Alarma ética en el corazón del sistema financiero estadounidense. El Inspector General interino de la Reserva Federal y a la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), por sus siglas en inglés, ha recibido una comunicación urgente con datos muy concretos para que se inicie una investigación inmediata sobre presuntos conflictos de interés de un alto funcionario del Departamento de Oportunidades de Gobierno Eficiente (DOGE), vinculado estrechamente a la Administración Trump. Diario16+ ha tenido acceso a ese documento.
El foco de las acusaciones es Gavin Kliger, un alto cargo que ha desempeñado un papel central en los esfuerzos por despedir a la gran mayoría del personal de la CFPB. Según documentos revelados por ProPublica y ahora denunciados formalmente, Kliger habría tenido intereses financieros directos en empresas que podrían beneficiarse de la debilitación o desmantelamiento de la agencia.
Figura clave en la destrucción de la CFPB
La CFPB fue creada tras la crisis financiera de 2008 para proteger a los consumidores frente a abusos por parte de entidades financieras. Desde su fundación, ha logrado la devolución de más de 21.000 millones de dólares a más de 200 millones de estadounidenses, sancionando a bancos, prestamistas estudiantiles y gigantes tecnológicos por malas prácticas.
En cambio, durante la gestión Trump, esta agencia ha sido blanco de un ataque sistemático que ya partía de las conclusiones incluidas en el Proyecto 2025 del aquelarre ultraderechista Heritage Foundation que es la base de la agenda política de Trump. El equipo DOGE, creado por y para Elon Musk, ha propuesto el despido de casi el 90% de su personal, una medida que, según expertos y defensores del consumidor, busca paralizar su capacidad reguladora.
En ese contexto, las revelaciones sobre Kliger son especialmente graves. Según los informes, el funcionario posee hasta 715.000 dólares en acciones de empresas como Alphabet (Google), Apple, Tesla, Alibaba y Berkshire Hathaway, muchas de las cuales han sido objeto de investigaciones o sanciones por parte de la misma CFPB. Además, Kliger ha invertido en criptomonedas como Bitcoin y Solana, a pesar de que el personal de la agencia tiene prohibido hacerlo por conflictos de interés potenciales.
Investigar esquemas de corrupción
El caso de Kliger no es una cuestión aislada. Es un abuso de poder propio de los que implementa el mismo Donald Trump. Si la cabeza está podrida, lo lógico es que el resto de la organización también se corrompa. Quienes ocupan cargos públicos deben velar por el interés público, no por sus propios intereses. Pero eso es exactamente lo que están haciendo Donald Trump, Elon Musk, Gavin Kliger y otros muchos como, por ejemplo, el secretario de Comercio o el director del FBI.
Este caso refleja un patrón preocupante y demuestra que la misión de Elon Musk y su equipo de DOGE no tiene nada que ver con reducir el despilfarro, el fraude y el abuso, sino con enriquecerse a costa de los trabajadores.
Los conflictos de interés financieros y el acceso privilegiado a información confidencial son una violación de la legislación federal, que prohíbe que los altos cargos y funcionarios públicos se beneficien directamente de sus decisiones o de su conocimiento exclusivo de políticas futuras.
Las inversiones que levantan sospechas
Según las declaraciones financieras, Kliger posee acciones de Apple, Tesla, Alphabet (Google), Berkshire Hathaway, Alibaba y cerca decenas de miles de dólares en criptomonedas (Bitcoin y Solana).
La presencia de inversiones en empresas sujetas a investigaciones por parte de la agencia que Kliger busca desmantelar plantea, al menos, una apariencia de conflicto de interés. Entre ellas está Vanderbilt Mortgage & Finance, subsidiaria de Berkshire Hathaway, acusada por la CFPB de prácticas predatorias.
Trump y Musk también beneficiados
Más allá de Kliger, Donald Trump y Elon Musk también podrían beneficiarse por la destrucción de la CFPB. Ambos mantienen inversiones en empresas vinculadas a servicios de pago digitales, sectores que están sujetos a nuevas regulaciones del organismo, regulaciones ahora bloqueadas o en retroceso debido al debilitamiento institucional.
Esta situación abre una nueva ventana sobre el uso del poder político para beneficio personal y plantea preguntas fundamentales sobre la independencia de los organismos reguladores en Estados Unidos Es evidente que un funcionario no supervisará jamás imparcialmente a empresas en las que ha invertido No es ético (es incluso legal) que quienes diseñan el desmantelamiento de una agencia lo hagan con posibles beneficios en juego.
Las leyes federales de ética existen por una razón. Trump y su administración de predadores y corruptos quieren acabar con ellas porque se están hinchando a ganar dinero sin control.