América rural: Presente y futuro

25 de Abril de 2021
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argentina cosecha trigo

Mientras la Democracia norteamericana extiende decisiones para paliar los efectos no previstos de la creciente migración latinoamericana, los “republicanos” han introducido una ley que relegaría a los indocumentados y a turistas de obtener la vacuna contra COVID-19. La decisión, que parece no tener mayor trascendencia, revela el desprecio por la salud, la vida y la la posibilidad de  la desaparición física de fronteras.  

El día en que los adultos de los 50 estados se volvieron elegibles para la inmunización, congresistas conservadores de Pensilvania y Carolina del Sur introdujeron el proyecto SHOTS Act (Ley de Vacunas), que daría prioridad a los ciudadanos estadounidenses y a los titulares de “green card” para obtener la vacuna sobre los inmigrantes indocumentados, según EL Diario NY.

Esta conducta  conservadora  induce a revisar una vez más el gran aporte de Latinoamérica y el Caribe al desarrollo de los EEUU y viceversa. Revisemos los diversos movimientos sociales, desde procesos electorales, las guerrillas, los movimientos religiosos y militares, el terrorismo…y ahora el intercambio comercial mantiene caminos para avanzar.

Revisemos algunas estadísticas de la FAO: Uno de cada dos habitantes del sector rural es pobre, y uno de cada cinco, es indigente. El ingreso de un trabajador del sector rural era de 363 dólares anuales en 2015, menos de la mitad de los 804 dólares que recibían los trabajadores urbanos. La región ha sufrido un histórico aumento en su pobreza rural en los últimos años y los Gobiernos no han tomado medidas urgentes para reducirla.

El Panorama de la Pobreza Rural en América Latina y el Caribe advierte sobre una histórica reversión en la pobreza rural de la región, que alcanzó un total de 59 millones de personas en 2016, después de haber caído en casi el 20% entre 1990 y 2014. Todavía no hay estadísticas de los efectos de la pandemia 2019.

Entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales cada una, alcanzando, respectivamente, 48,6 % y 22,5%. La última vez que la región pasó por un retroceso de esta magnitud en materia de pobreza rural fue por los efectos de la crisis financiera internacional de 2008.

Hemos sufrido una reversión histórica, un quiebre que vuelve patente que nos estamos olvidando del campo. “No podemos tolerar que uno de cada dos habitantes rurales sea pobre, y uno de cada cinco, indigente. Peor aún, hemos sufrido una reversión histórica, un quiebre que vuelve patente que nos estamos olvidando del campo”:

“El campo y lo rural son lugares claves para el crecimiento económico de los países, para el desarrollo de sus exportaciones y para el empleo de millones. Allí está la base de la agroindustria, que impulsa la innovación científica y tecnológica en la región, y también está la agricultura familiar que hoy produce la mayor parte de los alimentos de consumo local”,

Entre 1990 y 2014, hubo varios países que fueron exitosos en reducir su pobreza rural: Brasil redujo del 71% al 29%. Bolivia del 79% en 1997 al 54% en 2013. Chile del 29% al 7%. Colombia del 61% en 1991 al 42% en 2014. Ecuador del 66% al 27% entre 2000 y 2015. Paraguay del 70% al 51%. Perú de 73% en 1997 a 47% en 2014.

Sin embargo, en la región persisten enormes diferencias entre las posibilidades de desarrollo de los territorios urbanos y rurales. Tanto así, que para llegar a equiparar la infraestructura básica y servicios educativos de los jóvenes rurales con el de los que viven en las ciudades tomaría entre 22 y 40 años en el Perú, entre 19 y 29 años en México, y entre 17 y 41 años en Chile.

La historia de las democracias en nuestra  Región en lo que va del Siglo XXI registra  nuevos partidos y no se puede soslayar los efectos de la  Revolución Cubana en 1969, que emergió como un movimiento “verde  como las palmeras”,  que se radicalizó y asoció  a las revoluciones de la Europa del Este y Asia, y no deja de provocar la atención de ciudadanos de múltiples partidos.

