El cabecilla de la organización ultraderechista Proud Boys, Enrique Tarrio, de origen cubano, ha sido condenado por la corte federal del Distrito de Columbia a 22 años de prisión por ser el "líder último de la conspiración" que acabó con el asalto al Capitolio estadounidense del 6 de enero de 2021, informa Efe.
La sentencia al líder del grupo de fanáticos del expresidente Donald Trump (2017-2021), que sus abogados prevén apelar, es la más alta de todas las que se han pronunciado contra los líderes del grupo nacionalista, quienes fueron declarados culpables de sedición el pasado mayo tras un juicio que duró cuatro meses. También es la más alta de todos los implicados en los hechos y llega después de que otros cuatro cabecillas fueran condenados la semana pasada a entre 10 y 18 años de prisión.
La Fiscalía estadounidense pedía 33 años de cárcel para Tarrio, de 39 años, por considerar que fue el cabecilla de un complot para romper el centro de la democracia estadounidense al dirigir las actividades violentas contra el Congreso el día en el que se tenía que ratificar la victoria de Joe Biden. "Si no tenemos una transición pacífica del poder, no tenemos nada", afirmó este martes la Fiscalía en la audiencia en la que se leyó la sentencia y en la que participó Tarrio, vestido con su mono naranja de presidiario.
Antes de escuchar su condena y después de que varios de sus familiares intervinieran pidiendo clemencia al juez, Tarrio también habló para expresar lo arrepentido que estaba por lo sucedido y pedir perdón. "Los eventos del 6 de enero son algo que nunca debería ser celebrado" ya que "fueron una vergüenza nacional", dijo con la voz entrecortada. En su intervención añadió que el 3 de noviembre de 2020 su candidato (Trump) perdió las elecciones, una visión totalmente opuesta a lo que pensaban los manifestantes ese día, quienes adoptaron la falacia del fraude electoral, algo que el propio Trump sigue defendiendo.
Tarrio, nacido en Miami de padres cubanos y líder del grupo desde 2018, no estaba en Washington cuando se produjo el asalto al Capitolio porque tenía una orden que le prohibía acercarse a la capital, ya que días antes había sido arrestado por quemar una bandera en una histórica iglesia de la comunidad afroamericana. En el momento del ataque estaba en un hotel en Baltimore, a unos 70 kilómetros del Capitolio, pero había pasado los días previos enviando instrucciones a otros miembros de los Proud Boys sobre qué hacer ese día, durante la marcha que Trump había convocado con el lema "Stop the steal" ("Detengan el robo").