¿Se imaginan ustedes a un partido político pagando maletines millonarios a un magistrado del Tribunal Supremo? Pues eso ha ocurrido en el fútbol español con el caso Negreira, un monumental escándalo destapado por la Cadena SER que salpica al FC Barcelona durante la etapa del presidente Bartomeu. La entidad deportiva que hoy dirige Joan Laporta se defiende alegando que el dinero con el que se retribuía a José María Enríquez Negreira, número dos del Comité Técnico de Árbitros, solo tenía un objetivo: garantizar la imparcialidad de los colegiados en los partidos de Liga de Primera División.
Sin embargo, todo lo que envuelve a este turbio asunto emana un sospechoso hedor. Resulta inconcebible que un club de la categoría del FC Barcelona, entre los más laureados de Europa, tuviese en nómina a uno de los máximos responsables de la cúpula arbitral. En cualquier país civilizado a algo así se le conoce como compra de cargos públicos para un determinado fin. Nadie paga más de un millón de euros a cambio de nada, ninguna empresa fiable y solvente se gasta buena parte de su presupuesto en unos supuestos informes que nadie sabe para qué sirven en realidad ni si reportan un beneficio concreto.
La justicia debe de llegar hasta el final en este escabroso episodio que mancha, no solo la imagen internacional del club, sino la credibilidad de la máxima competición futbolística española. Es un escándalo monumental que a esta hora ya debería haber costado alguna que otra dimisión. Y, sin embargo, aquí no pasa nada, el balón sigue rodando, los federativos siguen en sus poltronas y los aficionados siguen engañados en la falsa creencia de que están siguiendo, domingo tras domingo, una competición deportiva limpia que en realidad podría estar adulterada por intereses ocultos. Lo que está en juego es de un valor incalculable, no solo se ha puesto en peligro toda la estructura del fútbol español, incluido el prestigio de la Liga, sino la credibilidad de nuestro deporte más allá de nuestras fronteras.
Mientras tanto, los diarios extranjeros se hacen eco de la noticia. El periódico portugués A Bola publica los últimos sucesos ocurridos en el equipo azulgrana. Hablan de “posible caso de corrupción” dentro del conjunto catalán. El periódico francés L'Equipe se refiere a irregularidades y problemas alrededor del equipo azulgrana. “El presidente del Barça en aquella época ha confirmado que los pagos se realizaban desde 2003, pero que finalizaron en 2018 para reducir gastos”, señalan desde el rotativo galo. El británico Daily Mail publica: “El momento es desastroso para un Barcelona al que han mirado con lupa en los últimos años”. Y La Gazzeta italiana asegura:“El Barcelona pagó 1,3 millones al vicepresidente de árbitros. Práctica común a todos”, según el medio transalpino. Como se ve, el caso ha sacudido como un terremoto al fútbol español.
Una inspección fiscal destapa el escándalo
De momento la maquinaria judicial ya se ha puesto en marcha. Según está informando la agencia EFE, la Fiscalía de Barcelona investiga por un presunto delito de corrupción entre particulares a una empresa de José María Enríquez Negreira, exárbitro y número dos del Comité Técnico de Árbitros entre 1994 y 2018, por unos pagos de 1,4 millones de euros realizados por el FC Barcelona entre 2016 y 2018.
Así lo ha desvelado el programa Que t’hi jugues de SER Catalunya, que informa de que la investigación se inicia a raíz de una inspección fiscal a DASNIL 95 SL por la tributación de los citados 1,4 millones de euros.
Según la misma información, el Barcelona pagó a la citada empresa 532.728,02 euros en el año 2016, 541.752 euros en 2017 y 318.200 euros en el año 2018, que es cuando se produjo el último pago, una fecha que coincide, según el programa radiofónico, con la constitución de un nuevo comité técnico arbitral y la salida de Enríquez Negreira del Comité.
Los expresidentes del FC Barcelona responden
Citado por el mismo programa, el expresidente Josep María Bartomeu asegura que se puso fin a los pagos por “una política de recorte de gastos” y desveló que los informes ya existían “por lo menos en 2003”, cuando él llegó al club, y que se pagaron “de manera continuada” hasta 2018.
Esa misma versión es sostenida por la directiva de Sandro Rosell, según el mismo programa radiofónico, mientras que Joan Gaspart asegura que “no le constan” estos pagos.
Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, considera que “no es casualidad” que en momentos como los actuales “en los que el Barcelona va bien” aparezcan informaciones como las publicadas hoy.
Según la SER, la investigación de la Fiscalía está relacionada con una inspección de Hacienda por irregularidades en la tributación de los tres ejercicios mencionados.
No existen informes ni documentos de la asesoría al Barcelona
En unas declaraciones a la Cadena SER, Enríquez Negreira ha asegurado que no existe documentación porque su trabajo consistía en asesorar verbalmente al club azulgrana, entre otras cuestiones, sobre cómo se debían comportar los jugadores frente a cada árbitro y que nunca favoreció al Barça en ninguna decisión ni designación arbitral.
El Barcelona ha respondido a estas acusaciones diciendo que contrató en el pasado los servicios de un proveedor externo (DASNIL 95 SL) para disponer de “informes técnicos” relacionados con el arbitraje profesional y con el objeto de “complementar información requerida por el cuerpo técnico del primer equipo y del filial”. Así lo ha reflejado en un comunicado emitido a raíz de la información del programa Que t’hi jugues de SER Catalunya.