Cuba, según  el Consejo Nacional de Economía de Estados Unidos, entre mayo de 1956 y junio de 1957, en las zonas rurales vivía cerca del 60 % de los campesinos vivía en barracones con techo de guano y piso de tierra desprovistos de sanitarios o de agua corriente.  Cerca del 90 % no tenían electricidad. Cerca del 85 % de esos barracones tenían una o dos piezas para toda la familia. Sólo el 11 % de los campesinos consumía leche, el 4 % carne y el 2 % huevos. El 43 % eran analfabetos.

La Organización Internacional del Trabajo, en 1958, registra que Cuba tenía el octavo salario industrial más alto. Sin embargo, la corrupción era gigantesca, y a pesar de una serie de indicadores positivos, en 1953, durante los primeros meses de la dictadura Batista, la familia cubana promedio solo tenía un ingreso de $6,00 a la semana, del 15 % al 20 % de la población activa eran desocupados crónicos, y solo un tercio de los hogares contaba con agua corriente.

"La mortalidad infantil era el doble en el campo que en la ciudad. El analfabetismo en la ciudad era del 11%, y en el campo era del 40%. La mayor parte de las tierras de Cuba estaban en pocas manos, la corrupción era "una plaga" y el comercio exterior era controlado por el mercado de Estados Unidos. "Sin dudas la población humilde de Cuba vivió un cambio de vida, con acceso a la educación, a la salud... en los sectores explotados de la sociedad se produjo un cambio".

El Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible,  promovido cada año  por la CEPAL y el Pacto Global de la ONU, considera que la pandemia ha profundizado los problemas estructurales de la región, incluyendo su elevada desigualdad e informalidad laboral.

La Región el 2020 registró una contracción de 7.7% de su PIB regional. Estimó que 2,7 millones de empresas formales habrían cerrado y la tasa de desocupación habría llegado en torno al 10,6%. Los niveles de pobreza y pobreza extrema también aumentaron, alcanzando 33,7% (209 millones de personas) y 12,5% (78 millones de personas) respectivamente.

Los impactos económicos y sociales se diferencian entre mujeres y hombres, grupos etarios, étnicos y según el acceso a tecnologías digitales. Al fin de 2020 la tasa de desocupación femenina sería del 15,2%. La elevada de desocupación de los jóvenes pasó del 27,3% en el segundo trimestre de 2019 al 30,8% en el mismo período de 2020.

Asimismo, la crisis ha acelerado el cambio tecnológico y profundizado las consecuencias del acceso desigual a la tecnología digital. Más de 40 millones de hogares no tienen conectividad digital.

El Mercado Común Centroamericano (MCCA) es una de las experiencias de integración destacadas de América Latina y el Caribe.  Este  bloque,  constituido  por  Costa  Rica,  El  Salvador,  Guatemala, Honduras, Nicaragua y, más recientemente, Panamá, cumplió 60 años en 2020.  

Los pequeños agricultores en nuestra Región dentro de los cuales están las economías familiares, constituyen alrededor de un 80% del total de las unidades agrícolas. A pesar de esta inmensa cantidad de pequeños agricultores, la cantidad de tierra que poseen es desproporcionada: es sólo un 18% del total.

Algunos críticos sostienen que la "agricultura contractual" en los países en desarrollo es uno de tantos males relacionados con la globalización económica. Por una parte, encuentran una multitud de pequeños campesinos desorganizados, sin fuerza de negociación y pocos de los recursos necesarios para incrementar la productividad y competir en el mercado.

Pero no siempre sucede así. Una nueva guía de la FAO afirma que una agricultura contractual bien administrada ha demostrado su eficacia para vincular el sector pequeño campesino a los servicios de extensión, la mecanización, el acceso a semillas, fertilizantes y crédito, y con mercados garantizados y rentables para sus productos. No olvidar que el campesino en el siglo XXI sigue siendo más pobre que el poblador urbano. Aunque hoy la pandemia no tiene  fronteras en los espacios donde no hay agua potable y tampoco más de una pieza como techo. LA FAO invoca el uso intenso de agua y jabón. Y se olvida de mencionar que nuestros agricultores de nuestra Región reciben los precios más bajos de sus cosechas. Los acopiadores son intermediarios informales……

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