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¿Hablamos del Deep State dentro de España?

27 de Febrero de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Felipe VI

¿Qué significa? Es un estado profundo, también conocido como un estado dentro de un estado (a menudo mencionado con la forma inglesa Deep State) es una forma de gobierno clandestina, formada por redes de poder ocultas que operan al margen del liderazgo político de un país, para satisfacer sus propios objetivos.

Como ejemplos de esta estructura se citan generalmente órganos de estado como las fuerces armadas u organismos públicos (servicios de inteligencia, policía, policía secreta, agencias administrativas o burócratas). Un estado profundo puede estar también formado por altos funcionarios que actúen sin conspirar, pero de manera coordinada a favor de sus propios intereses.

Los objetivos de un estado profundo pueden incluir la continuidad del propio estado, la seguridad laboral de sus miembros, incrementar su propio poder y la autoridad o la consecución de objetivos ideológicos. El estado profundo suele operar en oposición a la agenda de los funcionarios y cargos electos (y, por lo tanto, del propio sistema democrático), obstruyendo, resistiendo y subvirtiendo sus políticas, condiciones y directivas.

Una de las referencias históricas más célebres de este concepto la expuso el 1961, en su discurso de despedida, como presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, cuando alertó sobre la influencia del "complejo militar-industrial" como poder oculto a su país en el contexto de la Guerra Fría.

Lo podríamos definir como una estructura paraestatal, situada fuera de la legalidad, que tiene por objetivo la defensa de la razón de estado de acuerdo con los silencios o ángulos muertos de la Constitución de 1978: unidad del Estado, monarquía como símbolo y garantía de esta unidad, y soberanía indisoluble.

Según manifiesta Damià del Clot, abogado, politólogo y alcalde de Vilassar de Mar que ha analizado en su último libro las cloacas del Estado. Anatomía del Deep State español (Pórtico Ediciones) en un estudio riguroso del "lado oscuro de la política" en el Estado español. El actual deep state adentra sus raíces en las antiguas estructuras franquistas y reúne al suyo cercando estamentos políticos, judiciales, militares y judiciales, con la Corona como un vértice destacado.

Por otro lado, un Estado profundo también puede tomar forma a través de funcionarios atrincherados que actúen de manera no conspirativa, para promover sus propios intereses. La finalidad de un Estado profundo es poder incluir la continuidad del Estado mismo, la seguridad de la ocupación para sus miembros, un mayor poder y autoridad, y la busca de objetivos ideológicos. Puede operar por medio de la burocracia, en oposición a la agenda de los funcionarios electos, obstruyendo, resistiendo y subvirtiendo sus políticas, condiciones y directivas. También puede tomar forma mediante empresas públicas o compañías privadas que actúan independientemente del control regulador o estatal.

La idea que hay un deep state ha estado muy aceptada de hace décadas para describir la existencia dentro del estado de un tipo de “estado profundo” que funciona al margen de los políticos elegidos por la población; que, a diferencia de ellos, es permanente y estable. El deep state existe más o menos en todo el mundo. Por ejemplo, el caso ya comentado de EEUU o la KGB que era un “estado dentro del estado” de manual. Y así tantos y tantos casos en todo el mundo.

Pero en el caso de España hay una diferencia fundamental, y es que el deep state español no tan solo representa un estado dentro del estado, sino que representa la pervivencia del franquismo dentro de un estado que se llama y se hace pasar por democrático. Solo hace falta fijarnos en que, gracias a las sentencias judiciales europeas, se va poniendo de relieve, fuera de nuestras fronteras, la realidad profunda del estado español y su incompatibilidad con los patrones democráticos de la Unión Europea.

Si nos fijamos en los apellidos de personas que ocupan cargos dentro del entramado militar, judicial, policial, así como de grandes compañías (construcción, petroleras, eléctricas, banca, etc.) encontraremos que ahora son los hijos, nietos y otros familiares de los que las dirigían en la época franquista, los que ahora las están dirigiendo actualmente.

¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? ¿Creían que el franquismo se había acabado en la muerte del dictador? Está muy vivo entre nosotros y tenemos por un buen rato. ¿No piensan ustedes lo mismo?

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