Pucón, el latido volcánico del sur chileno que seduce a viajeros de todo el mundo

Paisajes de postal, cultura mapuche, aventura extrema y termas naturales: Pucón, a los pies del volcán Villarrica, se ha consolidado como el epicentro del turismo del sur de Chile sin renunciar a su identidad

10 de Agosto de 2025
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Pucón 02
Foto: Turismo Chile

A la orilla del lago Villarrica, en pleno corazón de la Región de La Araucanía, se encuentra Pucón, una ciudad que ha aprendido a convivir con la belleza y la amenaza, con la calma del paisaje y la adrenalina de la aventura. A su espalda, siempre vigilante, el volcán Villarrica, uno de los más activos de Sudamérica, marca no solo el horizonte, sino también la identidad de este rincón del sur chileno.

Lo que hace décadas era un pequeño pueblo rodeado de bosques y comunidades mapuches hoy es uno de los destinos turísticos más importantes del país. Pero Pucón ha logrado algo que muchos otros centros turísticos no han conseguido: crecer sin perder alma. Aquí, la naturaleza no es solo un recurso, sino una forma de vida. Y el visitante no es un cliente, sino un invitado.

Naturaleza que impresiona, aventura que exige

Lo primero que impacta al llegar a Pucón es su paisaje de contrastes. El azul profundo del lago Villarrica se funde con los verdes intensos de los bosques nativos y el blanco incandescente del cráter nevado del volcán. El entorno natural no solo es fotogénico: es una invitación constante a moverse, explorar, desafiar los límites.

El ascenso al Villarrica, con crampones y piolet, sigue siendo uno de los grandes atractivos para los amantes del trekking de alta montaña. Aunque su actividad volcánica exige monitoreo constante y algunas restricciones estacionales, el esfuerzo vale cada paso: desde la cima, la vista es sobrecogedora.

Para quienes prefieren las aguas, el rafting en el río Trancura ofrece rápidos de nivel internacional. Los lagos y lagunas permiten desde kayak hasta pesca deportiva, y en invierno, el centro de esquí Villarrica-Pucón convierte la zona en un polo de deportes de nieve.

Termas, calma y territorio mapuche

No todo en Pucón es vértigo. Muchos viajeros llegan en busca de relajo y bienestar. El área está salpicada de termas naturales, algunas con instalaciones rústicas en plena naturaleza y otras más lujosas, con spas y hoteles boutique.

La región también es un territorio de profundo arraigo mapuche. Comunidades cercanas han comenzado a desarrollar turismo intercultural, ofreciendo experiencias que incluyen gastronomía ancestral, medicina natural, talleres de ruka (la vivienda tradicional) y relatos sobre cosmovisión indígena. Este vínculo cultural otorga al viaje una dimensión humana y ética que complementa el espectáculo natural.

Pucón ciudad: una postal con ritmo propio

El centro urbano de Pucón mantiene el encanto de una villa de montaña, con arquitectura de madera, cafés de autor, cervecerías artesanales, librerías independientes y ferias de productos locales. En verano, la ciudad vibra con turistas de todo el mundo; en otoño o invierno, el ritmo baja y permite una experiencia más íntima.

La gastronomía local ha evolucionado notablemente: se puede degustar desde cocina mapuche hasta platos de autor con ingredientes locales como piñones, merquén o carnes de caza. La oferta de hospedaje es variada: desde campings y hostales económicos hasta hoteles de lujo con vistas al volcán.

El desafío de crecer sin romper el equilibrio

Con su creciente popularidad, Pucón enfrenta retos evidentes: la presión inmobiliaria, la masificación estacional y el impacto ambiental amenazan la sostenibilidad de su ecosistema. Aun así, muchos actores locales han impulsado proyectos de turismo responsable, con énfasis en el respeto al territorio, la cultura y los ciclos naturales.

Organizaciones civiles y comunidades mapuches insisten en que Pucón no debe convertirse en un parque temático, sino continuar siendo un espacio vivo donde se respete la relación entre naturaleza, identidad y comunidad.

Pucón no es solo un destino para turistas: es un territorio de experiencias. Aquí, cada elemento —el volcán, la lluvia, el fuego, la lengua mapuzungún— convoca a algo más profundo que un simple descanso o una postal bonita.

Viajar a Pucón es entrar en una geografía que, como el Villarrica, está en permanente transformación, y que pide ser mirada no solo con los ojos, sino con el respeto que merecen los lugares que todavía conservan algo sagrado.

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