Emilio Saracho, sobre el Banco Popular: «nadie creerá que no voy a venderlo»

06 de Junio de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Pese a lo que dijo en el Congreso de los Diputados en su comparecencia parlamentaria en julio de 2018, Emilio Saracho no llegó al Popular arrastrado por los acontecimientos, sino después de haber obtenido la autorización y la dispensa de una serie de obligaciones por parte de JP Morgan.¿A cambio de qué pudo aceptar Saracho un puesto para el que él declaraba no estar preparado por no saber de banca comercial? En la comparecencia en el Congreso de los Diputados, en la que juró decir la verdad, Saracho explicó con cierto detalle su proceso de nombramiento. Veamos cómo se diferencia lo que dijo con lo que realmente ocurrió.Empecemos con lo que recogen en su informe los peritos del Banco de España al respecto (páginas 255 y 256):Motivos de su elección: «el consejo, por razones que no tengo absolutamente ni idea decidieron que fuera yo. Y yo no acepté su propuesta, me la hicieron el 2 de diciembre [...] había tenido tres reuniones, una con la presidenta de la comisión de nombramientos, a la sazón la señora Reyes Calderón [...] me ofrecen la presidencia de una empresa del IBEX 35 [...] es que no puedo entender cómo llegáis a alguien que si llegásemos a hacer eso que queréis es como coger el edificio Beatriz —es la sede del Banco Popular— y le ponéis un lazo rojo a todo él, es como una caja, y decir: se vende. Yo nunca podré ni aunque jure sobre la Biblia que no voy a venderlo, nadie creerá que no voy a venderlo. ¿Es eso lo que queréis? Porque es inevitable, va con el traje. Y me dijeron, no, no, en absoluto; estamos abiertos a que eso se hable [...] queremos la independencia, pero estamos abiertos, una cosa que ya había oído mil veces [...] Mira, yo no te conozco de nada [...] lo que me dices no tiene mucho sentido para mí pero, ¿por qué no lo zanjamos aquí y me pones una reunión con el señor Ron, al que sí conozco? Lo hizo, para mi sorpresa, porque hablar con el que se supone vas a sustituir no es muy normal, pero lo hizo a mi petición, lo hizo. Y tuve dos reuniones con el señor Ron a primeros de diciembre [...] me dijo que él no estaba de acuerdo con la sustitución del presidente, que no era el momento, que se había cambiado —lo cual era cierto— al consejero delegado hacía poco, literalmente meses, que antes de eso habían hecho una ampliación de capital, que habían puesto un plan, [...] y que le parecía que era desestabilizar al banco, cosa que hasta ahí no podemos más que estar de acuerdo. ¿Cuántos palos se le pueden pegar a un muñeco antes de que el muñeco ya proteste? Pues a este muñeco se le habían pegado más palos que a nadie que yo conozca».Sobre el nombramiento «me llaman a mi casa y me dicen: nos hemos puesto de acuerdo en un consejo que hemos tenido hoy —pero esto es literal— a las diez y media de la noche y te queremos ofrecer la presidencia [...] no puedo aceptarla, porque no sé nada, no sé qué queréis, no os conozco, no me habéis dicho nada, he tenido dos conversaciones, la respuesta es no”. CNMV lo llama y le comenta que tiene que hacer un hecho relevante “Hecho relevante que se hizo y hecho relevante que con el tiempo —esto en ese momento no lo sabía— hizo inevitable que yo aceptase la presidencia del Banco Popular”».Su declaración en el Congreso siguió su estilo desabrido, descortés con sus interlocutores, representantes de la soberanía nacional.Estamos en condiciones de afirmar que Emilio Saracho, que declaró bajo juramento de decir verdad, tiene una memoria floja.Pese a que dice que el Consejo del Popular le hizo una propuesta el dos de diciembre, sus contactos con Reyes Calderón datan al menos de mediados del mes de noviembre, como se ha recogido en estas páginas. Pudiera ser que hasta el dos de diciembre no le hiciesen una oferta formal, pero los hechos contradicen esta versión de forma radical.Saracho tenía decidido ser presidente del Popular, sin descuidar el aspecto económico, para lo que decidió seguir una táctica que llevase a sus interlocutores —Antonio del Valle y, sobre todo, los consejeros menos conocedores de estos negocios: Reyes Calderón, José Ramón Estévez y José María Arias—, a tragar con unas condiciones absolutamente desmesuradas, a la vez que pactó con JP la conservación de su bonus acumulado, una cifra enorme según manifestó a sus interlocutores. Al final lo consiguió todo, pero quizás el «teatrillo» que tuvo que montar le impidió recordar en el Congreso de los Diputados exactamente lo que sucedió, o quizás no.De la lectura de la comparecencia de Saracho, parecería como si a los consejeros que promovieron la salida de Ángel Ron para tomar el control del Banco y hacerse con la plusvalía que atesoraba, se les hubiese ocurrido el dos de diciembre de 2016 proponer a Saracho como presidente y éste, por motivos desconocidos, hubiese aceptado tras recibir una llamada de la CNMV. La cuestión, que es muy seria, bordea el ridículo o el absurdo, de ser cierta la versión de Emilio Saracho.Frente a este discurso absurdo, inconexo, la publicación de los hechos relevantes a los que se refiere Emilio Saracho no le dan la razón respecto a los tiempos del proceso, en absoluto.
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