Roma González

El dinero o la vida

26 de Abril de 2020
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Cambiémoslo todo. Otra forma de vida es posible y másallá aun: es inevitable.  Además, loestamos comprobando. El cambio para salvar al planeta viene y ha de ser porparte de las mujeres. ¿No os dais cuenta? Basta de valorar más al dios dondinero y sus economías que a la vida. ¡BASTA!  ¡Ya está muy mal! ¡terriblemente mal! Llevamosdemasiados siglos con el mundo de, por y para hombres y me refiero a susmandatos, a su poder, a sus formas, a su estilo, su cultura, su educación, susociedad, sus referentes, sus jerarquías y sus violencias.

En casi todo el mundo está quedando bastante claro que estamosviviendo una auténtica Crisis de Cuidados, una crisis de valores. Se está demostrandoque lo Esencial, lo prioritario es la salud y los cuidados. ¿No os parece muchacasualidad que precisamente muchos de esos trabajos esenciales que ahora sonlos que nos están salvando la vida sean los que vienen realizandomayoritariamente las mujeres y que además sean los peor pagados,desprestigiados y menos valorados económicamente en todo el mundo y en todaslas culturas?: limpiadoras, cuidadoras, enfermeras, cajeras de supermercados, hastalas cocineras, (no la versión reconocida yglamurosa de las estrellas Michelín- hombres en su mayoría, ¿otra casualidad?)

Esos trabajos en su mayoría feminizados y despreciados por lamisoginia del capital se vienen haciendo tradicionalmente gratis sin embargo sonlos que sustentan al sistema. ¿No os parece como si estuviera todo al revés? Loestá. Y como ya lo hemos descubierto, ya no pedimos mejoras sobre el mismo sinocambiarlo por otro, y tiene que ser feminista, no queda otra. Me explico (paraquienes no lo tienen claro, aún):

El sistema patriarcal es una estructura de opresiónmilenaria en todo el mundo, muy bien pensado y organizado que divide a lapoblación en 2 grupos: hombres y mujeres y donde el poder está en manos de loshombres a nivel global (no os perdáis en decir que eres pobre, maltratado oexplotado por tu jefe, esto es un análisis global, no individualista).

Para ello el patriarcado emplea técnicas desde que nacemospara enseñar a los niños y a las niñas a vestirse, a hablar, a reaccionar, apensar y a comportarse de diferente manera. Esto es lo que se llama “socializar”a los niños y a las niñas a través de los estereotipos (o mandatos de género). Continúaen la escuela con los libros de texto enseñando una Historia mentirosa eincompleta con sólo la mitad de la humanidad (la de los hombres -salvoexcepciones- invisibilizando y borrando a las mujeres) y termina rodeándonos contoda la cultura que nos bombardea constantemente en la que los hombres están enel centro (androcentrismo) en películas, anuncios, series, literatura, artes,…etc. Y las mujeres están a su alrededor siendo la otredad, el complemento. Muchas,si son protagonistas es o porque son reinas o putas (cuánto daño nos hizo “Prettywoman”). Sobre el cine buscad en internet Test de Bechdel ylo comprobáis.

¿Y qué tiene que ver esto con el coronavirus y la pausamundial que ha generado? Mucho, ya que es un sistema que al dividir muy bienlos trabajos y el dinero:  los hombreshacen el trabajo en esferas públicas, en la calle, productivo y asalariado,  mientras las mujeres hacen el trabajo enámbito privado, en casa, reproductivo y gratis, es la base de nuestro sistema ypor eso las mujeres son las más precarias, las dependientes económicamente de unhombre, son las explotadas y las empobrecidas por recaer sobre ellas lostrabajos domésticos y los de cuidados que ahora ha quedado de manifiesto queson los esenciales para la vida. Por ello es una injusticia que la pobreza enel mundo tenga rostro de mujer con datos escandalosos (el 70% de la pobrezamundial son mujeres mientras que el trabajo gratis generado por cada mujer alaño es de unos 30.000 euros al año, y sólo el 2% de tierras sus dueñas lasmujeres).

EL capitalismo genera la idea de que lo que no sepaga con dinero no vale, no se valora y por eso tenemos este sistemadistorsionado y aberrante en que se paga a un futbolista entre 1 y 10 millonesde euros al mes, mientras que a una enfermera, cuidadora o limpiadora se lepaga entre mil y 2000 al mes. Es indecente, una aberración, es miserable. ¿Osacordáis de aquello de “mi madre no trabaja, es ama de casa”? Eso lo resumetodo, y de ahí venimos. Es necesaria la dignificar todos los trabajos ydesmitificar otros. Así que, hombres, apartaoscon vuestro sistema de explotación y de violencias a un lado (o mejor al fondo)que ahora nos toca a nosotras que ya bastante estropicio habéis hecho durante demasiadossiglos con vuestro patriarcado en todo el mundo.

Estamos en el año 2020, ¿para qué queremos ir a otrosplanetas y tanta tecnología? No queremos más aire irrespirable ni más aguas enterradasen plasticos, no queremos a la naturaleza ni a la humanidad asfixiadas enpesticidas. ¡No queremos morirnos ni que nos matéis, agredáis, explotéis, violéis,prostituyáis, vendáis, alquiléis, pornofiquéis, a ni una más! Ni a las mujeresni a las niñas, ni a los niños, ni a nadie.

