Elena Diego

El espejismo del confinamiento

01 de Mayo de 2020
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Ayer se ha debatido en el Congreso de los Diputados el  Real Decreto-Ley 12/2020, de 31 demarzo, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimasde violencia de género para suconvalidación. Escuchar a la representante de VOX  en el debate con su discurso negacionista dela violencia machista no nos sorprende pero la intervención de la diputada delPartido Popular de seguidismo a la ultraderecha en relación con este asunto deEstado es muy lamentable más con su abstención. Hemos escuchado hoy en el Hemicicloque este Decreto será llevado ante el Tribunal Constitucional por el partido deAbascal, tanto acudir al Tribunal Constitucional con todas las medidas delGobierno por parte de este partido, que no cree en las institucionesconstitucionales de nuestro país, sólo demuestra que su política de confundir yconfrontar a la ciudadanía es su fin.

Algunas de las afirmaciones escuchadas a la diputada Carla Toscanode Vox en el Pleno del Congreso, como que las medidas que se toman en este RealDecreto ni requieren urgencia, ni van a dar soluciones y que la violencia notiene género, suponen en este momento de crisis por el COVID19 que muchasmujeres tengan más miedo para buscar ayuda y denunciar. La irresponsabilidad detamaña declaración en la Tribuna del Congreso de los Diputados es tal, que sehace necesario estudiar y analizar el impacto de las mismas.

Desde la llegada de VOX a la política española y al Parlamento,  colocando en la agenda política la violenciade género como un invento de la izquierda de este país, ha generado en unaparte de la ciudadanía una involución en relación con lo que es la violenciamachista, todo ello con discursos de épocas que pensábamos estaban superadas. Ladiputada Carla Toscano en su intervención ha sacado todo el argumentario llegandoa llamar al feminismo “peste roja”.

Este discurso antifeminista y negacionista de la violencia degénero ha  supuesto un daño irreparableen la concienciación y compromiso de la ciudadanía española en la lucha contraesta lacra. Lo mas lamentable es que cargos públicos del Partido popular encuanto observan que pierden rédito político se callan ante afirmaciones,  como que  el Pacto de Estado contra la violencia degénero es el “pacto de la vergüenza” o peor aún, utilizan el 8 de marzo demanera inaceptable para hacer creer a la ciudadanía que su celebración hasupuesto la gran crisis del COVID19 con todos sus muertos y muertas.

Hoy el Gobierno de España, con el apoyo de la mayoría de losgrupos parlamentarios,  ha conseguido quese convaliden medidas muy urgentes y necesarias para hacer frente en estosmomentos tan excepcionales a la violencia de género. Medidas para evitar elpeligro de retroceder en todo lo conseguido después de muchos años de luchar y conseguirconvertir la violencia hacia las mujeres, por el hecho de serlo, en un problemacolectivo, público, que no  en un problemaprivado sólo de nosotras.

El confinamiento decretado con el Estado de Alarma ha supuesto quese produzca una fricción entre la seguridad individual y colectiva y lalibertad. Esto ha supuesto que este confinamiento en sí suponga un nuevo yenorme peligro para la vida de muchas mujeres en nuestro país, como en todoslos lugares del mundo. Las medidas que se plantean en este Real Decreto sonimprescindibles, nadie puede dudar de su necesidad y de su urgencia, por ellono es admisible la división política. Me avergüenza que en un asunto como este,algunos partidos políticos se posicionen en el insulto y el descrédito a estasmedidas.

Los datos en relación a la disminución de las denuncias y lasmuertes durante el confinamiento,  no nospueden llevar a pensar que todo está mejor, todo lo contrario. No son buenasnoticias. Es fácil utilizar los datos de forma sesgada o quedarse con  algunos titulares donde se destaca ladisminución de denuncias ante los tribunales y que “solamente” se ha asesinadoa dos mujeres durante el confinamiento (mientras escribo este artículo  parece que ya son tres las víctimas).

En datos del Ministerio de igualdad las llamadas al 016 hanaumentado en casi un 50% en la segunda quincena de marzo y la primera de abrilen relación con ese tiempo en 2019 y se han incrementado las consultasonline  en más de un 260%. La reducciónen el número de denuncias y asesinatos machistas no es más que el “espejismo” del confinamiento, que encubreuna terrible realidad y es, la del regreso al silencio de nuestras mujeres alencontrarse entre cuatro paredes. No olvidemos que si siempre es muy difícilpara una mujer maltratada escapar de su maltratador ahora lo es mucho más, puesel miedo se multiplica, qué hacer con los hijos, qué hacer sin trabajo y quéhacer sin poder llamar a pedir ayuda pues su maltratador la controla cadasegundo e incluso le ha quitado el teléfono.

Frente a estos datos sólo cabe una terrible explicación y es, queante su maltratador las mujeres están más atadas que nunca, por muchos motivos,para dar el paso de huir, el miedo las paraliza y callan ante el maltrato aellas y a sus hijos. Entonces hay que explicar, con contundencia, que el datode dos mujeres asesinadas no significa que hemos ganado la batalla. Elconfinamiento no ha hecho que el maltratador deje de maltratar, sabemos que másdel 80% de las agresiones y violencias de género se producen dentro del hogarfamiliar. Lo terrible es que las mujeres están paralizadas, más coartadas y  su pánico a la reacción de su maltratador estal, que callan, callan y callan pues saben, que si se defienden, pueden serasesinadas  con más facilidad.

Ante esta cruda realidad el Gobierno de España con estas medidasquiere dar respuesta a todas esas mujeres que han llamado al 016 o han hechoconsultas vía online.Por ello la información para ellas debe ser clara ydirecta, no se puede permitir que discursos políticos que tienen como altavoz aalgunos medios de comunicación generen en ellas dudas  sobre las posibilidades que tienen de podersalir y escapar de su agresor. Tenemos la obligación de llegar a ellas y que estasmujeres sepan que no están solas.

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