El hecho de que los menores estuviesen dormidos no excluye el delito de pornografía infantilRespecto al delito de pornografía infantil por las grabaciones de los abusos, el Supremo destaca que “el que las víctimas menores de trece años estuviesen dormidas no excluye la comisión del delito de utilización de menores de edad con fines pornográficos, cuando el hecho probado declara acreditado que el acusado grababa los tocamientos que realizaba con una cámara de rayos infrarrojos de visión nocturna, que recogía con gran definición sus acciones sobre las partes íntimas de los jóvenes agraviados”, lo que constituye un material de naturaleza pornográfica, preparado concienzudamente por el acusado, que escogió el momento adecuado, se aprovisionó del instrumental procedente y utilizó sus propias maniobras abusivas sobre los menores para obtener un material apto para ser reproducido.
Por ello, el Supremo condena al acusado, R.P.F., por 16 delitos de pornografía infantil, a un total de 80 años de prisión (5 años por cada delito), lo que se suma a 48 años de prisión por 12 delitos continuados de abuso sexual (4 años por cada delito), y 8 años más por 4 delitos ordinarios (no continuados) de abusos sexuales sobre menores. Los niños tenían entre 7 y 12 años de edad cuando ocurrieron los hechos.A todo ello se suman otros 2 años de prisión por un delito de revelación de secretos que se mantienen de la sentencia de la Audiencia de León, por las grabaciones con cámara oculta que hizo el acusado en los vestuarios de una piscina cuando era monitor de natación de un club deportivo en Madrid, para obtener imágenes de personas desnudas, muchas de ellas menores de edad.Para el Tribunal, la grabación de los abusos constituye un material de naturaleza pornográfica