mejor de lo que antes estábamos.
Mientras millones de personas perdían la vía …..
En julio de 2021, mientras millones de personas perdían la vida por falta de acceso a alimentos y vacunas, Jeff Bezos, fundador y accionista mayoritario de Amazon y una de las personas más ricas del mundo, viajó al espacio con un grupo de amigos en una nave de lujo. Y declaró lo siguiente: “Gracias a todos los empleados y clientes de Amazon, porque sois vosotros quienes habéis pagado por todo esto”.
Estas declaraciones ofrecen una lectura clara que permite alcanzar muchas conclusiones. La más inmediata es que es el éxito empresarial de Amazon la que ha permitido a Bezos amasar su fortuna. Pero también apunta a que ha capitalizado el esfuerzo de muchas personas para financiarse un lujo personal. Y eso nos lleva a la reflexión de cómo se reparte la riqueza generada dentro de las empresas, y qué efectos tiene ese reparto en la desigualdad general.
Los bancos españoles ganaron un 38% más
Las cinco principales entidades bancarias que operan en España obtuvieron unos beneficios en 2022 cercanos a los 32.000 millones de euros, un 38% superior al promedio observado durante los años previos a la pandemia, recoge el análisis.
De esta cifra, hasta 6.400 millones serían beneficios "caídos del cielo", según la ONG. En contraste, Oxfam indica en su informe que el aumento en los tipos de interés agrava la vulnerabilidad de más de 600.000 familias con rentas bajas endeudadas que tienen que dedicar más de 4 de cada 10 euros de sus ingresos a la devolución de créditos.