EUFORIA, de Carlos Marzal (la polla con cebolla)

12 de Marzo de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Primero jugué con el libro como lo haría un gatito con una pelota hecha de lana. Oliéndolo, golpeándolo con la pata, dándole vueltas, pasando páginas soplando con el libro entreabierto, acariciando con las yemas de los dedos la parte dorada de la cubierta y teniendo la sensación de que la textura era diferente a la parte negra.... Y luego comencé a abrirlo y cerrarlo. Siguiendo el capricho del azar. Randomize, se dice ahora que estamos tan americanizados.

Y cada vez que lo abría, por un lugar o por otro, me gustaba, me interesaba el poema hasta el que me había llevado el azar. Todas las ocasiones.

Era el momento de tomárselo más en serio y comenzar por el principio. De ver qué había, elegido, Marzal como inicio de su libro: el poema sobre el que se iban a apoyar todos los demás. Gran responsabilidad, EUFORIA tiene más de 200 páginas.

Así que fui primero al índice, no había porque saltarse ningún paso del agradable ritual, y leí el título del primer poema. Romero.

No parecía en un principio gran cosa como título, nada especialmente inspirador o atractivo.

Comencé a leerlo despacito, con prudencia y hasta con desconfianza, y al terminar no pude evitar decir en voz alta y asombrada:

-¡Buaah, la polla con cebolla!

Increíble. Anonadante. Podría decirlo de otro modo más bonito, por supuesto, pero ya sería impostado. Mi primera impresión fue esa. Con el buaah con el polla y con el cebolla.

Estoy copiando el texto que escribí después de la inesperada exclamación de pasmo en una servilleta, con algunos cambios, tres días después, y sigo pensando lo mismo. ROMERO es uno de los cantos a la inmortalidad más impactantes, quizá el que más, que he leído nunca.

De Marzal me encantó NUNCA FUIMOS MÁS FELICES; fue mi libro de cabecera durante meses, y sigo teniéndolo a mano en la librería que más uso de la casa.

Confieso que hemos sido nunca muy lector de poesía, aunque sí conozco a muchos poetas y hasta me he aprendido –últimamente- versos de memoria de Luis Alberto de Cuenca, Hierro o Scarpa. Pero este es diferente a todos; aunque supongo que todo gran poeta es, por definición, diferente. EUFORIA ha sido un regalo para mí, mi nuevo libro de compañía. Prometo que lo administraré con cuidado para saborearlo bien, y que así me dure muchos meses.

Copio tres versos del quinto poema (no pongo el título para evitar el efecto spoiler). Sólo los tres versos finales:

Qué absurdo la edad:
ir a cumplir 60
sin dejar de tener aún 18.

Marshall. Carlos Marzal. Euforia.

Excelsior.

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