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Éxito de la campaña #PañueloChallenge de la Fundación Aladina

La campaña de visibilización del cánccer infantil ha demostrado que lo que de verdad importa, que lo que es realmente importante, une

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análisis

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Hoy se celebra el Día Mundial del Cáncer Infantil y la Fundación Aladina ha lanzado, por tercer año consecutivo, el #PañueloChallengeAladina, la gran campaña de visibilización del cáncer infantil que convoca a colegios, hospitales, empresas, administraciones y a toda la sociedad española en general, a ponerse en la cabeza un pañuelo y compartir esa imagen en redes sociales para generar una gran ola de solidaridad con los niños y adolescentes con cáncer. 

El cáncer infantil es una enfermedad de las consideradas “raras” y se erige como la causa de mayor mortalidad entre niños con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, y la segunda entre los jóvenes de entre 15 y 24 años, por detrás de los accidentes. Cada año se diagnostican en nuestro país 1.500 nuevos casos de cáncer pediátrico. Afortunadamente, el 80% de los pacientes sobreviven, sin embargo muchos de ellos padecen secuelas físicas y emocionales de por vida.

Ante esta realidad, la solidaridad de todos es esencial para garantizar que los menores con cáncer, y sus familias, cuenten con todo el apoyo necesario durante, y después del diagnóstico.

La campaña de concienciación ha sido un éxito total y ha demostrado que lo que realmente importa, que lo verdaderamente importante, une sin ningún tipo de grieta.

En redes sociales, personas anónimas, centros médicos, ayuntamientos de cualquier color político, personas de diferentes ideologías, políticos de todos los partidos se han unido a la campaña sin ningún tipo de miramiento ni de condicionante. Un pañuelo y ya está.

El presidente de la Fundación Aladina, Paco Arango, remitió un correo electrónico el pasado día 13 de febrero en el que presentaba la importancia de esta campaña.

Quizás veas a personas llevando un pañuelo en su cabeza o atado al cuello. Es el que representa a los niños enfermos, y lo utilizamos para recordar los 1.500 diagnósticos anuales y una dura realidad: solo el 10% de la financiación de la investigación se destina al cáncer pediátrico.

En los hospis veo muchos de estos pañuelos porque allí los niños ingresados los llevan todos los días. Algunos son de colores, otros tienen muñecos, los hay muy desgastados por los años de uso… Pero algo representa más a los niños con cáncer que esos pañuelos, su inusual capacidad de sobrellevar la enfermedad, sus gigantescas ganas de vivir. 

Y de eso se trata todo, ¿no crees?, de vivir y de amar con locura, el arma más poderosa que tenemos contra la enfermedad.

Llevo 22 años acompañando a los niños con cáncer, y tengo grabado en mi corazón y mi alma a cada uno de ellos, a los que superaron la enfermedad y también a los más de 500 que han fallecido en el camino. Pero a pesar de los momentos duros y de que nos enfrentamos a un adversario feroz, nunca me arrepentiré de crear Aladina. ¿Sabes por qué? No pasa un solo día sin que nuestro trabajo le saque una sonrisa a un niño enfermo o sin que ayudemos a un padre a encajar los golpes y a disimular la tristeza.

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