EXCLUSIVA DOCUMENTAL: Saracho no cumplía el perfil para ser presidente del Popular

30 de Octubre de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Saracho Junta
Tal y como hemos publicado en Diario16 y reflejó Manuel Domínguez Moreno en su libro Banco Popular. Una operación diabólica, la contratación de Emilio Saracho la inició la consejera Reyes Calderón con la contratación de una empresa cazatalentos (headhunter) a espaldas del propio Consejo de Administración de Banco Popular. En estas páginas ya publicamos las facturas de lo que costó al banco esos trabajos que, finalmente, fueron realizados por Spencer Stuart.Hay que recordar que, a pesar de los requerimientos de Ángel Ron sobre la necesidad de discreción y consenso de los consejeros, Reyes Calderón hizo caso omiso de los mismos y continuó con sus planes. La situación generada, junto con el conocimiento por parte de Ron de que la consejera se había entrevistado con algún colega en ejercicio para ofrecerle el cargo y también con otros potenciales candidatos, determinó que el 11 de noviembre se celebrara una inusual y atípica reunión con los consejeros a los que Calderón había ocultado el proceso, así como con el secretario y el presidente. Tras el requerimiento de explicaciones, reconoció haber procedido a contratar letrados para que la asesoraran en sus gestiones a favor del interés de Antonio del Valle. Tal contratación se hizo en nombre del banco, sin autorización del consejo, ni del presidente, ni del consejero delegado, ni de ningún otro responsable, pero con cargo a la entidad. El reconocimiento se hizo ante varios consejeros que recriminaron duramente su actuación y la advirtieron del carácter ilícito de la misma, así como de su disposición a entablar acciones legales contra ella. Entre ellos estaba Ana Molins, consejera y miembro de la Comisión de Nombramientos, desconocedora absolutamente de todos los hechos que comentó Calderón. Inmediatamente después de la finalización de esta reunión, Ángel Ron recibe una llamada de Antonio del Valle preguntándole que «qué le habían hecho a Reyes Calderón, que estaba muy afectada». Factura Reyes Calderón-HeadhunterEl mismo día y ante los mismos testigos, la consejera reconoció que había visitado a José Ignacio Goirigolzarri y a Manuel Pizarro para ofrecerles el puesto de presidente del Banco Popular, así como que había contratado a un headhunter, a quien comunicó el interés del banco en que se le buscase una persona para relevar al presidente desconociendo en ese momento tanto Ron como el secretario y el resto del Consejo la identidad de esta empresa. Esta contratación, que se dijo verbal por Calderón, se hizo en nombre del banco sin ningún tipo de autorización y a cargo de la entidad.Diario16 ha tenido acceso a un documento «personal y confidencial» que la empresa de selección de altos ejecutivos remitió a Reyes Calderón el día 8 de noviembre. En dicha misiva se indica, nada más empezar que había un interés por parte del Consejo en iniciar «la búsqueda de un presidente para Banco Popular, planteando que sea un reemplazo del actual presidente, Ángel Ron». Como ya hemos indicado, el Consejo no sabía nada, sólo algunos consejeros.El documento, en realidad, es una «hoja de trabajo» en la que Spencer Stuart realiza una exposición de motivos y de la metodología a seguir para la búsqueda de esa persona que, como ya sabemos, estaba predeterminada, puesto que, según publicó OkDiario, varios ex consejeros del Popular indicaron que fue Luis de Guindos quien promocionó a Emilio Saracho a la presidencia del banco. Hay que recordar cómo, en una cena en El Escorial a finales del verano de 2016, el propio Saracho, tal vez en un momento de exaltación de la amistad o de sinceridad espontánea, confirmó a sus íntimos que volvía a España para presidir a la sexta entidad financiera de España.Según el documento de Spencer Stuart dirigido a Reyes Calderón, una de las funciones de Saracho sería la supervisión del «seguimiento del plan estratégico, desarrollar las relaciones institucionales con los organismos reguladores, así como inversores institucionales y apoyar al Consejero Delegado en el desarrollo de la restructuración operativa de la organización para orientarla hacia la consecución de objetivos estratégicos del negocio que impliquen un potentísimo relanzamiento del banco».En este caso, Saracho no cumplió ninguna de las funciones expresadas en el documento. No hizo seguimiento de ningún tipo del plan estratégico de 2016, sino que lo paralizó; no desarrolló ningún tipo de relación institucional con los reguladores puesto que un mes después de su nombramiento ya «amenazó» al BCE con la resolución de la entidad si no lograba venderla. Desde luego, no apoyó en ningún momento al Consejero Delegado, puesto que Pedro Larena, un hombre de banca comercial que creía en las posibilidades del Popular, salió al ver la estrategia destructiva de Saracho. Por supuesto, no implementó ninguna herramienta adecuada para el relanzamiento del banco, más bien al contrario, su idea era rebajar su valor para poder venderlo…, o resolverlo.Respecto al currículo de la persona a contratar para sustituir a Ángel Ron, Stuart Spencer en la hoja de trabajo enviada a Reyes Calderón que es importante que esa persona tenga demostrada experiencia en el sector financiero, en el liderazgo de organización de entidades, con altísima credibilidad para transmitir a los mercados y a la organización interna un mensaje de confianza. Como se puede comprobar casi ninguna de esas características se puede aplicar a Saracho, puesto que sí que tenía experiencia en el sector financiero, pero en la banca de inversión, no en la comercial. Si la remoción de Ron era necesaria, lo que el Popular necesitaba era un gestor no un banquero de inversión acostumbrado a realizar operaciones corporativas de venta. Por otro lado, Saracho, en ningún momento, generó confianza en el mercado, más bien al contrario, puesto que las fechas clave en las que se provocó la salida de liquidez del banco fueron la consecuencia de acciones de Saracho, tal y como se puede comprobar en el informe de los peritos del Banco de España.En otro orden, Spencer Stuart afirma que el candidato «debe ser una persona humilde, fácil de trato y con demostrada capacidad de liderazgo para adaptarse a una cultura fuerte como es la de Banco Popular, todo ello combinado con buenas capacidades personales que le permitan establecer una comunicación absolutamente fluida con el Consejo, así como con el Consejero Delegado». Como se puede comprobar, Saracho no cumplía ninguna de estas características. Sus hechos lo han demostrado.La realidad es que Reyes Calderón, junto con los consejeros que estaban dispuestos, cada cual por sus intereses personales, a provocar una crisis interna con la salida de Ron, ya sabía el candidato de antemano porque, ¿cómo es posible que un vicepresidente de JP Morgan abandonara uno de los mayores bancos de inversión del mundo para presidir a la sexta entidad de España? ¿Cómo es posible que JP Morgan permitiera la salida de uno de sus vicepresidentes pagándole todos sus bonus y sin cláusulas de no competencia? La explicación es que ya estaba designado desde el verano y el contrato con Spencer Stuart no fue más que un formalismo por el que el Popular pagó más de 800.000 euros.
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