Gravísima acusación contra Israel. Si las denuncias por violaciones del derecho internacional y la comisión de delitos de lesa humanidad, ahora se une la acusación realizada por las autoridades de la Franja de Gaza de que Israel presuntamente habría robado los cadáveres de los asesinados y extraído los órganos.
En concreto, y a través de su servicio de prensa, las autoridades gazatíes han señalado que Israel ha entregado cuerpos no identificados a través del paso de Kerem Shalom. Además, denuncian que no sería la primera vez que el Estado hebreo habría profanado tumbas. En concreto, afirman que «la ocupación repitió este crimen más de una vez durante la guerra genocida».
El comunicado, además, denuncia que Israel «se negó a identificar los lugares de donde fueron robados [los cadáveres]. Después de examinarlos, quedó claro que la fisonomía había cambiado mucho, en una clara indicación de que la ocupación había robado órganos vitales de los cuerpos».
Por esta razón, las autoridades de Gaza han reclamado una investigación internacional e independiente que determine lo que ha ocurrido con los cuerpos.
Incremento del tráfico ilegal de órganos
El tráfico de órganos existe y, según organismos como la OMS e Interpol, es un negocio ilegal en claro crecimiento que podría estar moviendo más de 500.000 millones de euros al año. Las guerras son, evidentemente, un nicho perfecto para que las redes de traficantes consigan órganos que luego son vendidos en diferentes países.
La Corte Penal Internacional confirmó, a través de documentación requisada, cómo en Kosovo se habían extraído órganos de prisioneros serbios en una clínica de Albania y se habían trasladado al extranjero para venderlos. El director de la clínica, su hijo y cinco médicos fueron condenados por la Justicia.
Durante las constantes guerras del continente africano, diferentes organizaciones han confirmado que las bandas de traficantes compraban cadáveres que eran trasladados a Dubái, donde se les extraían los órganos vitales.
Las guerras en Irak, Afganistán o Siria, la enorme crisis de refugiados, han convertido a los campos en verdaderos centros de venta de órganos. Muchos niños desaparecen sin que nadie sepa nada. En el año 2016, Europol alertó sobre el crecimiento del comercio ilegal de órganos tras la desaparición de miles de menores procedentes de Siria que ya habían solicitado asilo en Europa.
Ahora hay dos grandes guerras activas: Ucrania y Gaza y, en consecuencia, se han abierto dos nuevos nichos de negocio para los traficantes.
Cuando Rusia invadió ilegalmente Ucrania y se incrementó el número de refugiados hacia la Unión Europea, diferentes organismos de la UE asesoraron a los países receptores para proteger a los refugiados de los traficantes. Europol, por su parte, ejecutó una operación contra las redes criminales de captación de ucranianos.
En esta guerra, tanto Ucrania como Rusia se han cruzado acusaciones de que están extrayendo órganos de los militares muertos para financiar el esfuerzo de guerra a través de la venta en el mercado negro.
Por tanto, la denuncia de las autoridades de Gaza entra dentro de los parámetros de lo que está sucediendo en todos los conflictos bélicos. Al igual que sucedió en Kosovo, esa investigación internacional debe recabar si esas supuestas extracciones de órganos se han realizado por organizaciones gubernamentales israelíes o por las bandas criminales de traficantes de órganos.