El resurgimiento de Marie Bracquemond y su contribución al movimiento impresionista

17 de Mayo de 2024
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Marie Bracquemond. Autorretrato de 1870, de la colección del Museo de Bellas Artes de Rouen, Francia. Foto: archivo Imagen:

En el paisaje del arte, ciertas estrellas brillan con una luz que se resiste a ser olvidada. Marie Bracquemond es una de esas estrellas, cuya contribución al impresionismo debería resonar tan fuerte como la de sus contemporáneos masculinos. A pesar de su notable talento y su aporte significativo al movimiento, su nombre ha sido eclipsado, oscurecido por prejuicios de género y circunstancias históricas.

El rol fundamental de las mujeres en el impresionismo

El impresionismo, con su énfasis en la luz y el color, ofreció a las mujeres artistas una nueva vía para expresar su visión del mundo, alejada de los rígidos cánones académicos que favorecían los temas históricos y mitológicos dominados por hombres. Marie Bracquemond, junto con Berthe Morisot y Mary Cassatt, se sumergió en esta nueva corriente artística que valoraba la percepción personal y el momento efímero sobre la tradicional narrativa histórica.

"En la terraza de Sèvres". De Marie Brocquemond, 1880. Está en el Museo de Petit Palais, de Ginebra.

El Viaje de Marie Bracquemond

Desde su humilde origen en Bretaña, Marie mostró una inclinación y talento naturales para la pintura que la llevaron a estudiar bajo la tutela de Jean Auguste Dominique Ingres. Sin embargo, fue su encuentro y posterior matrimonio con Félix Bracquemond lo que verdaderamente marcó el comienzo de su transformación artística. Introducida a los círculos impresionistas por su esposo, Marie comenzó a experimentar con técnicas y temas que desafiaban su formación académica.

"La dama de blanco". Un retrato de la hermana de Marie Bracquemond, de 1880, que atesora el Museo de Orsay.

La lucha contra la adversidad: renuncia de Marie Bracquemond

El progreso de Marie en el impresionismo no estuvo exento de desafíos. A medida que su estilo evolucionaba, también lo hacían las tensiones con su esposo, quien era reticente a aceptar las libertades estilísticas del impresionismo, prefiriendo adherirse a la rigurosidad del realismo. Este conflicto doméstico, combinado con la presión social que desalentaba a las mujeres de destacar en el campo, culminó en la prematura renuncia de Marie a su carrera artística. A pesar de esto, obras como "La Dama de Blanco" y "En la Terraza de Sévres" permanecen como testamentos de su habilidad para capturar la interacción entre la luz y el color, elementos centrales del impresionismo.

"Bajo la lámpara" 1877, Marie Bracquemond

El redescubrimiento de un tesoro perdido

Hoy en día, con un renovado interés en reconocer las contribuciones de las mujeres en el arte, la obra de Marie Bracquemond está siendo redescubierta y revalorizada. Las exposiciones y estudios recientes han comenzado a iluminar la profundidad de su talento y su papel en el desarrollo del impresionismo. Su capacidad para transmitir emociones complejas y capturar la efímera calidad de la luz demuestra que Marie no solo participó en el movimiento impresionista, sino que también lo enriqueció con su perspectiva única.

"Paisaje del jardín, camino" Marie Bracquemond

Honrando el legado de Marie Bracquemond La historia de Marie Bracquemond nos recuerda la importancia de revisitar y cuestionar las narrativas históricas del arte para incluir voces que fueron silenciadas por prejuicios de su tiempo. Al rescatar y celebrar su legado, no solo enriquecemos nuestra comprensión del impresionismo, sino que también afirmamos el valor de la diversidad y la inclusión en la historia del arte. Reconocer su contribución es un paso esencial hacia una apreciación completa del impresionismo y su impacto en la historia del arte mundial.

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