Mientras continúa el debate para certificar los resultados electorales del pasado mes de noviembre, la reacción de senadores y congresistas de ambos partidos es unánime: Donald Trump es el culpable del intento de golpe de Estado de ayer.
No han sido sólo los demócratas, sino que importantes miembros del Partido Republicano han sido muy duros con el presidente. Mitt Romney, senador por Utah, no ha dudado en afirmar que el asalto al Capitolio es el resultado del «orgullo herido de un hombre egoísta y de la indignación de sus partidarios a quienes se ha desinformado deliberadamente durante los dos últimos meses. Lo que ha ocurrido hoy aquí fue una insurrección incitada por el presidente de los Estados Unidos».
Adam Kinzinger, senador republicano por Illinois, no dudó en calificar lo ocurrido en el Capitolio como «un intento de golpe de Estado» y, dirigiéndose directamente a Trump a través de Twitter, le dijo que «No estás protegiendo al país. ¿Dónde está la Guardia Nacional de Washington? Has terminado y tu legado será un desastre».
Por su parte, el senador republicano por Nebraska, Ben Basse, afirmó que el Capitolio fue saqueado «mientras el líder del mundo libre se escondía detrás de su teclado tuiteando contra su vicepresidente por cumplir con los deberes de su juramento a la Constitución. Las mentiras tienen sus consecuencias. Esta violencia fue el resultado inevitable y desagradable de la adicción del presidente a avivar constantemente la división».
Los demócratas coincidían con el análisis de los republicanos. Adriano Espaillat, congresista demócrata por Nueva York, dijo que «esto es un crimen en su máxima expresión. Las llamas están siendo avivadas por la persona que actualmente está en la Casa Blanca. Donald Trump es responsable de esto». El senador por Nueva Jersey, Cory Booker, afirmó que «el 24 de agosto de 1814 los británicos asaltaron el Capitolio y le prendieron fuego. Ahora el Capitolio ha sido nuevamente asaltado y sitiado. Donald Trump incitó a esto. Él es el responsable mientras guarda silencio».
Otros demócratas fueron más allá y anunciaron que iniciarían los procedimientos legales para la destitución de Trump. El congresista por Minnesota, Ilhan Omar, dijo que iba a preparar toda la documentación para acusar al presidente de incitación a la violencia. «Donald J. Trump debería ser acusado por la Cámara de Representantes y destituido por el Senado de los Estados Unidos. No podemos permitirle permanecer en el cargo, es una cuestión de preservar nuestra República y debemos cumplir nuestro juramento». El congresista por Rhode Island, David N. Cicilline dijo que «Esto es indignante y el presidente lo causó. Deberíamos acusarlo y condenarlo mañana».