Los ricos ya han sacado de España más de 40.000 millones de euros en 2020

15 de Agosto de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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foto dinero en efectivo

En los primeros cuatro meses del año, en plena pandemia, las grandes fortunas de este país se habían llevado al extranjero, principalmente a Irlanda y Luxemburgo, más de 27.000 millones de euros, lo que hace indicar que a día de hoy esa cifra se habrá disparado por encima de los 40.000 millones. Ese es el patriotismo de las grandes fortunas. Las clases dominantes nunca han estado tan protegidas como ahora, puesto que disponen de tres partidos políticos a su servicio que les preparan las cortinas de humo necesarias para ocultar al pueblo la evasión de capitales salvaje que se está produciendo

Durante los meses más duros de la pandemia, cuando los hospitales estaban saturados y el personal sanitario dando literalmente su vida para salvar la de los miles de enfermos por coronavirus, las grandes fortunas hicieron una campaña de lavado de imagen basada en hacer públicas donaciones millonarias para la compra de distinto tipo de material. Al objetivo no hay nada que objetar, salvo que lo éticamente correcto hubiera sido que nadie se hubiese enterado, que no hubiesen realizado campañas de marketing con esas donaciones, incluso a través de los representantes públicos como, por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Sin embargo, en una situación como la que se está viviendo a nivel mundial, la verdadera solidaridad y responsabilidad para con la sociedad pasa por el pago de los impuestos que les corresponden y no, desde luego, por protagonizar una fuga de capitales hacia otros países.

El artículo 128 de la Constitución afirma que «Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general», y en su segundo punto que «Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general».

El interés general, en la actualidad, no está sólo en contener los rebrotes de Covid19 hasta que los investigadores hayan encontrado una cura o una vacuna, sino en el momento de la reconstrucción económica, del «arrimar el hombro» como gesto de patriotismo.

Sin embargo, ese amor a la patria de las grandes fortunas pasa sólo por el balance final de sus cuentas corrientes y en cuento creen que sus privilegios monetarios están amenazados, aunque esa amenaza sea infundada o generada por intereses políticos, se olvidan del bien común, como siempre han hecho. Si el pueblo sufre, no pasa nada mientras ellos tengan las herramientas para salvar su bandera color «verde dólar».

Además, desde los poderes económicos y financieros se está utilizando esta fuga de capitales para atacar y presionar al Gobierno. Las grandes fortunas se están valiendo de la banca para mover su dinero hacia otros países porque tienen miedo de que se socialicen ahorros, algo que no está en el programa de gobierno, por cierto.

Hay bancos como el Santander que, a través de su negocio de banca privada, tiene presencia en Suiza. Otros, como Bankinter o Banca March, cuentan con filiales en Luxemburgo, el país desde donde, por ejemplo, se envía dinero a España procedente de la corrupción de PDVSA. Los grandes clientes están muy tranquilos porque saben que tienen presencia fuera de España como opción en el caso de que se aplicara un artículo de la Constitución por el bien común de la ciudadanía.

Las grandes fortunas basan su solidaridad en la limosna no en el «arrimar el hombro». Por eso son ricos, por eso la filantropía o la solidaridad no están en su vocabulario porque en este caso no podrían hacer publicidad ni campañas de blanqueo de imagen.

El pacto PSOE-Podemos ya provocó la salida de capitales a Portugal

Los asesores fiscales recibieron una avalancha de peticiones por parte de los millonarios de este país para trasladar su residencia a Portugal y, de este modo, no pagar impuestos en España tras el anuncio del pacto de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos.

Proporcionalmente, los millonarios españoles pagan menos impuestos que las clases medias y trabajadoras. Las cifras actuales de fraude y elusión fiscal de las grandes fortunas y de las grandes empresas en España se calcula que está por encima de los 60.000 millones de euros al año.

Por otro lado, las exenciones fiscales de las grandes corporaciones en España consiguen que, mientras una Pyme está pagando casi un 20%, aquéllas sólo contribuyan al Estado con apenas un 7%, según datos publicados por la Agencia Tributaria. Por tanto, entre unas cosas y otras los millonarios y las élites empresariales, económicas y financieras, dejan de pagar más de 120.000 millones de euros, un dinero que es fundamental para el sostenimiento del estado del bienestar o para que desde la Administración se pueda invertir en políticas activas de empleo efectivas que generen riqueza.

El patriotismo, como el movimiento, se demuestra andando. Una tela de colores no le hace a nadie más patriota. Son los hechos y esta fuga de capitales provocada por el miedo generada por un falso «hachazo fiscal» o por la aplicación de la Constitución sí que debería ser calificado como rebelión porque se trata de una verdadera traición al pueblo.

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