Y no nos repitáis más lo del #NotAllMen (ya sabemos que hayexcepciones y hombres más concienciados). Aprended primero a cuidar de estavida, de este planeta y de sus habitantes y a relacionaros de una forma justa,pacífica, equitativa y libre.

Esto es la Revolución feminista contra el sistema patriarcal,contra su capitalismo y el neoliberalismo salvaje que se sustentan mutuamente, contrala globalización (eufemismo de capitalismo e imperialismo). Es la revolución delas mujeres y sus formas de concebir la vida (y nunca mejor dicho) con susprioridades, por tierra, mar y aire. No impongáis a la humanidad nada más, porfavor. Que ya nos encargamos nosotras con lo que hay, de arreglarlo. E insisto:no es cuestión de enmendarlo, sino de como dije en la primera frase decambiarlo por otro.

Aprovechemos esta parada para cambiar de mandos, que sebajen quienes manejan y gobiernan con ideas y estilos agresivos y de competiciones(sus hombres y las mujeres que los siguen) y que nos dejen a las feministas (mujeresprimero y hombres detrás que nos apoyen en este cambio de sistema y devalores que ya está aquí y va a crecer hasta eliminar el horror anterior desiglos). Por una siguiente generación libre de opresiones, recordemos aquellode “Hay alguien todavía más oprimido que el obrero, y es la mujer del obrero”frase de la gran Flora Tristán (por cierto creadora del Sindicalismo). Porqueestamos comprobando que sólo con parar toda esta locura un poquito globalmente,y poner en el centro lo importante se producen cambios y consciencia (claro, laeconomía se para ¿y? la contaminación se reduce y la salud mejora) y aplicandoel estilo proviniente de mujeres como es la empatía, la cooperación, el sentidocomún, el respeto a la vida y las prioridades.

¿O también pensáis que es casualidad que los paísesque mejor están gestionando esta crisis del coronavirus sean los liderados pormujeres? Ahí tenéis a Tsa Ing-wen en Taiwan, que introdujo 124medidas desde el primer momento y que ha mandado 10 millones de mascarillas aEE.UU. y a Europa. Ahí tenemos a Jacinda Ardern en Nueva Zelandaque impuso el autoaislamiento y medidas muy estrictas, o a KatrínJakobsdottir en Islandia ofreciendo pruebas gratuitas a toda laciudadanía, a Sanna Marin en Finlandia (la más joven y millenial)que usó a influencers para difundir información sabiendo que no todo el mundolee la prensa, a Erna Solberg en Noruega dio una rueda de prensaa niñas y niños para explicarles la situación y decirles que sentir miedo escorrecto, o a Mette Frederiksen en Dinamarca,  frente a las políticas masculinas, agresivas,prepotentes y sin sentido de: Trump, Boris, Bolsonaro, Obrador, Modi,Outerte, Orban, Putin o Netanyahu,… y me podréis reprochar “claro esospaíses liderados por mujeres son pequeños o islas”, y yo diré:  vale, pues ahí tenéis a  Alemania una gran potencia económica de la quese ha dicho que “es un misterio” no lo es, simplemente es otra mujer ycientífica que ha priorizado la sanidad, a pesar de ser una neoliberal radical,y desde el primer momento nos dijo “Esto es serio, tomadlo como tal”.

 Desde la cruda verdad hasta el amor son herramientas que no suelen usar los hombres porque no les han enseñado, ni educado para ello, no se han encargado de cuidar, no se los ha socializado para ello (sin necesidad de entrar en el polémico temas de rasgos genéticos dependiendo del sexo). Si acaso están aprendiendo a hacerlo, y más ahora porque están confinados (que también es como viven muchas mujeres en el mundo en su vida cotidiana).

Y ya que estamos… parad vuestras guerras de de hombres,también, ahora tendríamos más equipamiento sanitario y respiradores que equipospara matar.

Para ello, el mundo tiene que ser feminista para que searealmente democrático, pacífico, que respete y priorice los Derechos Humanos. LaReina C19 de los virus ha

parado este mundo artificialmente perfecto e insostenible ynos ha enfrentado a la desigualdad, a lo indispensable que es la sanidad, laeducación, la ciencia, y cuidar y proteger a quienes cuidan.

Poner la vida (y no el dinero) en el centro, eso esfeminismo. Eco-feminismo. Bio-feminismo.

No queremos volver a lo que había antes. Queremos un mundodiferente, y tenemos que decirlo alto y claro, que parece que hay que andarsiempre con cuidado para sugerir y en voz bajita que ahora nos toca a nosotras,que es nuestro turno, dirigiendo y detrás quienes estén con nosotras, que yaestá bien, que hay mucha testosterona ofendida ante las evidencias de “lascasualidades” y de la realidad infame que sufrimos del sistema patriarcal ycapitalista. Y que además será beneficioso para toda la población, sanidad, educaciónfeminista, gestión emocional, recursos, cuidados a las personas y al planeta.

Hartas. Feminismo o extinción. Cambio global de paradigma.

Y quien no lo vea que se ponga las gafas violetas.

Nota: Esto no excluye a los hombres, es un sistema de democracia feminista realista donde todas las personas convivirán sin opresión. Por eso es imprescindible la educación feminista. Y que las mujeres participen en política institucional.

Hay mujeres que no se identifican con el feminismo incluso llegan a decir “Yo no soy feminista”, les digo que lo más seguro es que lo sean y no lo saben. Nos quieren divididas, #SeLlamaPatriarcado  

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