La Audiencia de Palma mantiene la libertad provisional a Iñaki Urdangarin y Diego Torres

La Audiencia de Palma ha acordado este jueves mantener la libertad provisional de Iñaki Urdangarin con las siguientes medidas cautelares: obligación de comparecer el día 1 de cada mes ante la autoridad judicial de su actual país de residencia —Suiza— y comunicar al tribunal cualquier desplazamiento fuera de Europa o cambio de residencia, incluso temporal.El tribunal también mantiene la libertad provisional de Diego Torres, éste sí, con prohibición de salir del territorio nacional, entrega de pasaporte y comparecencias en el juzgado más próximo a su domicilio el día 1 de cada mes. También deberá comunicar cualquier cambio de residencia, incluso temporal.De esta manera, las magistradas han desestimado la petición de la fiscalía de imponer una fianza de 200.000 euros a Urdangarin y 100.000 a Diego Torres, solicitada a primera hora por el Fiscal Horrach.Se trataba en esta “vistilla” de decidir si Iñaqui Urdangarin y Diego Torres, deberían esperar en prisión hasta que se resolvieran los recursos a la Sentencia que les condenó a seis años de cárcel al primero y a ocho al segundo. En la vista de hoy el Fiscal Horrach ha pedido una fianza de 200.000 euros para Iñaki Urdangarín, a cambio de quedar en libertad. Para Diego Torres, había solicitado una fianza de 100.000 euros y también la libertad a cambio.Los abogados de las partes no han intervenido, la acusación ejercida por el sindicato Manos Limpias no se presento a la vistilla  – días antes había anunciado que abandonaba la acusación popular – y todo se finiquitó en media hora escasa. Hubo que esperar una hora y media más para que las magistradas comunicaran la decisión del Tribunal.El mismo Tribunal condenó a ambos, el pasado 17 de febrero. Los jueces dieron como probado que el yerno del Rey emérito; Iñaqui Urdangarin, como su socio Diego Torres pusieron en marcha una estructura hueca de contenido real y urdieron “una maraña de facturación ficticia” para hacerse con el dinero público.  Para ello utilizaron el Instituto Nóos, al que manejaron “a su antojo” junto a otras mercantiles de su propiedad para que “operasen al servicio de sus intereses comerciales”.