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El andalucismo debe estar representado en el Parlamento Europeo

Joaquín Francisco Castillo Eslava
Joaquín Francisco Castillo Eslava
Profesor de secundaria y doctor en Economía asociado a la UCA.
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análisis

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No es entendible que Andalucía siendo una de las regiones más numerosas de la Unión Europea (según el Eurostat), después de Estambul, Isla de Francia y Lombardía, no esté representada en el Parlamento Europeo con más de ocho millones de habitantes.

El Andalucismo debe estar representado en el Parlamento Europeo porque Andalucía es una de las regiones más grandes y pobladas de España, y tiene una historia, cultura y acento propio que deben ser defendidas y promocionadas a nivel europeo. Además, Andalucía tiene el importante desafío y necesidad que deben ser abordados a nivel europeo, como el desarrollo socioeconómico, la lucha contra la desigualdad, la protección del medio ambiente y la promoción de la diversidad cultural y lingüística.

En esta línea, la representación de Andalucía en el Parlamento Europeo permitiría dar voz a las demandas y aspiraciones de los andaluces en temas como la agricultura, la pesca, el turismo, la educación y la sanidad, entre otros. Asimismo, sería una oportunidad para fortalecer las relaciones entre Andalucía y otras naciones europeas, así como para promover la cooperación y el intercambio de experiencias en diversas áreas de interés común.

Existen infinitos “DOLORES” socioeconómicos que contribuyen a que Andalucía sea la región con más desigualdad en Europa; y por ello, la imperiosa necesidad que el andalucismo este sentando en un sillón del Parlamento Europeo. Entre los innumerables dolores podemos destacar:

1. Desempleo: Andalucía tiene una tasa de desempleo significativamente más alta que la media española y europea. La falta de oportunidades laborales lleva a que un gran número de personas no puedan acceder a un empleo digno y estable.

2. Economía informal: La economía sumergida es un fenómeno extendido en la nación, lo que impide la fiscalización de ingresos y la protección de los trabajadores. Asimismo, si el Estado no ingresa no es posible la dotación de cobertura socioeconómica (sanidad, educación y servicios sociales, entre otros) para la sociedad andaluza.

3. Baja cualificación laboral: El bajo nivel educativo de parte de la población andaluza limita sus oportunidades laborales y contribuye a la precariedad laboral.

4. Dependencia del sector agrícola y turístico: La economía andaluza está altamente centrada en el sector agrícola y turístico, que suelen ser sectores precarios y estacionales, lo que dificulta la estabilidad económica de la población. Aquí es importante mencionar dos cuestiones: por un lado, la situación de los agricultores debido a su poco margen comercial originado por la propiedad, por parte de la élite empresarial, de la fase distribuidora de cada rubro agrícola; y, por otro lado, las consecuencias socioeconómicas que fomenta la turistificación destacando, entre otros, el éxodo de las personas autóctonas de los lugares, el incremento del precio de la vivienda y la sobre explotación de los recursos naturales.

5. Escasa inversión en educación y formación: La falta de inversión en educación y formación profesional limita las oportunidades de desarrollo y movilidad social de la población andaluza. En este sentido, tenemos los peores datos tanto en lectura como en comprensión lógica matemática según el último informe PISA. Además, acusamos los peores ratios por aula en todo panorama nacional.

6. Corrupción y mala gestión política: La corrupción y la mala gestión política contribuye a la perpetuación de la desigualdad en la nación andaluza, impidiendo la implementación de políticas efectivas para combatir estos problemas

7. Sin propiedad de la cesta de la compra. Debido a no proteger nuestros recursos y vendérselo al mejor postor hoy tenemos una dependencia socioeconómica, en todos los ámbitos (financiero, alimentación, vivienda, financiero y energía, entre otros).

