Santander se queda sin 1.000 millones del Banco Popular
30
de Diciembre
de
2019
Actualizado
el
02
de julio
de
2024
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Rodrigo Echenique fue muy claro en su comparecencia en el Congreso de los Diputados: el Santander tuvo en cuenta el cobro de créditos fiscales del Popular a la hora de hacer su valoración para comprar la sexta entidad financiera de España. Por tanto, uno de los hombres clave del banco cántabro de los últimos años dejó claro que el Santander ya daba por los créditos fiscales del Popular.Esas cantidades las tiene que reclamar la entidad presidida por Ana Patricia Botín a la Agencia Tributaria y, hasta ahora, ha ido cobrando religiosamente lo que han ido pidiendo. Sin embargo, según ha publicado El Mundo, Hacienda ha paralizado el pago de 1.000 millones de euros para, en principio, no incurrir en más déficit. ¿El Santander está dispuesto a que España sea sancionada para cobrar un dinero que, en principio y según los argumentos presentados por Uría y Menéndez ante la Audiencia Nacional, no le correspondería? La respuesta es sencilla: las élites no tienen razones de Estado, creen que sus razones son las del Estado pasando por encima de lo que haya que pasar.El Santander argumentó cuando se creó la Doctrina Botín II para evitar que el banco presidido por Ana Botín fuera imputado penalmente por el Caso Popular que tras la compra por un euro se había creado un banco nuevo y que las responsabilidades penales correspondían al viejo. Sin embargo, no ha dudado en ir reclamando año a año los créditos fiscales que, según su propia argumentación, correspondían al «banco viejo» y no al nuevo.La situación contable del Popular indicaba que, en referencia al patrimonio, disponía de 10.777 millones de euros a los que hay que sumar los 5.692 millones disponibles en créditos fiscales diferidos que legalmente podría haber monetizado, ante la situación en la que se encontraba o haberle servido como garantía para solicitar más liquidez.La realidad es que si se considera todo lo que se ha declarado en la Audiencia Nacional, todas las pruebas existentes acerca de las irregularidades cometidas durante el proceso de resolución del banco, subasta incluida, sobre la solvencia y la viabilidad del Popular, sobre el valor real del banco en contraposición del euro, sobre las cantidades mil millonarias que ya ha logrado el Santander gracias al negocio de la sexta entidad financiera de España, sobre los documentos presentados ante la Audiencia Nacional y la Fiscalía, muchos de los cuales han sido publicados por Diario16, sobre la posibilidad de que la JUR asuma esas irregularidades cometidas durante la operación diabólica y se encargue de indemnizar a los afectados, estamos ante un caso claro de presunto enriquecimiento ilícito por parte del Santander —algo que está siendo investigado por la Justicia—, dado que los beneficios obtenidos por el banco cántabro han venido gracias al empobrecimiento de 1,2 millones de personas.Todo ello, además, estando pendiente de la apertura de juicio oral por parte de la Audiencia Nacional, de la realización de pruebas periciales sobre algunos de los aspectos presuntamente irregulares de la operación como, por ejemplo, la firma supuestamente falsa de Saracho. También se está pendiente de demandas por enriquecimiento ilícito del Santander, y, sobre todo, denuncias contra la JUR y Deloitte, recursos contencioso-administrativos en el TJUE y las declaraciones pendientes en la Audiencia de las que ya están confirmadas las de los últimos presidentes/as de la CNMV, el ex gobernador del Banco de España, y, sobre todo, la del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, quien, obligado a decir la verdad, tendrá mucho que decir.Respecto a todo lo anterior, no existe motivo jurídico alguno para que no se impongan medidas cautelares que eviten que el Santander se siga haciendo con un dinero que corresponde a los antiguos accionistas del Popular, puesto que esos créditos fiscales corresponderían a los tiempos anteriores a Emilio Saracho. Además, esos pagos de Haciendo se hacen efectivos para entidades quebradas y el Popular no quebró, era un banco solvente y viable, como afirmaron los peritos del Banco de España. Una crisis de liquidez no supone una quiebra. Por tanto…, ¿cómo puede reclamar el Santander un dinero de un banco quebrado cuando ese banco no quebró?Además, ¿cómo es posible que el Santander haya reclamado más de 2.000 millones de euros del Popular, un dinero muy inferior al valor del banco en bolsa el día de su resolución? Esto sólo tiene una definición: locura y, de hacerse efectivo, una locura que permite una presunta estafa.
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