El comercio de armas de fuego y municiones cada vez más sofisticadas y de gran calibre en Haití sigue al alza, según una nueva evaluación de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
La agencia respalda el hallazgo en un informe del Secretario General al Consejo de Seguridad que detalla el alto nivel de violencia perpetrado por las bandas haitianas y el reciente aumento de las incautaciones de armas de fuego, junto a los informes de los servicios de inteligencia y las fuerzas del orden, que sugieren un aumento del tráfico de ese tipo de armas.
La evaluación de la Oficina también detalla que la nación caribeña continúa siendo un país de tránsito de drogas, principalmente cocaína y cannabis, que entran por barco o avión en puertos públicos, privados e informales, así como en rutas clandestinas.
La responsable de la subdivisión de investigación y análisis de tendencias de la UNODC, Angela Me, destacó que el "estudio de la UNODC pretende esclarecer los patrones de comercio que favorecen la existencia de pandillas en Haití y fomentan una mayor violencia en una situación volátil”.
Una frontera de difícil control policial y aduanero
Las fronteras de Haití son especialmente permeables ya que tienen 1771 kilómetros de costa y un lindero de 392 kilómetros en tierra.
Esta amplia área geográfica pone a prueba la eficacia de la policía nacional, las aduanas, las patrullas fronterizas y la guardia costera, que carecen de recursos y personal suficientes, y, al mismo tiempo, son objetivo de las bandas.
El documento de la UNODC también da una visión general de las respuestas internacionales, regionales y nacionales a esta situación hasta la fecha, citando en particular las iniciativas destinadas a aumentar el apoyo a las fuerzas del orden y a la gestión de las fronteras.
Además, subraya la necesidad de aplicar enfoques integrales que incluyan inversiones en policía comunitaria, la reforma del sistema de justicia penal y la lucha contra la corrupción.