8. Competitividad nefasta. Somos el penúltimo territorio español con el peor dato en el índice de competitividad regional (2020), según Economistas Consejo General. Tenemos las peores cifras de productividad, I + D + i, eficiencia empresarial, entorno económico y mercado de trabajo, entre otros elementos. Este panorama es debido que apenas tenemos industrias y los productos que exportamos no ofrecen un gran valor tecnológico.

En este caso, al no ofrecer productos de alta tecnología, el mercado laboral que ofrecemos es de subalternidad y la relación real de intercambio, cociente entre el precio de las exportaciones y el precio de las importaciones, es ridícula. De ahí, salir de la trampa de la desigualdad en la que estamos sumergidos unido al binomio diagnóstico y políticas actuales es prácticamente imposible.

Podríamos seguir añadiendo “dolores” andaluces para justificar que el andalucismo es casi vital que esté en Bruselas pero no cabría en un solo artículo periodístico.

Son más de tres millones (casi el 40%), según la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social (EAPN-A), de andaluces y andaluzas que está en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Es decir, uno de cada tres familias andaluzas, aproximadamente, son desiguales, alcanzando proporciones intolerables y deslegitimando un sistema que apenas genera oportunidades para todos y todas.

El 1d3 va más allá que un dato es un sistema, con unas reglas de juego inequitativas, que no solo desequilibra la renta y riqueza entre las personas si no que, además, afecta a otras esferas de la sociedad andaluza como edad, género, procedencia geográfica, cultura, religión, etnia, y capacidades diferentes, entre otras. 

De esta manera, el 1d3 atenta, directamente, contra el acceso inequitativo a los recursos socioeconómicos (sanidad, educación, servicios sociales, mercado laboral), produciendo discriminación societaria, e incide negativamente a la destrucción del medio ambiente. Todos estos elementos se van reforzando mutuamente propiciando un malestar general que potencia la desconfianza en las instituciones. Esto último acentúa brechas y descontento social que, unido a una crispación política, está vislumbrando graves conflictos sociales.

Hablemos claro y construyamos el verdadero relato de Andalucía. Andalucía no es pobre es desigual ya que el único mecanismo que existe para no tener recursos suficiente para satisfacer tus necesidades, ni siquiera más básica, es el acceso a las oportunidades socioeconómicas. Por tanto, esto no es a causa de la pobreza sino de la desigualdad y más si cabe con la cantidad de recursos socioeconómico que posee el sur andaluz.

De esta manera, el maldito 1d3 que persigue Andalucía siglo tras siglo no es una consecuencia sino una definición clara de un sistema socioeconómico que hace tanto a la mujer como al hombre andaluz en un ser limitado, poco libre en sus actos y siempre dependiendo de la élite socioeconómica, con todo lo que ello implica.

Para terminar, si lográsemos voz y voto en el Parlamento Europeo Andalucía podría ser una referencia para otras naciones con problemas socioeconómicos similares debido a que ha enfrentado y sigue enfrentando desafíos significativos a desigualdad y cambio climático.

Si Andalucía consigue representación en el Parlamento Europeo, podría promover políticas vinculadas con la lucha contra la desigualdad sirviendo así como inspiración para otros países con la misma problemática. E, incluso, podríamos hacer alianzas con esas naciones para así desarrollar en común líneas de actuaciones que generase un concepto propio de soberanía y progreso.

En resumen, Andalucía tiene la oportunidad de ser visible en el Parlamento Europeo y seguir luchando para acabar con nuestros “dolores” socioeconómicos que ponen en jaque a las nuevas generaciones futuras; y, además, ser una referencia para otras regiones con problemas similares, tanto a nivel nacional como europeo e internacional, y así liderar iniciativas que contribuyan a la reducción de la desigualdad en todo el mundo.

Por cierto, andaluza y andaluz, si existe algún movimiento andalucista con un claro enfoque alternativo al sistema actual que pretenda ser faro para los intereses de Andalucía en el Parlamento Europeo, levántate y no te quedes observando las cifras del paro ya que así jamás llegaremos a fin de mes.

¡Viva Andalucía libre!

X la revolución de los desiguales….

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